Adiós a la leche Purita: Salud distribuirá nueva fórmula para evitar obesidad y sobrepeso en lactantes

En vista de los altos índices de obesidad, el Minsal inició la reformulación del programa que entrega productos lácteos a recién nacidos, niños y embarazadas. Comenzará con los menores de 12 meses, que optarán a una fórmula de inicio adaptada a sus necesidades y con menor carga proteica.


La mayoría la recibía en una taza, con agua tibia, a la hora de once o al desayuno. Algunos la devoraban en polvo, mezclada con azúcar y a escondidas. Y para otros el recuerdo es menos grato: había que tomársela obligado, porque con la leche no se transaba.

Cuando debutó la leche Purita (en 1974), la realidad de la nutrición infantil en Chile era muy compleja: casi el 16% de los niños menores de seis años presentaba algún grado de malnutrición. Por eso, la continuación y masificación de esta política de entrega de fórmulas lácteas en la red pública de salud -que había nacido en 1954, operando a menor escala- tuvo un fuerte impacto en ayudar a erradicar este problema.

Pero a más de cuatro décadas, el cambio ha sido radical y el problema alimentario en los niños chilenos ahora está en el otro extremo: la malnutrición por exceso. De hecho, más de la mitad de los niños del país tienen sobrepeso u obesidad y en los menores de seis años el 12,1% presenta obesidad.

“El impacto de la obesidad no es solamente el problema de salud que conlleva; los niños que la padecen tienen más probabilidades de ser discriminados, estigmatizados o víctimas de bullying. Además, en términos académicos, estudios internacionales demuestran que tienen menor probabilidad de alcanzar estudios superiores y en la vida adulta tienen menor productividad laboral”, afirma la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.

En este contexto y frente a la nueva realidad nutricional -en términos generales, el 75% de la población presenta obesidad o sobrepeso-, el Ministerio de Salud ha emprendido una revisión al Programa Nacional de Alimentación Complementaria, que consta de la entrega de distintas fórmulas a la población más vulnerable: lactantes, niños menores de seis años y embarazadas.

Los primeros cambios -en los que han intervenido expertos de las sociedades de pediatría, nutrición, salubristas y representantes de hospitales- se aplicarán al suplemento Purita Fortificada que reciben los menores de un año, quienes fueron definidos como prioritarios. Esto, a la par con un fortalecimiento del programa de lactancia materna, para lograr que sea exclusiva y se extienda, al menos, hasta los seis meses.

“La lactancia materna es uno de los pilares más importantes, puesto que al ser exclusiva y cuando llega hasta los seis meses o más, está demostrado que disminuye la posibilidad de obesidad en los menores”, dice Daza.

Actualmente, las madres que se ven impedidas o tienen obstáculos con la lactancia reciben en los consultorios leche Purita Fortificada, un producto elaborado en base a leche de vaca adicionado con hierro, zinc y otras vitaminas. Lo mismo para el grupo de seis a 12 meses. Y el año pasado, casi 49.000 menores de un año contaban con el beneficio, es decir, casi un cuarto de los niños que nacen cada año en el país consumen este producto.

Eso, hasta ahora. Este suplemento ya no será distribuido a este grupo y será reemplazado por una fórmula de inicio, reducida en azúcar y calorías, y más adecuada a los requerimientos esenciales de los más pequeños.

“La leche Purita tiene una carga proteica muy alta e incide, obviamente, en el problema de la obesidad. Por eso comenzaremos ahora con este cambio. La nueva fórmula de inicio cuenta con todos los micronutrientes recomendados para este grupo, pero tiene una menor carga proteica, menos ácidos grasos saturados, y contiene omega 3 y omega 6”, añade la subsecretaria.

El cambio del suplemento ya ha sido probado a través de pilotos realizados en La Araucanía, Magallanes y centros de salud del Servicio Metropolitano Occidente. En dichas pruebas, las madres respaldaron el producto: el 24,7% lo calificó como muy bueno y el 61,1%, como bueno. Lo mejor evaluado, eso sí, fue el enfoque de equidad, donde se destacó la entrega del beneficio como un aporte económico hacia la población más vulnerable.

El cambio será paulatino, por edad y territorialmente. Desde mañana aplicará en las regiones de Arica y Parinacota; Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Aysén, partiendo con niños y niñas hasta los seis meses de edad, y continuará por el país hasta terminar en Valparaíso y la Región Metropolitana. En febrero de 2022 la nueva fórmula de inicio ya debería entregarse a lo largo de Chile a todos los menores de 12 meses.

Seguido de este grupo se aplicará una reformulación al suplemento que reciben los menores prematuros y luego vendrá una tercera etapa, masiva, para modificar los programas básico y de refuerzo, que afectarán a los productos Purita para los niños menores de seis años, Purita Cereal y Purita Mamá.

“Este es un cambio muy esperado por los pediatras, porque Purita fue maravillosa para eliminar la desnutrición del siglo pasado, pero hoy en Chile el problema mayor es la obesidad y las fórmulas altas en grasa favorecen no solo eso, sino también las enfermedades cardiovasculares. Entonces, es recomendable un producto más balanceado para los lactantes, para que tengan una nutrición óptima”, dice Humberto Soriano, pediatra y miembro del departamento de Gastroenterología y Nutrición de la Universidad Católica.

Lorena Rodríguez, pediatra de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile y magíster en nutrición, explica que es importante hacer hincapié en la lactancia materna para este grupo y brindar los apoyos que requieren las madres para conseguirla, teniendo en consideración los problemas, desde laborales a familiares y sociales, que pueden obstaculizarla.

“Hoy, cuando no hay posibilidad de lactancia materna, se entrega leche Purita Fortificada, que es leche entera sin las adecuaciones necesarias para los niños pequeños”, dice la pediatra, quien agrega que muchas veces las madres deben añadirle componentes, como aceite o azúcar, para cubrir los aportes requeridos.

Sobre los cambios que vienen al programa de la leche Purita que reciben los niños de entre uno y seis años, ambos pediatras coinciden en que -junto con cambios a la alimentación y la introducción de hábitos saludables- debe reducirse el aporte de materia grasa.

“No debería tener adición de azúcar, porque la leche ya tiene lactosa, y se debiera tender a lo semidescremado o descremado, dependiendo de la edad, para ir adaptando, además, a los niños a los sabores menos grasos. Si uno recibe productos muy grasos en la infancia se produce un acostumbramiento y una búsqueda de eso más adelante. Lo mismo con lo dulce. Por eso, es importante que los niños se adapten a sabores menos concentrados y naturales”, plantea Pizarro.

Soriano, a su vez, sostiene que desde los 12 meses los niños deben tener dos a tres porciones de lácteos al día, por el aporte de calcio. “Pero la leche entera y elevada en grasa no es la mejor opción nutricional para los niños en crecimiento, lo ideal es que reciban lácteos al menos semidescremados”.

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