
St. Vincent: “En la guitarra, si no hay arte, el virtuosismo es aburrido”
La cantautora estadounidense se alista para su regreso a Chile en un show que tendrá Kim Gordon de invitada. En la previa, conversa con Culto sobre el vínculo que las une, su meticuloso diseño de las giras y las plataformas digitales. "No me gusta hacer clic en un artista y ver solo sus canciones más populares".

A diferencia de hoy, en que es una estrella de la música alternativa que llena teatros, las primeras giras de St.Vincent, el alias de Anne Erin Clark (Tulsa, 1982), eran totalmente a pulso. “Salíamos en la furgoneta de un amigo -recuerda a Culto, del otro lado de la pantalla-. Era algo así como: hay alguien que tiene una casa okupa punk en el sur de Filadelfia donde puedes quedarte. Las sábanas están sucias, pero puedes dormir con la ropa puesta. Bueno, genial. Así fueron mis primeras giras”.
Considerada una de las mujeres claves en el actual panorama del rock alternativo, St.Vincent, acaba de publicar una colaboración con la chilena Mon Laferte titulada Tiempos violentos, que en rigor es una reversión al español de su canción Violent Times. El hito salió con precisión a las plataformas digitales a días de su regreso al país, este 27 de mayo en el Teatro Caupolicán. Antes, se había presentado en las ediciones locales de Lollapalooza, en 2015 y 2019.
En esta última, generó un momento que se volvió viral, pero que da cuenta de su espíritu inquieto; cuando cantó New York, hizo algunos cambios en la letra. En la original canta: “Only motherfucker in the city who would”, pero acá cambió el “motherfucker”, por un chilenismo. La artista suelta una sonrisa cuando recuerda ese momento. “Eso salió preguntando. Cada vez que llego a un lugar, pido que le pregunten a alguien que viva ahí ¿cómo es este lugar?¿qué jerga se usa?¿qué comida debería probar?¿cómo es tu experiencia aquí?, fue simplemente eso”.
Esta vez, St.Vincent deberá preguntar por dos. A su show en el recinto de calle San Diego, se suma como invitada especial a Kim Gordon, la exintegrante fundadora de Sonic Youth que en 2024 publicó el ruidoso e inquietante álbum The Collective. Ambas se conocieron en los camarines del Barclays Center, en Brooklyn, Nueva York, la noche del 10 de abril de 2014, durante la inducción de Nirvana en el Rock & Roll Hall of Fame.

“Kim es una de mis favoritas y una de mis heroínas. Es una artista intransigente. Tiene un gusto increíble y además crea obras complicadas, radicales y violentas. Para alguien de su edad, en sus 70, es una gran inspiración”, comenta St. Vincent. “Su último disco es genial. Pudimos pasar un rato juntas en los Grammy, fue muy divertido. Además, tenemos el mismo representante, así que fue muy fácil invitarla”.
En enero pasado estuvieron juntas en el Fire Aid, el evento benéfico orientado a recaudar fondos para las víctimas de los incendios forestales en Los Ángeles. Allí se unió a los músicos sobrevivientes de Nirvana, Dave Grohl, Krist Novoselic y Pat Smear, para tocar Breed, uno de los cortes de Nevermind, a la que le imprimió una feroz interpretación vocal. Por su lado, Gordon se sumó para tocar School .
“Esas canciones van a resistir el paso del tiempo -apunta St.Vincent-. Es como si todo el mundo deseara que Kurt siguiera cantándolas, pero es un honor que te pidan que las interpretes, no que ocupes su lugar, porque nadie puede hacerlo, sino que estés ahí. Y además, el ambiente es impecable, nos lo pasamos muy bien entre bastidores, todo el ambiente era genial”.
A Chile, la compositora llega junto a su gira All Born Screaming, un álbum sobre el caos emocional que logró muy buenas críticas e incluso tuvo una reversión, Todos nacen gritando, cantado completamente al español (aunque con mucho acento), como un guiño a su fanaticada latinoamericana. Y adelanta que algo de eso se incluirá en la presentación. “Voy a incorporar un poco, tampoco es que voy a interpretarlo todo en español. No creo que nadie quiera eso”.
Pero llevar ese universo al escenario impone ciertos desafíos. Quien haya visto los shows en vivo de St.Vincent, habrá notado que rebosan en detalles y están armados con un profundo sentido teatral. Luces específicas, movimientos coreografiados, uso de implementos y prendas como guantes, etc. Todo muy bien pensado.

