La mujer a la que García Márquez le dedicó Cien Años de Soledad

María Luisa Elío.

La actriz y escritora española María Luisa Elío apareció -junto a su esposo- en la primeras páginas del clásico del colombiano. El autor hizo el gesto en agradecimiento al rol que tuvo la ibérica durante la escritura de la novela: siempre estaba atenta a escuchar y leer sus avances. En España, Elío ha vuelto a la palestra por la edición de su obra reunida, que puede ser adquirida desde Chile.


En las primeras páginas de Cien años de soledad -de prácticamente cualquiera de sus ediciones- tras el árbol genealógico de la familia Buendía, suele venir la dedicatoria: “Para Jomí García Ascot y María Luisa Elío”. La segunda, una escritora española nacida en Pamplona en 1926, acaba de volver a la palestra por la edición de Tiempo de Llorar: Obra Reunida. Un libro que reúne gran parte de su escritura.

Su familia, republicana, debió exiliarse en México tras la derrota de su bando en la guerra civil española. Ahí fue donde Elío desarrolló gran parte de su trayectoria, como actriz y narradora.

María Luisa Elío.

A cargo de esa edición estuvo Soledad Fox Maura, y en declaraciones al sitio El Cultural, señaló: “Lo que me apasiona de ella es que Elío tiene una voz narrativa tan poderosa, tan bella e íntima que es muy fácil identificarse con ella y sentirse cercana a esa narradora/ protagonista y a los personajes que habitan sus palabras”.

“También es emocionante leer a una mujer nacida en Pamplona en 1926 con una voz en primera persona tan moderna, directa, y personal -agrega Fox Maura-. Con el trasfondo de la Guerra Civil y el dolor del exilio, el drama está servido. No nos cuenta cosas que ya sabemos, sino que es libre de centrarse en ella misma, en su mundo, sus emociones y su pasado”.

Como escritora, Elío publicó Tiempo de llorar (1988) y Cuaderno de apuntes (1995), además de relatos breves.

Su trabajo actoral se basó sobre todo en la televisión mexicana, pero también tuvo un rol en la pantalla grande con la película En el balcón vacío (1962), de corte autobiográfico. Fue dirigida por su marido, el también exiliado hispano Jomí García Ascot.

María Luisa Elío y Gabriel García Márquez.

Amiga de Gabo

Inquieta, Elío en México comenzó a vincularse con la bullente escena cultural latinoamericana de mediados del siglo XX. Su círculo incluía a gente como Octavio Paz, Leonora Carrington, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Emilio Prados, Remedios Varo, Alejo Carpentier y Álvaro Mutis. Entonces, era cuestión de tiempo para que conociera a Gabriel García Márquez.

Y así ocurrió. Fue durante la década de los 60, cuando el escritor colombiano Álvaro Mutis los presentó junto a sus respectivas parejas. Es decir, el cuarteto era Gabriel García Márquez, Mercedes Barcha, Jomí García Ascot y María Luisa Elío, y terminaron entablando un vínculo muy cercano y estrecho.

“Es una relación que ha traspasado generaciones porque yo mismo soy íntimo amigo de Gonzalo y Rodrigo, los hijos de García Márquez”, señala Diego García Elío, hijo de María Luisa, en declaraciones recogidas por El País. Al parecer, a María Luisa, socializar era algo que no le resultaba difícil. “Mi madre era una mujer guapa, apasionada y de carácter simpático y siempre estaba rodeada de amigos”, señala Diego.

Para inicios de esa década, el oriundo de Aracataca ya había publicado sus primeras obras: las novelas La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961), La mala hora (1962) y el volumen de cuentos Los funerales de la Mamá Grande (1962). Pero ya estaba masticando la escritura de su próxima novela.

Como señaló Enrique Lihn, la literatura es un ejercicio colectivo, por lo que es usual que un escritor muestre a sus cercanos lo que está escribiendo, con el fin de obtener un feedback. De este modo, “Gabo” consideró que sus nuevos amigos españoles eran los perfectos para leer lo que llevaba de Cien años de soledad.

Así, Fox Maura señala que más de una vez la misma Elío contaba: “García Márquez se pasó toda una noche contándosela antes de haber empezado a escribirla. Y a María Luisa le volvió loca”. De hecho, añade que la escena del cura que levitaba, al colombiano le generaba ciertas dudas, pero Elío fue quien le animó a que la mantuviera. “Gabo la llamaba a menudo para leerle los capítulos que iba escribiendo, y consultarle alguna duda”, añade la editora.

En julio del 2001, el mismo autor colombiano narró al matutino El País cómo fue esa trastienda en que la opinión de sus cercanos fue crucial para construir el libro. Y que por lo mismo, nunca dudó en que la dedicatoria del libro tenía que ser a ellos, Jomí y María Luisa.

Claro que primero, su mujer tenía que autorizarlo “Su papel fue tan importante que quiso dedicarle el libro, pero quería hacerlo bien, así que primero pidió permiso a su mujer, Mercedes Barcha ‘La Gaba’, y a Jomi, al que también se lo dedicó, para celebrar su amistad”, relata Fox Maura. El resto es conocido. Cien años de soledad salió en junio de 1967 y se convirtió en un fenómeno literario hasta nuestros días.

María Luisa Elío falleció en México, el 17 de julio de 2009. El libro Tiempo de Llorar: Obra Reunida, puede ser adquirido desde Chile vía Buscalibre.

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