El bochorno físico chileno

Foto: Photosport

La vuelta a la competición internacional aireó de nuevo la debilidad de los equipos grandes chilenos a la que salen a competir con extranjeros. La segunda fecha de la Libertadores vuelve a medir esas carencias.



Volvió a pasar. A la que los grandes del fútbol chileno dejaron la competición local y salieron a medirse a equipos extranjeros, fueron sometidos, superados o apabullados. Le pasó ante el mismo rival a la U y la UC, campeón hegemónico del torneo nacional, y también a Colo Colo frente al Wilstermann boliviano. Y de nuevo, en la búsqueda de explicaciones, asoma la debilidad física como alarmante falencia chilena. ¿Mala preparación? ¿Irresponsabilidad de los jugadores? ¿Simples genes? La respuesta de los especialistas está llena de matices.

Manuel Astorga, con experiencia en Colo Colo, Universidad de Concepción y Newell’s Old Boys, reconoce que la distancia es “sideral”. E intenta explicar las razones. “Chile no está preparado desde las bases para aplicar ciertos modelos. Hay copy-paste, pero no sirve. Existe, además, una competencia interna poco exigente. Y si no transfieres, no se eleva el rendimiento. Vi el partido entre Colo Colo y La Serena y parecía que algunos jugadores estaban caminando en la cancha. Afuera encuentras otro ritmo, equipos cortos, que trabajan en bloque, que tienen otra dinámica y eso pasa la cuenta. En Chile, los parámetros fisiológicos superan en mucho a los de Europa, por ejemplo. Y ellos compiten a nivel extremadamente exigente, por lo que pueden transmitir lo que entrenan”, sostiene.

“No diría que se trabaja mal. Se trabaja distinto, lo plantearía así. Lo que hay que hacer es actualizarnos. Todos los métodos fueron campeones del mundo y se fueron al descenso. Lo que sí hay que hacer es darle al futbolista más y mejor calidad de trabajo. ¿Por qué se van a ir al gimnasio si tienen que estar más tiempo conmigo?”, dice Marcelo Rosemblat, actual jefe del área de Optimización de Rendimiento en el fútbol formativo de los azules, un departamento desde el que pretende abordar tales falencias.

Rosemblat propone la búsqueda de nuevas metodologías. “Lo que tenemos que hacer es aggionarnos. Hay mucho trabajo convencional. Ahora debemos entender que el futbolista es una estructura compleja, que no se puede aislar. Un futbolista no está bien o mal solo de un área. Y mientras no lo preparemos de una forma distinta, la alta competencia para ellos será muy difícil”, explica

A modo de ejemplo, uno de los conceptos sobre los que pretende enfatizar en la U dice relación con el aspecto individual. “Ahora la preparación va más allá de la hora grupal, en la que se trabaja el modelo de juego. Luego están los trabajos individuales, porque cada jugador es un sistema aparte, con sus propias necesidades. Si no apuntamos al futbolista, no habrá sistema de juego que aguante”, sostiene. Y concluye: “El futbolista ahora es más dedicado, quiere prepararse más. Entonces, hay que apuntar abajo, a la cultura deportiva desde los ocho años. Ahí parte todo”.

Marcelo Oyarzún, actual PF de Santiago Wanderers y quien en su currículo luce el título de campeón en la Copa Libertadores de 1991 con Colo Colo, habla de un problema complejo y multifactorial. “La implementación del VAR ha bajado el ritmo de los partidos, los minutos jugados. Además de que ya era bajo el ritmo, ahora le ponen el VAR. Se terminan jugando menos de 40 o 45 minutos. Eso incide en el ritmo y la intensidad. Los árbitros chilenos cobran más faltas en Chile que cuando salen a dirigir afuera. Afuera se cambian el chip. El otro factor es que el jugador chileno en Chile les está costando mucho jugar cada tres o cuatro días. Hace años se habla de dosificación, de cansancio, cuando deberían ser el símbolo de la energía. Ahora hay partidos suspendidos por dosificación. Y hay mucho de sobrequejarse, por así decirlo”, expone como causas.

Carlos Burgos, ex PF de Colo Colo, afirma: “La condición física de los equipos chilenos está un escalón debajo de la alta competencia. Va a ser difícil revertirlo en el corto plazo, salvo que a los futbolistas se les pidan condiciones básicas, valores mínimos en ciertos parámetros.Con niveles de exigencia, los jugadores generan el deseo de estar al nivel. Acá pueden jugar pasados en dos kilos”.

Rodrigo Oyarzún, PF de Juvenal Olmos hoy decicado a preparar kick boxing, indica: “Cuando me fui estaba empezando un cambio en el fútbol. Había jugadores flojos, que sacaban la vuelta. Había, pero no todos. El futbolista chileno era poco motivado. Para mí era como un artista. Ellos tienen una habilidad en los pies y por eso mismo hay que tenerlos motivados. Pero creo que no hay que generalizar tampoco”.

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