Enusc y percepción de inseguridad
A la luz de los resultados de esta encuesta es claro que en materia de seguridad todavía hay muchos desafíos pendientes, y es un hecho que la sensación de inseguridad que se advierte en la población no es infundada.

La última Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc) -elaborada por el INE, y que en este caso recoge datos de 2024- ha revelado que la realidad delictual del país sigue sin mostrar mejoras significativas para la ciudadanía, dando cuenta de que los principales indicadores no experimentaron cambios significativos o en algunos casos se han deteriorado, como ocurre con el porcentaje de hogares victimizados. En este caso, la cifra subió a 23,5%, un aumento respecto de la encuesta del año anterior, donde dicha variable se ubicó en 21,7%. En el caso de las personas que a nivel país perciben que la delincuencia aumentó en el último año, el porcentaje se mantuvo prácticamente sin cambios, situándose en 87,5%, el tercer mayor nivel desde 2015 -90,6% en 2022 y 87,6% en 2023-, si bien dicho indicador disminuye si la gente es consultada por la realidad de su comuna o de su barrio.
En el caso de los hogares victimizados, es cierto que los resultados de esta Enusc son mejores que los registrados en años previos al 2019 -el 2017 se alcanzó un porcentaje de victimización del 28%-, pero también es un hecho que a partir de 2022 el porcentaje volvió a subir; de hecho, al mirar el período 2020-2024 se tiene que la cifra de este último año es la mayor en todo ese lapso.
Al mirar lo que ocurrió en el caso de los delitos violentos en 2024, el porcentaje de hogares afectado alcanzó al 8,5%, una ligera alza respecto de 2023. Si los resultados se examinan por regiones, se observan realidades muy dispares, pues la Región Metropolitana está muy por sobre el promedio (11%), mientras que Arica y Tarapacá superan el 9%. Son delitos que además tienden a afectar sobre todo a los sectores socioeconómicos bajos y medios, según muestra la encuesta. Los delitos más frecuentes en esta categoría son robo con violencia o intimidación, que no presenta cambios respecto al año anterior, y amenaza violenta, que sí muestra una ligera alza.
Una revisión de los delitos temáticos muestra que aumentó la proporción de hogares victimizados por delitos de robo con y sin violencia; subió también el delito de hurto como también aquellos de tipo económico o los relacionados con cibercrimen. En general no son alzas significativas, pero dan cuenta de que los avances en su combate no han sido significativos.
La percepción de que la delincuencia ha aumentado también se ha reflejado en cambios de hábitos de la población, de modo que un alto porcentaje evita usar su teléfono celular en la vía pública, caminar por ciertos lugares o salir de noche, aspectos que se acentúan en el caso de las mujeres. Son elementos que deterioran profundamente la calidad de vida de las personas y que alimentan un sentimiento generalizado de inseguridad.
Si bien los resultados de esta encuesta no muestran una situación en crisis, revelan que en materia de seguridad hay todavía muchos desafíos pendientes, y que la sensación de inseguridad que se advierte en la población no es infundada. A ello se suma la peligrosa realidad que está generando el crimen organizado y nuevas formas de delito vinculadas a este, como el secuestro o extorsión, delitos que si bien aún se presentan en bajas proporciones, preocupa su tendencia al alza.
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