Diego Forlán: “Como entrenador, Manuel Pellegrini es espectacular y su calidad humana es muy grande”

Diego Forlán, en su época como técnico de Peñarol.

La leyenda del fútbol uruguayo y Balón de Oro en Sudáfrica 2010 prepara su viaje a Chile para dar una charla. Aquí repasa sus vivencias, habla de su amor por el tenis y confiesa por qué decidió retirarse. Además, sorprende con su opinión del caso Byron Castillo.



Diego Forlán (Montevideo, 19 de mayo de 1979) se describe como un hombre pleno. Luego de breves pasos como entrenador de Peñarol y Atenas en su país, hoy está abocado a distintas actividades relacionadas al fútbol. Precisamente, una de ellas es el ciclo de charlas El Día Después by Mastercard, que traerá el 11 de junio a la leyenda uruguaya a Chile, donde se presentará en el Centro Cultural CorpArtes. Es miércoles en Francia y desde ahí el Balón de Oro y goleador del Mundial de Sudáfrica 2010 atiende de forma telemática a El Deportivo.

¿Cómo vive el día después?

Yo disfruto de todo. Tuve la oportunidad de jugar al fútbol por 21 años a nivel profesional, dando vueltas por todo el mundo. No lo sentí como un trabajo y lo disfrutaba. Y a medida que fui llegando a la edad cerca del retiro, tuve tres o cuatro meses donde no jugué. Me fui dando cuenta de que iba llegando el tener que dejarlo el día de mañana. A la vez, yo me casé grande. Tuve mi primer hijo a los 36 años; hoy tengo cuatro hijos. Entonces, me demanda mucho tiempo, disfruto también con ellos... Estuve cien por ciento abocado al fútbol y hoy estoy disfrutando mucho de la familia y de cosas que no pude hacer a lo largo de esos 21 años de estar lejos de mi país. Ahora estoy disfrutando del día a día, hago cosas relacionadas al fútbol y otras que no...

¿Qué lo lleva a tomar la decisión?

Yo te soy sincero: si hubiera querido seguir jugando hasta el día de hoy, teniendo 43 años, no hubiera tenido ningún problema de poder hacerlo. Es cuestión de agarrar el ritmo y, acompañado de jóvenes y teniendo la experiencia, podría haber jugado hasta el día de hoy. Físicamente, me encuentro bien, era cuestión de tener las ganas. Entonces, no fue un problema físico. Yo me retiré a los 39 y había cosas que ya no tenía muchas ganas de aguantar. Soy muy pragmático y veo la Libertadores, que es lo más cerca que uno podría estar, y digo “qué lindo poder estar ahí”. Ahora, si soy sincero conmigo mismo, y tengo que aguantar los partidos, los entrenamientos y muchísimas cosas que viví a lo largo de esos 21 años, te digo que no. Prefiero estar donde estoy.

¿Y cómo fue esa conversación interna para tomar la decisión?

Cuando estaba en Hong Kong, había partidos en que el entrenador me decía que me quedara en casa, que no viajara con el equipo, y la verdad es que lo disfrutaba. No me molestaba, estaba contento. Aprovechaba para conocer la ciudad y hacer turismo. Y ahí, hablándolo con mi mujer y dándome cuenta de que prefería más quedarme en la casa que ir a jugar el partido, sentí que era una señal de que algo estaba cambiando. En ese momento tenía 38 años. Influyó el día a día, el ida y vuelta con la vida cotidiana dentro del fútbol... Y también hay que saber decir basta, no llegar hasta el último momento y decir “hoy podría estar jugando”. Pero capaz que no rindiendo de la manera que el mundo espera, porque la gente espera el rendimiento de cuando uno estaba mucho mejor. Entonces, la imagen no es la misma y es bueno a veces decir basta, por más que estés en condiciones de poder seguir.

Luego, asumió como entrenador. ¿Cómo fue esa experiencia?

