Monika Zgustova: “El humor de Kundera desenmascara las debilidades humanas y las ilumina con la luz de la inteligencia”

Conferencia de la escritora y traductora checo-española Monika Zgustova. Foto: Andres Perez

La escritora y traductora checa ofreció una conferencia en el ciclo La Ciudad y las Palabras de la UC. Con el título La Ciudad de Kundera, la narradora y traductora radicada en España habló de sus encuentros y de la obra del autor de La Insoportable Levedad del Ser. También se refirió a su propio trabajo literario, en especial al libro Vestidas para un Baile en la Nieve.


Se detuvo delante de la puerta del ascensor. Ese día, a fines de los años 80, había acordado reunirse con Milan Kundera en su departamento parisino. Del ascensor salió un hombre alto, de complexión atlética y pelo canoso. En francés Monika Zgustova le preguntó si sabía en qué piso vivía el escritor checo. El hombre sonrió y le dijo que subiera hasta el sobreático. Allí la recibió Vera Kundera y le dijo que su esposo recién había salido a comprar tabaco. Minutos después sonó el ruido de la cerradura en la puerta.

-Y entró el mismo señor de pelo blanco a quien unos minutos antes le había preguntado por Milena Kundera. El hombre reía a carcajadas de la broma que me había gastado -recuerda.

Escritora y traductora nacida en Praga y exiliada en Estados Unidos, Monika Zgustova vive en España desde los años 80 y es una gran difusora de la narrativa de su país: ha traducido a Bohumil Hrabal, Jaroslav Hasek, Vaclav Hagel y desde luego a Kundera.

Invitada al ciclo La Ciudad y las Palabras, del Doctorado en Arquitectura y Urbanismo UC, ofreció una charla titulada La Ciudad de Kundera. Autora de novelas y ensayos que recuperan la memoria de las víctimas del totalitarismo, como Las rosas de Stalin y Vestidas para un baile en la nieve, Monika Zgustova le dio forma narrativa a su conferencia: habló de la obra de Kundera a partir de la recreación de su primer encuentro con el autor de El libro de los amores ridículos.

Exiliado en París desde los 70, por entonces Kundera (1929) recién había publicado La insoportable levedad del ser y le preocupaban mucho las traducciones: “No hay que interpretar mis intenciones”, le dijo a su traductora, a quien invitó a comer en un restaurant marroquí cerca de Montparnasse.

-Hablaba con entusiasmo de la Praga que había dejado atrás, la ciudad de los 60. Kundera me preguntaba muchísimo, sobre todo me pedía que comparara mi educación en Praga con Estados Unidos. Le conté que aquella Praga totalitaria no me trató bien porque la escolarización en aquella ciudad subrayaba el aprendizaje de memoria y no el pensamiento independiente, al contrario de Estados Unidos, donde las escuelas exigen la independencia de la reflexión.

Monika Zgustova durante su conferencia en la UC Foto: Andres Perez

La experiencia del exilio, dice Monika Zgustova, fue un punto de encuentro con Kundera.

-Kundera me contó que esa sensación de ser extranjero y no entender nada del país de acogida lo tenía traumatizado durante mucho tiempo. Lo que más lo traumatizaba era no conocer el francés lo suficientemente bien. Esto para un escritor era trágico, dijo, aunque acompañara esa afirmación con su risa.

Pero a diferencia de muchos exiliados, para el autor checo el exilio era más bien una aventura que nunca se acaba, dice la escritora. Ella destaca que la marginación es uno de los temas centrales en la obra de Kundera desde La broma, la novela donde un estudiante es enviado a un campo de trabajos por un chiste. Curiosamente, el estudiante encuentra alegría en el campo de prisioneros. Y aquí, Monika Zgustova resalta un elemento esencial de su narrativa: el humor.

-Admirador de Kafka y Hasek, llenan las páginas de su obra y conforman un humor negro, fresco y políticamente poco correcto. El humor de Kundera desenmascara las debilidades humanas y las ilumina con la fuerte y despiadada luz de la inteligencia y el humor. Los escritores checos saben bien que donde hay humor no hay espacio para el sentimentalismo.

Monika Zgustova repasó las grandes obras de Kundera, entre ellas La insoportable levedad del ser, que ofrece una descripción excepcional de la invasión rusa a Praga, y La ignorancia, donde reflexiona sobre la condición del exilio. Y destacó su profundo vínculo con su ciudad natal, que aparece con distintos rostros y fisonomías en sus novelas.

-Milan Kundera es Praga. Aunque después de su exilio parisino haya escrito sobre otras ciudades, su Praga es una ciudad de carne y huesos más que otras. Su Praga es la que surgió de aquella ciudad de Franz Kafka y Jaroslav Hašek, donde se hablaba y se escribía en checo, alemán y yiddish, donde se amalgamaban varias culturas y tradiciones milenarias: una ciudad centroeuropea por excelencia, que se acabó bajo las botas de los nazis.

El escritor checo exiliado en París, Milan Kundera.

Esa ciudad multicultural, donde conviven estilos y culturas y se sienten influencias italianas y alemanas, la ciudad que vio nacer a aquellos grandes escritores, es lo que también admira Monika Zgustova. Todo ello, dice, le ha dado forma a la cultura checa actual.

Durante su conferencia, Monika Zgustova se refirió también a su libro Vestidas para un baile en la nieve, donde recoge conversaciones con nueve mujeres sobrevivientes del gulag en la ex Unión Soviética.

-Son mujeres muy valientes que sobrevivieron al gulag gracias a su valentía y a algunas cosas que desarrollaron como la amistad, el amor y la belleza, que a veces era mirar alrededor, en medio de una fealdad total, y ver un árbol, nieve no tocada o una puerta de sol en Siberia… Y la cultura les ayudó muchísimo. Mentalmente ellas escribían poemas, porque les estaba prohibido, y los recitaban y eso ayudaba a todas las mujeres porque las significaba y las humanizaba.

“Para mí hubo un antes y un después de haber conocido a estas mujeres”, concluyó.

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