Daños en infraestructura de servicios básicos: bombardeos de Israel agudizan crisis humanitaria en Gaza

Una unidad de artillería israelí dispara contra objetivos en la Franja de Gaza, en la frontera israelí de Gaza, este martes. Foto: AP

Según la ONU, han aumentado los desplazados internos. Además, se han destruidos los sistemas de alcantarillado y el suministro regular de agua se ha reducido en un 40%. Reportes de medios israelíes señalan que se habría acordado un alto el fuego entre Hamas e Israel que comenzaría el jueves, aunque la administración de Netanyahu lo ha negado.


El conflicto entre Israel y Hamas amenaza con empeorar la crisis humanitaria en Gaza. Los cohetes lanzados por el grupo islámico a territorio israelí y los bombardeos en respuesta contra el enclave palestino no se detienen. Entre el lunes por la noche y el martes por la mañana, el Ejército israelí registró 90 ataques con cohetes desde Gaza en dirección al territorio israelí y éste atacó, por su parte, “65 objetivos terroristas” en el estrecho territorio poblado por dos millones de habitantes.

Desde el 10 de mayo, 3.440 cohetes fueron disparados desde la Franja de Gaza, indicó el Ejército israelí, que precisó que un 90% fue interceptado por el sistema de defensa antiaéreo. Desde que empezó el conflicto, 213 palestinos -de ellos, al menos, 61 niños- han muerto en Gaza y más de 1.400 han resultado heridos. En el lado israelí, 10 personas -incluido un niño- fallecieron y 294 resultaron heridas por el lanzamiento de cohetes.

Tal como ha ocurrido en anteriores enfrentamientos violentos en el conflicto entre israelíes y palestinos, la situación de la población civil en la Franja de Gaza se ha vuelto a deteriorar esta semana. Según cifras de la ONU dadas a conocer el martes, el conflicto ha provocado un mayor desplazamiento de palestinos, lo que eleva el número acumulado de desplazados internos a 72.000, incluidos 47.000 que buscaron protección en 58 escuelas del organismo en Gaza. Otras 25.000 personas desplazadas se quedaron con familias de acogida.

Soldados israelíes observan durante una protesta contra Israel, cerca del puesto de control de Hawara, próximo a Naplusa, en Cisjordania. Foto: Reuters

Lo que distingue a los refugiados en Gaza de los de todas las demás regiones del mundo en conflicto es que su ruta de escape está cortada por la valla a lo largo de la frontera. Sin un permiso emitido por Israel o por su vecino del sur, Egipto, no hay forma de que puedan abandonar el terreno de 360 kilómetros cuadrados. Dieciséis escuelas administradas por la Agencia de Obras Públicas y Socorro de la ONU (OOPS), que brindan apoyo humanitario a los refugiados en los territorios palestinos, se convirtieron en refugios de emergencia.

El cruce de Kerem Shalom en Gaza, controlado por Israel, se abrió temporalmente el martes para la entrada de suministros humanitarios críticos, por primera vez desde el comienzo de las hostilidades.

A este panorama se suman los daños materiales que han dejado los bombardeos, lo que ha profundizado la crisis humanitaria en el lugar. Según el diario The New York Times, los sistemas de alcantarillado han sido destruidos, enviando las aguas residuales fétidas a las calles de la ciudad de Gaza. Una planta de desalinización fundamental que ayudó a proporcionar agua dulce a 250.000 personas está desconectada y las tuberías de agua que abastecen al menos a 800.000 personas se han dañado. Los vertederos están cerrados y la basura se acumula. Y decenas de escuelas sufrieron daños o se les ordenó cerrar, lo que obligó a unos 600.000 estudiantes a faltar a clases el lunes.

La empresa de distribución de electricidad de Gaza (GEDCO) informó de daños adicionales en las líneas y redes de alimentación, lo que reduce el suministro de energía promedio a entre tres a cuatro horas al día en toda Gaza. La reducción de la electricidad también afecta la capacidad de los proveedores de servicios para operar plantas desalinizadoras de agua, plantas de tratamiento de aguas residuales y estaciones de bombeo de agua y alcantarillado.

