La fiesta del Real Madrid tuvo a Kroos a la temperatura justa

Toni Kroos, en su salida del campo de juego (Foto: Reuters)

El volante alemán vivió una jornada de ensueño. Aunque no pudo marcar, festeja con los merengues la sexta Champions League, y la última, de su carrera. Una la logró con el Bayern Múnich.



El Toni Kroos del cierre de la Champions fue irreconocible. No por el nivel que mostró su rendimiento, que si bien no alcanzó el brillo de otras ocasiones, igualmente le bastó para hacerse notar en Wembley. En el caso del alemán, la atención iba por otro lado. Ya es conocido el anuncio de ponerle término a su carrera. Aunque el punto final llegará en la Eurocopa, que disputará con su selección, el penúltimo capítulo tuvo de esa grandeza que lo ha elevado a la categoría de uno de los mejores jugadores de la etapa más contemporánea del fútbol mundial. Se va como monarca europeo con el Real Madrid.

Con el marcador resuelto, Carlo Ancelotti tuvo ese gesto de reconocimiento que se les guarda a los grandes jugadores en los momentos simbólicos. El técnico italiano ordenó la sustitución en los 85′ y todo lo que vino fue tan emocionante como intenso. A la altura de lo que se merecía el mediocampista.

Lo recibió el DT

El entrenador peninsular recibió a su icónico pupilo en el borde del campo de juego. El germano había iniciado el rito de la salida lejos de la melancolía. Apenas vio la paleta electrónica que señalaba su salida de la cancha, realizó eufóricos gestos hacia los hinchas, quizás a modo de agradecimiento por los inolvidables momentos que vivió como jugador merengue. Antes, había dejado su sello. Le puso la pelota en la cabeza a Dani Carvajal para que el histórico lateral abriera el marcador en el santuario del fútbol enclavado en Inglaterra. Lo suficiente para despedirse en lo más alto.

Varias veces en el trayecto hacia la salida del campo se llevó la mano la mano al corazón en señal de gratitud. En el camino, se le cruzó Vinícius Júnior, en un gesto que pareció el último intento por detener el tiempo e impedir lo que ya resultaba ineludible. Un abrazo entre ambos antecedió el cruce de la frontera entre el jugador de fútbol y la leyenda. Otro más, con Luka Modric, su reemplazante, determinó el cambio definitivo de estatus.

Luego vino el encuentro con Ancelotti. Un emocionado intercambio de palabras entre ambos antecedió el ingreso a la zona de suplentes, donde el ahora ex mediocampista madridista esperaría el término del encuentro.

En la premiación, sus compañeros también le reservaron un sitio especial. A la altura de su legado. Se ha ido Kroos. Se ha despedido una verdadera leyenda.

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