Fue muy linda, una experiencia importante estar en Peñarol, uno de los equipos más grandes tanto de Uruguay como de Sudamérica, y en el mundo un equipo muy importante, muy ganador... La verdad que fue poco tiempo, pero lo disfruté mucho. En ese momento teníamos una inestabilidad. No digo que estábamos mal ni tampoco bien, sino que necesitábamos un tiempo para acomodarnos. Estuvimos en medio de la pandemia y no hubo tiempo. Esto es el fútbol de hoy y son las reglas del juego. Lamentablemente, nos fuimos rápido. Teniendo un poquito más de tiempo, se hubiera podido ver más nuestro trabajo, pero lo que me pasó a mí es lo que les pasa a muchos entrenadores y va a seguir pasando. Lo mismo en Atenas, donde tuvimos más tiempo. El equipo estaba bien, muy contento con el grupo, en zona de clasificación para subir... Éramos el equipo con más goles anotados y menos recibidos... No fue un tema deportivo, porque estábamos en los lugares donde teníamos que estar, pero no se llegó a dar y tuvimos que salir. Las dos experiencias fueron muy lindas y las disfruté.

¿Piensa seguir entrenando?

Con respecto al futuro, veré qué tipo de oferta y de lugar. Me gusta mucho, pero hago otras cosas relacionadas al fútbol que también las disfruto.

¿Qué opinión tiene de Diego López, el nuevo técnico de Universidad de Chile?

Es una grandísima persona, muy tranquilo; joven y con mucha personalidad... Un tipo que dirigió en Italia y fue campeón con Peñarol. Ojalá tenga el tiempo para poder demostrar en un equipo importante como la U. Los resultados son muy importantes a lo largo del contrato de todo entrenador, pero sin lugar a duda que para aquel que comienza, llegando a un lugar nuevo y en un país extranjero, es importante tener esos resultados desde el principio, para darle tranquilidad a la gente y trabajar con mayor calma.

A propósito de entrenadores, usted también fue dirigido por Manuel Pellegrini. ¿Qué vivencias le dejó?

Y qué te voy a decir de Manuel. Como entrenador es espectacular y, aparte de eso, su calidad humana es muy grande. Ha tenido un crecimiento enorme desde que llegó a España. Pasó por grandísimos equipos y siempre ha dejado una huella. En el Betis, logró la Copa del Rey, qué hace no sé cuánto tiempo no ganaban. Tengo un cariño enorme por Manuel y por Rubén Cousillas. Son grandes personas, pude estar con ellos en sus inicios en Europa y me pone muy contento que sigan logrando cosas importantes. Uno cuando ve a buenas personas y buenos profesionales haciendo las cosas bien, se pone muy contento.

Usted coincidió con muchos jugadores chilenos. ¿Cuál fue el mejor que enfrentó?

Enfrenté a muchos durante mi carrera y fui compañero de algunos. De los que enfrenté, Mark González, que estuvo en un grandísimo nivel; Chupete Suazo, también, haciendo goles. Vidal, Alexis... Y te nombro más a Medel, porque es un jugador polifuncional muy bueno y era al que me enfrentaba mucho más, porque los otros eran más ofensivos. Defensivamente es muy bueno; trabajador. Obviamente es muy valorado, pero con el tiempo lo es mucho más, porque lleva mucho en la selección chilena. En sus inicios, quizás uno miraba más lo ofensivo y no lo defensivo, pero su trabajo en la Selección en los últimos años ha sido importantísimo, porque también les ha dado esa tranquilidad a aquellos jugadores ofensivos para hacer lo que tengan que hacer, mientras él se encarga de lo defensivo.

Durante su carrera, tuvo un paso muy importante por el Manchester United. ¿Por qué cree que le ha costado tanto levantar?

Es difícil dar una opinión de lejos. No sé cuál es la interna, pero todo es más competitivo. Antes el Manchester City no era lo que es hoy; el Chelsea ha crecido y el Liverpool volvió a ser lo que era a lo largo de su historia. Entonces, la competencia es mucho más feroz. Antes era más sencillo para el Manchester atraer a talentos jóvenes a sus filas y hoy es más duro. Y, después, está no solo lo que tú formas, sino lo que adquieres. Yo creo que la salida de sir Alex Ferguson fue un golpe muy grande. Y es lógico. Son personas, hay emociones… El legado sigue estando. Fueron muchos años dirigiendo al equipo y, quieras o no, es normal que esté pasando eso. Porque él no solo era el entrenador, sino que el mánager y un tipo muy cercano a los jugadores y a los jóvenes. Adquirió un poder dentro del club que no es fácil reemplazar. Son muchísimos factores, hay que darles tiempo para trabajar. Yo creo que van a volver a estar donde estaban, pero a la vez hay que sumar detalles que no son pequeños, como que la competencia es más grande. Con el poder adquisitivo que tienen, por su gente y por su historia, es cuestión de tiempo y trabajo. Esperemos que con Ten Hag puedan tener ese momento y se pueda crear esa base para lograr esos resultados que todo el mundo quiere.

