Columna de Daniela Lagos: Deadloch, un debut prometedor

La serie de Amazon Prime Video es una producción que no tiene miedo de hacer cambios de velocidad y estilo, pasando de una escena de pura comedia a otra de introspección y drama. Lo notable de esto es que lo hace bien; no se siente raro ni forzado.



Es cierto. Nunca jamás ha habido tanta oferta de series, con canales, plataformas y estrenos nuevos apareciendo casi por minuto. Pero esta gran oferta no necesariamente ha significado que el público esté viendo mucha más variedad. Las producciones exitosas siguen siendo sobre todo las estadounidenses; con al menos uno o dos rostros conocidos y productores que se repiten.

Por eso en interesante cuando aparecen apuestas más desconocidas, y que si bien no necesariamente serán el próximo gran éxito, si son un refresco y merecen una oportunidad.

Esa es la propuesta de Amazon Prime Video con Deadloch, serie australiana que ya tiene disponibles sus primeros tres episodios. Ambientada en un pueblo demasiado pequeño, de esos donde todos se conocen y nadie respeta mucho ni a sus vecinos ni a la autoridad, esta comedia a ratos negra y a ratos sitcom se centra en el personaje de Dulcie Collins (Kate Box, en la foto), una policía seria y responsable que debe lidiar con una desastrosa detective afuerina que llega a investigar un asesinato que rápidamente se convierte en tres.

Así se va tejiendo una historia con un lado policial y uno personal, de la vida y los cuestionamientos de su protagonista, y que sin duda tiene puntos a favor. Primero que todo, es una producción que no tiene miedo de hacer cambios de velocidad y estilo, pasando de una escena de pura comedia a otra de introspección y drama. Lo notable de esto es que lo hace bien; no se siente raro ni forzado, sino que logra llevar al espectador de una sensación a otra sin mayores sobresaltos.

Junto con esto, la serie presenta buenos chistes, momentos de absurdo que se vuelven creíbles, buenos personajes (sobre todo la protagonista) e instantes directamente encantadores. Pero esto no quiere decir que se haya ganado un aplauso cerrado.

El gran problema de Deadloch es, lamentablemente, uno de sus personajes principales. La detective Eddie Radcliffe (Madeleine Sami), que es quien llega a hacerse cargo del caso, es excesiva en todas sus formas. Grita en prácticamente cada una de sus escenas y se vuelve casi una caricatura de un personaje que sólo se escucha a sí mismo y luego le grita al resto, teorías equivocadas, además.

Con cinco episodios aún por debutar, está por verse si la serie corrige el rumbo y se centra en sus cualidades, bajándole un poco la intensidad a este personaje. De lograrlo, sin duda puede quedar en el registro de los buenos debuts del año, de esos refrescantes y que no son uno más del montón.

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