Sinónimo de garantía: la solvencia de Bravo afirma a la Roja

Claudio Bravo, anticipando a Luis Suárez. Foto: Douglas Magno/AFP.

El arquero y capitán de la Selección tuvo un sólido encuentro, aportando muy buenas atajadas y liderazgo.



A los 38 años, Claudio Bravo sigue en el más alto nivel. El portero del Betis dejó atrás meses de lesiones para consolidarse en el último tramo de la liga española y para volver a la capitanía de la Selección de la mano de la llegada de Martín Lasarte al banco nacional. Frente a Uruguay, en Cuiabá, su actuación fue excelente, con buenas atajadas y haciendo gala de su liderazgo.

En el primer tiempo, Chile no lo pasó bien por algunos momentos. Sin embargo, ahí apareció el golero. A los 10′, le sacó brillantemente un cabezazo a Cavani, en una acción que luego fue anulada por un discutible fuera de juego. A la jugada siguiente, el portero contuvo un remate de distancia de De Arrascaeta.

El jugador del Manchester City no solo estuvo bien conteniendo remates de peligro, también descolgó centros con muchísima seguridad y ordenó a su defensa, transmitiéndoles tranquilidad a Medel, Sierralta y Maripan y luego a Roco, quien reemplazó a este último por lesión en el primer tiempo. Veloz para salir y preciso en la entrega del balón gracias a su privilegiado pie, el guardavallas siempre fue una garantía.

También hubo momento de festejos. Cuando Eduardo Vargas abrió la cuenta, a los 26′, Bravo se abrazó efusivamente con Gary Medel.

Claudio Bravo, celebrando con Gary Medel el gol de Eduardo Vargas. Foto: Silvio Ávila/AFP.

“No tan pasivos”, les gritó a sus compañeros, cuando el primer tiempo se terminaba y la Roja padeció un par de tiros de esquina, que finalmente no tuvieron consecuencias. Mismo ejercicio que repitió en el segundo tiempo.

A los 66′, ahogó el grito uruguayo al desviar un peligroso remate de Facundo Torres. Sin embargo, poco pudo hacer en el empate charrúa. Matías Vecino le ganó el cabezazo a Gary Medel en el área y Luis Suárez se anticipó a Arturo Vidal en el segundo palo para conseguir la igualdad. Luego, con la lesión de Erick Pulgar, Chile quedó con uno menos y tuvo que aguantar la avalancha oriental, pero ahí nuevamente apareció el meta para transmitir tranquilidad.

Bravo completó cuatro atajadas, dos de ellas en el área, tocó el balón en 50 ocasiones y tuvo un 55% de efectividad en sus pases, cifras que remarcan la solidez del capitán de la Selección.

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