Shaun Ryder, de Happy Mondays: “Ya lo disfruté todo, pero ahora soy un tonto viejo”

Mantra of the Cosmos.

Con el proyecto Mantra of the Cosmos, idea original de Zak Starkey -hijo del mismísimo Ringo- el manchesteriano Shaun Ryder, conocido cabecilla de los rufianes Happy Mondays, encuentra un nuevo caldo de cultivo para su verborrea lisérgica. Vía Zoom habla con Culto sobre una vida de píldoras, emociones y dolores de estómago.


Shaun Ryder (60), el verborreico y lisérgico poeta, ícono de la era Madchester y de sus niños símbolo, los descarriados rufianes Happy Mondays, parece seguir en una fiesta interminable que comenzó no hace 24 horas ni hace 43 años -cuando formó la banda- sino que desde que salió desde el vientre materno, como expresa vehementemente a Culto vía Zoom desde Londres.

“Yo tenía a los Beatles en el ADN cuando salí de la vagina de mi madre. Los primeros discos que me pusieron en la cuna fueron los Beatles y los Rolling Stones”, explaya intenso.

Ad portas de los 61, no parece sorprendido de seguir en el tiovivo del entretenimiento, tal como sus héroes Jagger y Richards. “Siempre imaginé hacer esto a esta edad, he hecho esta mierda desde que tengo 18 años. Soy más joven que los Rolling Stones y que Elton John (risas) así que sí, estoy acá en el juego para largo”.

Hoy completamente rehabilitado de un pasar de píldoras, emociones y dolores de estómago -por citar el título del tercer disco de estudio de los Mondays- y salvo por una cerveza ocasional, Shaun está limpio y ha sido reclutado por el batero de Oasis y The Who -mismísimo hijo de Ringo Starr- Zak Starkey, para formar parte del proyecto Mantra of the Cosmos junto a Andy Bell -de Ride y Oasis- y, por supuesto, a su compinche eterno, el amenazante solista en maracas Bez.

Aliarse con Zak parece una extensión de su coqueteo con los Beatles, el cual se remonta a cuando los Happy Mondays colaron un frase de Ticket to ride en su temazo Lazyitis del segundo álbum Bummed, en 1990. Una inconsciente “lyric rip” como denomina Shaun, que fue parte de su característica asociación libre al micrófono. “Fue una línea vocal, una melodía que colamos. No sacamos música de la canción. En ese tiempo todos reclamaban cuando se usaban samples y nosotros realmente no sampleamos nada. Ni sé por qué terminamos pagando por eso”, sentencia.

Instant mantra

“Amo la música de Zak, me mostró mucho material y yo creo que tenemos para un disco doble, es grandioso estar en el estudio con él porque es como ser un puto cabro chico de 20 años otra vez”, sentencia Shaun, emocionado por su presente.

“Es solo hacer jamming y poniéndose a tono, Zak me deja hacer lo mío. El se encarga de que la música funcione y me deja estar en mi nube y hacer lo que sea que salga”. Freestyler por definición, Shaun encuentra en los alucinógenos beats de Mantra of the Cosmos un cimiento adecuado para seguir sintiendo el ritmo de la vida.

“Todo sale súper rápido. Pero éramos bien rápidos en los viejos días también”, explica, comparándolo con los Mondays. “Nunca pasamos meses y meses en el estudio haciendo discos y eso. Sigo haciendo las cosas a esa velocidad a pesar de mi edad”.

Su estilo de lanzar ideas y dejarse llevar hoy tiene para él una explicación que estuvo oculta por décadas, tras recibir el diagnóstico en su edad avanzada de ADHD (Desorden de déficit atencional e hiperactividad). “Pienso muchas mierdas diferentes al mismo tiempo, por eso estas porquerías salen de mi cabeza. Salen de mi boca apenas aparecen en mi cabeza y no tengo problemas para escribir montones de basura”, ríe.

