Reseña de libros: de Liz Moore a Katherine Mansfield
El dios de los bosques, la portentosa novela de la autora de El largo río de las almas, una historia coral en torno a la deparición de una adolescente; Mordiscos de la manzana, la primera traducción al español de un volumen de 50 aforismos de la autora neozelandesa, y Mis tardes en el pequeño café de Tokio, una colección de historias con aroma a granos molidos, en las lecturas de la semana.
El Dios de los Bosques, de Liz Moore (AdN)
La mañana después del baile final de las colonias de verano, las guías del campamento sufren la peor resaca: una de las literas de las chicas está vacía. Bárbara, la hija de 13 años del dueño del campamento, en las montañas Adirondack, ha desaparecido. Es el verano de 1975 y el caso de Bárbara, heredera de la fortuna de su familia, revive la tragedia de su hermano mayor, quien desapareció hace 14 años.
Ese es el punto de partida de esta novela coral, que se narra a través de numerosos puntos de vista y saltos temporales. Poco a poco se van revelando los secretos familiares y las tensiones sociales en un entorno de gran belleza natural, gracias a Judyta Luptack, una joven detective. Escrita con una prosa elegante y de resonancias poéticas, la nueva novela de la autora de El largo río de las almas es una portentosa construcción narrativa, que conjuga suspenso, tensión y una exploración sensible en las emociones de los personajes.
Mordiscos a la manzana, de Katherine Mansfield (Overol)
En el centro Harry Ransom de la Universidad de Texas se encontraba un conjunto de 50 aforismos inéditos de Katherine Mansfield, bajo el título Mordiscos a la manzana. El hallazgo fue del profesor Chris Mourant y ahora Camilo Perdomo, traductor de la escritora neozelandesa, ofrece la primera versión en español. Escritos en 1911, cuando tenía 22 años, los textos giran en torno al jardín del Edén. Y en ellos, como observan los editores, se puede leer no solo la influencia de Oscar Wilde y Nietzsche; también la de una visión crítica cercana al feminismo. “Quienes coman demasiado del Árbol del Conocimiento, no deben extrañarse si al final acaban crucificados en sus remas desnudas”, escribe. Aquella imagen es para ella una metáfora de la libertad femenina: “Cuanto antes se encuentre Eva con la serpiente, mejor: así abandona el jardín del Edén y tiene el mundo entero a sus pies”.
Mis Tardes en el Pequeño Café de Tokio, de Michiko Aoyama (Planeta)
Escondido entre una hilera de cerezos que bordean un río, en una esquina tranquila de Tokio, se encuentra el Marble Café. Es un pequeño negocio de tres mesas y una barra, que cada semana recibe a sus clientes habituales. “La persona que me gusta se llama Chocolate”, cuenta el joven empleado que atiende. Desde luego, la persona a la que se refiere no se llama así, pero ella aparece todos los jueves, a las tres de la tarde, y pide un chocolate caliente. Se sienta en la misma mesa y escribe largas cartas en inglés.
Esta es una de las historias que recoge el volumen: breves relatos interconectados ambientadas en el café, cada uno asociada a un color y a un estado de ánimo. En ellos diferentes personajes encuentran entre sus mesas un lugar para leer, escribir o refugiarse de la vida agitada. Un libro ligero y amable que releva la calidez de los encuentros y detalles cotidianos.
Lo último
Lo más leído
1.
3.
4.
5.
6.