Un palestino hace gestos mientras ondea una bandera durante una protesta cerca del puesto de control de Hawara, próximo a Naplusa, en Cisjordania. Foto: Reuters

Según la Autoridad Palestina del Agua (PWA), el suministro regular de agua se ha reducido en más del 40% debido a la suspensión o reducción del funcionamiento de las instalaciones de agua, higiene y saneamiento.

En su reporte del lunes, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios indicó que seis hospitales y 11 centros de atención primaria de salud han resultado dañados, y un recinto sufrió daños graves. El panorama es aún más complicado debido a la pandemia del coronavirus, esto luego que la variante británica golpeara el enclave palestino.

A principios de mayo, según Médicos sin Fronteras, la Franja de Gaza, que es mucho más pequeña y tiene menos residentes que Cisjordania, representaba más del 60% de los casos activos de Covid-19 en los territorios palestinos. Actualmente hay más de 1.000 nuevos contagios allí por día, y los hospitales ya estaban llenos antes del inicio de la escalada de violencia.

A esto se suma que los suministros de vacunas que se dirigían a Gaza se retrasaron indefinidamente por el conflicto, lo que empeora la situación sanitaria ya que solo el 5% de las personas en los territorios palestinos han recibido una vacuna.

Además, el 75% de la población de Gaza dependía del suministro de alimentos y un tercio de los medicamentos básicos no estaban disponibles.

Cohetes lanzados hacia Israel desde la ciudad de Gaza, el martes. Foto: AFP

¿Se avecina el alto el fuego?

El conflicto se extendió a Cisjordania, donde 21 palestinos han muerto en una semana en enfrentamientos con el ejército israelí, uno de ellos el martes en Hebrón, según las autoridades palestinas. El ejército dijo que se frustró un intento de ataque por parte de un hombre armado.

Tras la convocatoria de una huelga general por parte del partido Fatah, del Presidente palestino, Mahmoud Abbas, los comercios y las escuelas de Ramala y otras ciudades de Cisjordania cerraron el martes. El llamado tuvo eco en las ciudades árabes israelíes y en las ciudades “mixtas” de Israel, donde la tensión entre judíos y árabes es elevada.

La ofensiva de la comunidad internacional se intensificó y el Consejo de Seguridad de la ONU se iba a reunir por cuarta vez para una sesión de emergencia el martes, pero Estados Unidos sigue oponiéndose a la adopción de una declaración que llame al “cese de la violencia”.

El Presidente estadounidense, Joe Biden, acusado por su propio partido de falta de firmeza frente a Israel, expresó el lunes su apoyo a un “alto el fuego”, en una nueva llamada telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Sin embargo, el premier israelí señaló: “Nuestra línea es seguir atacando objetivos terroristas”.

Vista de un ataque aéreo israelí en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el martes. Foto: AFP

Por otro lado, un alto funcionario israelí señaló -según consignó el diario Haaretz- que “salvo acontecimientos inesperados, un alto el fuego entre Israel y los grupos terroristas de Gaza entrará en vigor el jueves”. “No hay un resultado decisivo y no lo habrá”, indicó el funcionario. “Todos estamos cansados”.

Varios medios de comunicación israelíes han informado sin citar fuentes que se espera un alto el fuego dentro de dos a tres días, ya que ambas partes han cumplido sus principales objetivos declarados en el conflicto actual.

Sin embargo, una fuente diplomática familiarizada con los esfuerzos de Egipto para negociar un alto el fuego entre Israel y Hamas dijo al diario The Times of Israel que las conversaciones aún están en curso y que no se ha alcanzado tal acuerdo.

Este periódico citó un reporte de Canal 12 en el que mencionan “informes extranjeros”, sin detallarlos, en el que se señala que Netanyahu ha informado a Washington que está listo para un alto el fuego a partir del jueves. Un informe dijo anteriormente que Egipto propuso una tregua a partir del jueves a las 06.00 y que Hamas aceptó la oferta.

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