Finalmente, la Conmebol aplaza el partido para mañana a las 17.00 horas

COPA LIBERTADORES

Tras varias reprogramaciones, la Confederación decidió posponer el partido hasta mañana, tras llegar a un acuerdo con ambos clubes.



Lo que parecía una fiesta se transformó, de un momento a otro, en un escándalo. El bus de Boca Juniors fue apedreado en su llegada al estadio Monumental, lo que dejó varios jugadores heridos e incapaces de disputar el partido. La policía, en su afán por dispersar a la multitud, hizo uso de bombas lacrimógenas que también afectaron a los integrantes del plantel xeneize. Al menos cinco de ellos habrían vomitado dentro del camarín.

Rodoldo D'Onofrio y Daniel Angelici, presidentes de River Plate y Boca Juniors, respectivamente, se reunieron con dirigentes de la CONMEBOL para dirimir si la final se juega hoy. Tras varios minutos de debate, la CONMEBOL, a través de sus redes sociales, anunció que la final se jugaba a las 18.00 horas, algo que no se llegó a cumplir. Se volvió a reagendar para las 19.15, pero nuevamente no se llegó a jugar. Finalmente, a las 19.20, la Conmebol decidió suspender el partido para mañana a las 17.00 horas.

Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo fueron derivados a un hospital y no jugarán la final. Pérez quedó con una astilla en el ojo, mientras que Lamardo sufrió un corte en la cabeza.

El siguiente video, publicado por el periodista argentino Pablo Lissoto, muestra el momento exacto en el que el bus de Boca fue atacado:

https://twitter.com/plisotto/status/1066403565672022016?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1066403565672022016&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.lanacion.com.ar%2F2195949-river-boca-transmision-vivo

Como se observa, existe nula presencia policial en una zona llena de hinchas millonarios.

César Martucci, dirigente de Boca Juniors, explicó la situación en conversación con Fox Sports: "Fue confuso. Había mucha gente y la policía se vio desbordada, lo que los obligó a lanzar gas lacrimógeno que se terminó metiendo en los vehículos".

Tras la llegada al túnel de vestuarios, varios integrantes del plantel ingresaron al camarín tosiendo y con dificultades para respirar. Ya adentro, cinco de ellos vomitaron por las náuseas provocadas por el gas.

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