En los psicodélicos singles Gorilla Guerilla y el recién editado X (Wot you sayin?), el caos que emerge de su cerebro va ordenándose como un tetris en la música ideada por Zak y Andy. “Absolutamente tiene significado a fin de cuentas. Cuando haces una canción tienes que hacer que tenga algo de sentido. Puedo hacer canciones como tiras cómicas, algunas medio poéticas pero de caricatura -admito harta influencia de eso- mierdas así”.

Días demoníacos

Con solo un single bajo la manga, Mantra of the Cosmos se presentó a fines de junio en Glastonbury. No fue, obviamente, la primera vez de Shaun en el histórico festival.

“La última vez que estuve ahí antes fue con Gorillaz, en el 2010 o algo así. Siempre que me piden tocar en Glastonbury es un momento en que no quiero hacerlo, preferiría estar en mi cama, así que no lo hago a menudo”.

Aquel año Gorillaz se encontraba en su Plastic Beach Tour, y Shaun tuvo su momento como uno de los selectos invitados de Damon Albarn al haber colaborado en Demon days con la canción Dare.

“Damon es grandioso, esa canción es como del 2004, y recuerdo que me llamó para trabajar en un par de letras y canciones. En ese momento de mi vida yo estaba en mal estado, en un mal lugar, bien loco, no tenía acceso a dinero ni nada, estaba totalmente seco. Y es muy divertido porque cuando estábamos grabando básicamente ocurrió que le estaba pidiendo a Damon que le subiera el volumen al micrófono en los audífonos, gritándole ‘it’s going up, it’s going up, it’s there!’ y eso fue todo (risas). Así quedó la canción. Sucedió todo muy rápido”.

Cómo ser un rockstar

Las canciones de Zak parecen tan interminables como el hilo de pensamiento de Shaun. “Él es muy capaz de hacer puras canciones de veinte minutos. No hemos terminado, hay un montón de canciones, como diez, que no han sido acabadas. No sé si el disco salga este año o el próximo, no lo tengo claro. Podríamos hacer 46 canciones de dos minutos también”.

De improviso, suena el teléfono y el ex Happy Mondays contesta. “Pearl, estoy en una entrevista, ¿pueden dejar de molestar?”. Shaun se disculpa riendo “Sorry, mate. Teenage girls in the house are fucking nuts”, en un acento mancunian de manual.

El sexagenario tiene dos hijas adolescentes, Pearl y Lulu, con su pareja actual Joanne y otros cuatro de relaciones anteriores. Sus vidas pasadas han sido diseccionadas por él mismo en sus libros Twisting my melon (2011) y How to be a rock star (2021).

“Parece todo un mundo distinto ahora, tener esta edad, disfruté todo, pero ahora soy un tonto viejo. Saber sobre mi ADHD me liberó, explicó mucho, tengo seis hijos y cinco de ellos también lo tienen y vino de mí. Siempre supe que algo yo tenía mal, pero pensaba que estaba putamente idiota, en la escuela se me olvidaba todo lo que me enseñaban, apenas salía de ahí, básicamente no podía mantener la mierda adentro de mi cabeza, retenerla”.

Zak Starkey (The Who, Oasis) junto a Shawn Ryder y Bez, de Happy Mondays, así como también Andy Bell (Oasis, Ride). Juntos son Mantra Of The Cosmos.

“Por supuesto todo eso va de la mano con comportamiento promiscuo en mi adolescencia, drogas, alcohol, y bueno, encontré la razón de todo eso. No estoy tomando ninguna medicación, soy dueño de mi vida, voy lidiando con las cosas de forma diferente porque estoy más viejo, y tú sabes, mientras más viejo, más sabio. Sigo luchando con las mismas cosas, solo que vivo mejor que cuando era joven”.

“Llevo veinte años sin pincharme heroína; nunca fui realmente un alcohólico, así que nunca fue un problema como la heroína, el valium, la cocaína, el crack…you name it. Esos eran mis problemas. Sigo tomando un trago de vez en cuando. Mi labor es que mis hijos desobedientes que tienen ADHD no vivan la vida que yo viví ni pasen por eso, así que tienen terapia por delante”, ríe.

Tras despedirse, Shaun intenta apagar la videollamada y exclama: “Soy nulo con toda esta tecnología de mierda”.

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