¿Qué le parece que Chile pueda ir al Mundial por vía administrativa?

Me sorprendió. Hablé con gente en Uruguay que conoce del caso y la situación, y me dijeron “mira, no es fácil, pero se puede llegar a dar”. Lo que tengo entendido, por un amigo abogado que conoce mucho a la gente de Chile, es que la federación chilena tiene un departamento muy bueno y de muy buenos expertos que todo el tiempo ven estas cosas. Y habrá que ver... Si se llega a dar la descalificación de Ecuador y la clasificación de Chile, es el reglamento y hay que cumplirlo. No sé quién tiene razón. Si fuera Uruguay el que estuviera en esa situación y la FIFA dice que clasifica por esto, bueno, iríamos al Mundial... Sé que la federación chilena está en buenas manos y habrá que ver cómo termina eso.

¿Cómo ve a Uruguay en el Mundial, con Diego Alonso de técnico?

Lo veo bien. Es un grupo parejo. Corea del Sur, Ghana, Portugal y Uruguay son selecciones buenas, con buenos jugadores, bastante parejas. Yo creo que si Uruguay, en este caso con el nivel de jugadores que hay, está en un rendimiento bueno, tendríamos que clasificar. No es lógica pura el fútbol, sabemos que uno más uno no es dos... Al entrenador lo veo trabajando bien. El cambio de técnico es una inyección anímica, de esperanza que se renovó para muchos jugadores, y yo lo veo bien. Lo que ocurre es que, si pasas el grupo, puedes encontrarte con Brasil, Alemania, España, Croacia, Francia, Argentina… Hay muchísimas selecciones que tienen el mismo nivel y pueden ser campeonas. Se utiliza mucho la palabra fracaso si una selección se va en octavos o en cuartos. Fracaso lo veo como algo espantoso y que no se dio. Si te elimina Brasil, no le diría fracaso. Hay muchas selecciones con chances de ganar el Mundial. A veces no solo es el nivel, sino que cómo se conforma el plantel, porque no siempre los 11 que comienzan son los que llegan a la final. Se sustenta mucho más con las selecciones que pueden mantener ese nivel a lo largo de todos los partidos, lo que hace que los planteles se vayan desmenuzando poco a poco. Por eso es muy importante cómo conformarlo.

Supe que está jugando mucho tenis...

Justo me agarras acá en París, de vacaciones con los chicos, y en un rato me voy a ir a ver a Rafael Nadal. Soy zurdo también y me encanta. Jugaba mucho a los 16 años y hoy juego todos los días. Ahora que estoy de vacaciones, no, porque mi mujer no me deja traer las raquetas. Si no, las traería. Obviamente que juego mucho, me encanta. También juego pádel, pero mucho más tenis. Rafa y Federer son jugadores espectaculares, pero me siento mucho más reflejado en Rafa Nadal. Conozco a varios, he peloteado con algunos, pero verlo a Rafa en Roland Garros, ahora que tengo la oportunidad, va a ser un espectáculo.

¿Qué sueños le quedan por cumplir?

Al haber jugado al fútbol y hacerlo por tantos años, uno se siente realizado a nivel profesional. Después, a nivel personal, tener la familia que tengo, poder disfrutar a mis hijos, estar acá de vacaciones con ellos... Trato de no perder ni un minuto del día a día de ellos y para mí eso es lo más grande que hay. Disfruto mucho de estar con mi familia, con mis padres, mis hermanos. Yo quería jugar al fútbol y terminé jugando en Europa, jugando mundiales... Podría haber soñado la posibilidad de haber jugado un Mundial, pero no haber jugado tres y ganado la Copa América. La verdad, fue mucho más de lo que había imaginado.

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