“Tiene que ser un mundo con una visión, unas reglas y una estructura, incluso desde el punto de vista del repertorio”, comenta. “Por ejemplo, para mí, hay algo muy completo en los triángulos y en el número tres. Entonces siempre hay tres componentes en todo momento; un vídeo, un movimiento o una iluminación concreta. Es como: «Vale, solo pueden pasar tres cosas a la vez». Me pongo estas pequeñas reglas”.
Ella misma se involucra a fondo en el diseño de los shows. “He estado en la producción, en los ensayos, sentada tocando la guitarra y cantando desde la posición del público. Ahí veo el espectáculo y diciendo: «Ok, eso debería cambiar y esto o eso». Es simplemente ser director, pero de un show en directo”.
-¿Te permites hacer cambios en el show, no solo en el repertorio, durante las giras?
-Sí, lo hago. Al principio de una gira me gusta tener las cosas un poco más claras, casi como una prueba de concepto. Eso nos da la oportunidad de trabajar, de encontrar nuestro propio ritmo. Pero ahora que me siento muy cómoda con todo el material, juego un poco más con él.

La primera guitarra eléctrica que tuvo St.Vincent, fue un modelo barato, una Peavey Raptor, de color rojo. “Venía con un pequeño amplificador, así que estabas listo para tocar”, recuerda. Desde entonces, el instrumento es parte clave de su sonido y su estética. No es casual, en 2023, Guitar World la definió como “una heroína de la guitarra del siglo XXI, impredecible en su afán por redefinir el sonido de la guitarra eléctrica”.
Pero cuando se le pregunta cómo se siente con esos halagos, es mesurada. “Me siento honrada, aunque hay mucha gente que puede mover los dedos más rápido que yo. Pero si pienso en el objetivo final de cualquier artista, es tener una voz en un instrumento que suene como tú. Cuando suena una nota de Miles Davis, sabes que es Miles Davis. Alguien me preguntó: «¿Es The Edge un gran guitarrista?». Yo respondí: «¿Puedes cantar todas las partes de The Edge? ¿Son pegadizas? ¿Te hacen sentir algo? ¿Son parte integral de la canción? Entonces, sí, The Edge es un gran guitarrista». ¿Es Johnny Marr un gran guitarrista? Sí, porque podrías cantar cualquiera de sus partes de guitarra. Creo que en la guitarra, si no hay arte, el virtuosismo es aburrido”.
-Hay músicos que se han mostrado críticos con las plataformas digitales, de hecho, Björk aseguró que Spotify “es lo peor” que les ha pasado ¿cómo lo ves?
-No encuentro la interfaz de usuario muy intuitiva para descubrir cosas interesantes. No me gusta hacer clic en un artista y ver solo sus canciones más populares. Creo que la cuestión es también qué es lo que quieres de la música. Recurro a la música para consolarme, curarme, liberarme. Si quieres esas cosas, los artistas hacen álbumes, entonces quiero una conexión profunda y significativa con mi trabajo y con el trabajo de otras personas en mi vida. Pero la profundidad de la experiencia no es igual al número de veces que la has escuchado, no son los mismos criterios con los que valoramos las cosas. Pero yo quiero un compromiso significativo. En particular, no encuentro muchas plataformas que propicien una interacción profunda y significativa.
Las entradas para asistir al concierto de St. Vincent, con Kim Gordon de invitada, están disponibles vía Puntoticket. Ya se agotaron las localidades de platea alta.

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