Selman se pasa a la política

Hay en la opción que tomará Rubén Selman (52) cierta dosis de masoquismo. El ex árbitro FIFA, uno de los más destacados que produjo el fútbol chileno, cambiará la ocupación en la que sólo se reciben pifias por la política, otra actividad en la que también se acumulan muchas críticas. Más aún en Chile, donde la desaprobación para los representantes de la ciudadanía es altísima.

El ex juez internacional se entusiasma. Recorre la Plaza de la Constitución sonriente. Ilusionado. Posa para las fotografías, saluda a algún transeúnte que lo reconoce con la mano abierta y pide alguna copia para la campaña que tendrá que implementar para las elecciones municipales de octubre. En los comicios, postulará para concejal por Quinta Normal, su primer cargo público y el potencial inicio para una nueva carrera. "Quién sabe si, en algunos años, estoy allá adentro", bromea, mientras observa los movimientos de la guardia del palacio presidencial con la misma atención que le dedicaba a cada acción de los futbolistas.

Ya tiene slogan: "Selman va a echar a...". Pretende acompañarlo de los vicios que, desde su nueva plataforma, pretende desterrar: "la delincuencia, la falta de probidad y los abusos contra la ciudadanía". La frase tiene origen. "Obviamente, recuerda la polémica con Jorge Valdivia en 2006 y la frase que dijo ante las cámaras de televisión en ese partido con la UC. Es lo que quedó y hay que aprovecharlo. Eso sí, jamás lo amenacé. Siempre he sido reconocido como drástico y duro, pero no le dije nada. De eso estoy seguro", afirma.

Quiere ayudar al lugar en que reside desde siempre. "Es una zona alicaída, dejada al olvido. Quiero que la gente viva como corresponde. Estamos pegaditos a Santiago, pero estamos atrasados en todo. Recién se están arreglando veredas, porque vienen las candidaturas. Quiero que la gente confíe en mí. Soy parte de la comuna. Vivo y trabajo ahí. Combatir, sobre todo, la delincuencia. Hay que hacer muchas cosas. Es una comuna tradicional, con patrimonio histórico que hay que cuidar y fortalecer", dice.

Habitualmente frontal para expresar sus posturas, como hace un par de meses, cuando reveló que es hincha de Universidad de Chile, y aunque no oculta que ideológicamente es de derecha, prefiere mantener en reserva el partido que lo respalda. "No puedo, porque estaría haciendo propaganda. Cuando sea el momento, diré el partido. Tengo el apoyo de uno. De la U hablé siete años después de que me retiré, así que denme tiempo", pide.

Igualmente, se rinde al juego. No le teme al lapidario juicio de las redes sociales y amenaza con usar las tarjetas con "todos los políticos corruptos, ésos a los que la gente no quiere".

También, en la línea de los nuevos tiempos en el arbitraje, se reserva el último recurso para defender a otros. "Utilizaría la video referencia con Pablo Longueira. Para mí, es un tipo íntegro que fue formalizado. Uno es inocente hasta que se pruebe lo contrario", sostiene.