Las heridas que Joaquín Larrivey puede sanar en el duelo de Universidad de Chile con Curicó

FOTO: MANUEL LEMA OLGUIN/AGENCIAUNO

El máximo goleador del campeonato lleva cuatro fechas sin anotar y sus pies sufrieron graves heridas, tras el duelo que perdieron ante Melipilla en la cancha sintética de Quillota, Por eso, este viernes en la mañana, intentará hacer fútbol y si lo logra, buscará romper la mala racha ante el equipo que más lo ha sufrido.



Todas las miradas azules estarán puestas en El Teniente de Rancagua, este sábado a las 16 horas. Es que Universidad de Chile saltará a la cancha del Capo de Provincia en búsqueda de un triunfo que sane sus heridas y que termine reconciliando al plantel con su hinchada.

Claro que el desafío no será fácil. Al frente, los laicos tendrán a un necesitado Curicó y durante la semana, Esteban Valencia no pudo contar con todos sus jugadores para preparar el compromiso. De hecho, uno de los grandes ausentes fue la figura de los universitarios, Joaquín Larrivey, quien sufrió graves heridas en sus pies en el pasado duelo con Melipilla (el otro es Yonathan Andía).

Es que el calor, más de 30 grados, y la cancha sintetica de Quillota, hizo mella en las extremidades del goleador y si bien será citado para enfrentar a los Torteros, este viernes en la se sabrá si entrará en los once titulares. La razón es que el ariete argentino probará su umbral del dolor en la práctica de fútbol que realizará Valencia y si resiste, sin provocar más daño en sus plantas, será citado para el mencionado partido.

De lograrlo, el máximo artillero del torneo saldrá a matar la mala racha que acumula desde el 3 de octubre, cuando celebró un gol (de penal) en la igualdad ante Deportes Antofagasta (2-2) y lo hará ante su víctima favorita: le ha anotado 5 goles a los del Maule. De lograrlo, romperá también con una sequía de cuatro encuentros (Everton, Audax Italiano, Palestino y los Potros), la cual le ha impedido seguir aumentado su récord de goles en este torneo: Lleva 19 celebraciones.

Además, un gol de Bati -o de cualquier otro jugador azul- terminaría con la maldición de los universitarios. Los mismos que no se han abrazado desde esa pena máxima que ejecutó el trasandino en los descuentos del primer tiempo ante los Pumas y que ya suma 405 minutos sin el grito sagrado. Cifra que sólo se puede comparar con los 583 minutos que estuvieron sin la máxima alegría del fútbol en el proceso de Salvador Capitano (Apertura de 2007).

Cabe recordar que la U sólo ha sumado un punto en los últimos siete partidos y que ha perdido los últimos cuatro. En tanto los sureños han obtenido cinco puntos en el último lustro, pero tuvieron una fecha libre. Por lo tanto, ambos elencos saldrán a buscar los tres positivos, pues los locales los necesitan para seguir luchando por un cupo a la Sudamericana y la visita para abandonar la zona de promoción. Es más, si los albirrojos ganan quedan a tres unidades de los estudiantiles y estos podrían volver a sufrir con el fantasma de la B.

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