De nada sirvieron los videos que Francisco Bozán observó para preparar el partido contra Vasco da Gama. Tampoco los refuerzos llegados para disputar la Copa Libertadores. El 0-4 propinado por el cuadro brasileño no sólo fue un golpe de realidad para la Universidad de Concepción, sino también para el fútbol chileno.

Las diferencias quedaron expuestas desde el primer minuto. No tanto por el juego sino por la prolijidad, dedicación y jerarquía. Errores infantiles en defensa y portería que condenaron a que una llave de 180 minutos quedara decidida en 45.

"Este equipo no le va a faltar el respeto al fútbol ni a la Copa Libertadores. Vamos a salir a buscar el partido, como lo hacemos en todos los partidos que este equipo sale a disputar", comentó el DT del Campanil de cara al encuentro de hoy.

Y agregó: "El resultado fue excesivo. Nos creamos varias ocasiones, pero no estuvimos finos. Ellos se metieron un poco atrás y buscaron los espacios que nosotros dejamos".

Los de Concepción necesitan buscar el partido y anotar cuatro goles para recién forzar los penales, además de mantener la portería en cero. Una quimera tan improbable como asistir a un alza súbita en el desempeño de los equipos chilenos en torneos internacionales; como que la zagas no concedan goles a los tres minutos; como que los brasileños dejen de ser brasileños. Un milagro, a fin de cuentas.

La última visita del Campanil a Brasil por la Libertadores fue en 2004, cuando enfrentó a Cruzeiro. La goleada fue implacable: 5-0 en un partido en el que estuvo Hugo Droguett y en donde concedieron un gol tan solo a los 5'.

Tal parece que Bozán no realizará mayores cambios al once que inició en Collao el miércoles pasado. Jean Paul Pineda por José Huentelaf constituirá la única novedad con la que arribarán al Sao Januário para concretar la casi imposible remontada.

No llegarán de la mejor manera, sin duda. No sólo por el partido de ida, sino también por la incapacidad de defender su localía en el inicio del torneo, ya que cayeron por 0-2 ante O'Higgins en el Ester Roa. Nada apoya el milagro.