Luis Mena raya la cancha en su arribo a las Rojas: “Todo lo que tenga que conversar con Endler será acá, a puertas cerradas”

El ex defensor y técnico de Colo Colo asume la banca de la Selección femenina y habla sobre cómo llevará adelante la relación con la capitana de Las Rojas. También fija los objetivos de su gestión, que apunta a lograr el recambio del combinado.



Luis Mena (43) está viviendo su mejor momento como entrenador. En diciembre celebró el título del Campeonato Nacional femenino, al ganarle el Superclásico a Universidad de Chile. Uno más en su extensa lista de títulos en Colo Colo. Esta semana, fue anunciado como el nuevo técnico de Las Rojas. “Estoy en un momento de mi vida muy positivo, con muchas ganas de aportar un granito de arena a la Selección. Me toma, también, preparado en muchos aspectos, aunque uno no puede relajarse con eso. Al contrario, tiene que seguir creciendo capacitándose en todo sentido. Siempre lo he dicho, el entrenador que cree que se las sabe todas se estanca y ese es su techo. Tengo muchas ganas. Fue un proceso largo para tomar la decisión, de parte mía por un lado. Llevaba 30 años en Colo Colo desarrollándome ahí también en muchas facetas. Tuvimos muchas reuniones con la federación, con las distintas personas que estaban a cargo de encontrar un entrenador para la selección femenina. Este desafío va a ser duro, va a tener muchas complicaciones en el camino, seguramente, pero queremos dejar una huella y dejar algo que se establezca en el tiempo y que este este proceso y todo el recambio que puede venir el día de mañana sea sustentable”, dice de su nueva aventura a El Deportivo.

¿Esta designación le da la razón a la decisión suya de optar por el fútbol femenino?

Todos los desafíos tienen sus pros y sus contras. Cuando llego al fútbol femenino de Colo Colo, hace un par de años lo hago, con mucha incertidumbre, con mucha sensaciones extrañas, pero me encontré con un grupo de jugadoras espectaculares, que quiere aprender mucho, que quiere salir adelante y y pudimos desarrollar un proyecto que era del club, pero que también era con la idea mía. Funcionó bastante bien. Y no solamente en el tema de colgarse una medalla y ser campeones, sino que también en lo que conlleva: en grupo, unidad, en creer en el proyecto, en el entrenador. De verdad, estoy muy agradecido de las puertas que me abre el fútbol femenino. Trataré de seguir aportando. En Colo Colo dejamos una huella grande. Hoy nuestras jugadoras tienen camarines, entrenan en las mañanas, todas tienen contratos y eso también es un orgullo. Tanto como como haber ganado un título.

¿Esa realidad es proyectable al resto de los clubes?

Es lo que uno quiere. Ahí ya no depende tanto de uno como persona sino que también de la voluntad que tengan los clubes. Al fútbol femenino en Chile todavía no le han sacado el provecho, no ha explotado de la forma que se debiese, en todo sentido. Se han dado pasos importantes adelante, sí. Hoy, la competencia es mucho más fuerte, los clubes están invirtiendo un poco más, pero falta mucho. Hay clubes que han hecho procesos muy buenos, pero después cambia la administración y ese proceso se acabó. Entonces, ahí, Colo Colo ha dado pasos adelante. Lo mismo Universidad de Chile y Santiago Morning. Ojalá que todos fueran replicando eso. Soy crítico a la hora de decir que ya no hay que jugar más en campos de entrenamiento. Tenemos que hacer el esfuerzo para abrir los estadios y para que la gente pueda ir a pasarlo bien, a disfrutar, como en otras ligas. Estaba viendo el partido de la inglesa entre Everton y el Arsenal y era muy hermoso ver cómo se llenan los estadios y cómo la gente va a disfrutar del fútbol femenino.

¿Llegó la hora de exigirle resultados a una Selección a la que se le ha mirado más desde la buena onda, la simpatía?

Estando en una Selección siempre los resultados van a ser importantes y siempre va a haber exigencia. No se permite no competir. Nosotros lo dijimos en algún momento y fue una de las conversaciones que tuvimos acá: si queremos hacer un recambio, los resultados no van a venir de un día para otro. Tenemos una vara alta, porque el cuerpo técnico pasado hizo un trabajo espectacular, en que se llegó por primera vez un Mundial, por primera vez a los Juegos Olímpicos, se fue segundo en una Copa América. A eso tenemos que apuntar, pero eso no lo vas a lograr en dos días, no lo vas a lograr en un año. Este proceso tiene que durar un tiempo, Tienen que ser importantísimas las jugadoras que vamos a traer desde el extranjero, las que en algún momento fueron también nuestra generación dorada femenina, pero también hay que hay que ir de a poco incrustando jugadoras jóvenes. Hay muchas que están haciendo sus primeras armas en el fútbol nacional, apuntando a la Sub 20 y sobre todo de la Sub-17 que fue a un Mundial, pero que hoy tienen solamente uno o dos partidos en Primera. Entonces, no podemos exigirles rápidamente que se pongan en la camiseta de la Adulta y rindan.

La Selección ha generado muy buena impresión en la gente, pero va a las grandes competencias y no anota o le cuesta pasar la mitad de la cancha.

Esto es un proceso largo. No podemos esperar que en uno en dos años ya tengamos una selección que vaya a competir con las mejores del mundo. Sin ir más lejos, en el último partido, contra Haití, en el repechaje, uno dice ‘si es Haití’ y quizás en el papel lo mira como una selección menor. Haití tenía 14 de sus jugadoras jugando en la liga francesa. Y Melchie Dumonay, la que nos hizo los dos goles, ya había sido traspasada al Stade Reims. Entonces, uno dice ‘estamos muy lejos’. Hoy tenemos seis o siete jugadoras en el extranjero y no hay más. Entonces, es un proceso que se tiene que llevar de a poco. Se tiene que siempre ser exigente, porque necesitamos que esa exigencia también nos permita la competitividad, pero va a ser un proceso largo, con mucho que trabajar, que involucrar a los clubes para que estemos todos alineados.

Luis Mena, junto a Pablo Milad, en su presentación como DT de Las Rojas
Luis Mena, junto a Pablo Milad, en su presentación como DT de Las Rojas (Foto: Comunicaciones ANFP)

¿Habló ya con Christiane Endler?

No, pero ya tenemos algunos contactos. La idea era ir a visitarle, pero tengo entendido que ella juega esta semana en París. Se juegan el torneo, así que tampoco es como para ir a desconcentrarle. Y la próxima semana ya juegan la última fecha en la liga francesa y también tiene una merecidas vacaciones. Seguramente, apenas pise suelo chileno trataremos de contactarle para poder convencerle de todo lo que se viene en este nuevo proceso. Y, sin lugar a dudas, teniendo a la mejor arquera del mundo en él, vamos a crecer muchísimo en todo sentido.

¿Cómo pretende llevarle desde el punto de vista la conducción, considerando que no solo es la mejor arquera del mundo, sino que no tiene ningún empacho a la hora de criticar decisiones, incluso de los técnicos, como le pasó a Letelier?

Necesitamos un liderazgo. Sí o sí. Eso es importantísimo. A la hora de generar este tipo de proyectos, Chile no se puede dar el lujo de dejar gente afuera, porque de verdad las necesitamos a todas. Yo no voy a cambiar mi forma de ser. También lideré, por muchos años, procesos duros, difíciles, en Colo Colo, como entrenador y como jugador. Entiendo perfectamente y comparto muchas de sus apreciaciones. Hay otras que obviamente me generan situaciones raras, pero así son los líderes y uno tiene que saber encontrar ese punto de encuentro para que ella venga a aportar, desde su rol, toda su experiencia, toda su sabiduría. En lo deportivo y también en lo humano. A mí me interesa mucho para que estas jugadoras crezcan. Imagínate a todas las arqueras entrenando al lado de la mejor del mundo. No es lo mismo que si no la tuviéramos. Entonces, hay que estar ahí alineados todos. Siempre lo he dicho: los mejores momentos deportivos que tuve en mi vida, ya sea como entrenador o como jugador, fueron cuando estábamos todos tirando el carro para el mismo lado.

¿Qué haría en caso de verse en una situación como esa, criticado por una jugadora como ella, como le pasó a Letelier?

Eso lo veremos en el camino. No me puedo poner en supuestos. Todo lo que tenga que conversar con ella, lo conversaremos acá, a puertas cerradas, porque así debe ser. Así tiene que ser siempre. Es la parte en que uno se nutre más entrenador. Entre cuatro paredes uno puede conversar directamente. Uno también debe tener altura de miras, aprender, crecer todo lo que pueda, hacer una crítica, una autocrítica bien dirigida. Lo veremos acá, en Pinto Durán, en Fernando Riera o en Quilín. Donde nos toque estar.

¿La experiencia de haber sido líder en el camarín de Colo Colo le va a servir para manejar esos eventuales focos?

Uno siempre quiso lo que quiso en beneficio del equipo. Y aquí lo importante es la Selección. Lo importante es tratar de liderar para todos y en ese sentido aprendí muchísimo de camarines muy difíciles, de, cuando era más joven, de los más viejos, que fueron líderes muy positivos que nos entregaron muchas herramientas para desenvolvernos. También me ha tocado liderar procesos muy complicados y no hay que olvidar que el año pasado en Colo Colo incluso tuvimos una huelga de 10 o 12 días. No es fácil encontrarte ahí, en ese punto intermedio, pero yo no voy a cambiar mi forma de ser. Soy siempre muy frontal, muy preocupado por el grupo. Sé que no todas pueden ser amigas de todas. Lo viví como jugador y como entrenador, pero sí, cuando entramos a la cancha, tenemos que ser 11 guerreros que nos matemos por el compañero. Así tiene que ser.

¿Qué le pidió la ANFP en términos de resultados concretos, más allá del recambio?

En la Selección siempre hay que competir. Eso lo dije yo desde un principio. Cuando ellos me preguntaban a qué podíamos apostar yo le dije aquí tenemos que competir, porque lo viví en Colo Colo y ahí no te permiten no competir. Puedes tener un equipo muy bajo, quizás hasta mal conformado, y lo hablo en líneas generales, pero tienes que salir a competir igual porque la gente lo exige. Es tan exigente como el hincha de la Selección, que cuando se gana dice que son todos buenos y cuando pierdes, todo malos y que el entrenador se tiene que ir y que los dirigentes son malos. Tenemos que ir a competir. Ahora vienen los Panamericanos. La exigencia la vamos a poner acá en la interna, pero, sin lugar a dudas, estando en Chile tenemos que salir a dar lo mejor.

¿La primera meta es una medalla en los Juegos Panamericanos?

Va a ser complicado, duro. Vienen selecciones muy importantes, como Canadá, Paraguay, Venezuela o Jamaica que son muy fuertes y que quizás están un peldaño arriba. Uno de los parámetros grandes que ellos tienen es que todas sus jugadores están jugando en el exterior. Hay jugadoras como Deyna Castellanos, que está jugando en el Manchester City. Entonces uno dice ‘chuta’, estamos un poco atrás de todos estos procesos, pero sin lugar a dudas que con las jugadoras que tenemos y con las que vienen trataremos de dar lo mejor para poder meternos allá arriba, en lo más alto, como siempre debe ser.

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