Vidal, el factor X de Conte para un Inter 2.0

Vidal, con la camiseta culé, ante el Inter por la última Champions. FOTO: AFP

El técnico concreta su anhelo de volver a contar con quien fuera su pupilo en la Juventus. El King llega a ser uno de los volantes mixtos del 3-5-2 del entrenador, esquema que casi no varía.



Cuando comenzó el proyecto de Antonio Conte en el Inter de Milán, uno de sus deseos era volver a trabajar con Arturo Vidal. No se concretó en la primera temporada, pero sí en la segunda. El hecho de que Ronald Koeman le abriera la puerta de salida al seleccionado nacional hizo de inmediato la asociación entre el King y el cuadro lombardo, ante el interés manifiesto de su entrenador. Esto ya es realidad.

Los halagos mutuos son repetitivos desde que se conocieron en la Juventus. Por ejemplo, Vidal dijo en octubre del año pasado, en L’Equipe, que Conte “fue esencial en mi construcción. Era un poco como yo cuando era jugador y me enseñó mucho sobre el posicionamiento defensivo, pero también sobre la ofensiva. Gracias a él comencé a marcar muchos goles. Y, tácticamente, es un monstruo”.

En efecto, la incrustación del seleccionado nacional en la estructura que tiene el estratega en los nerazzurri se puede transformar no solo en el anhelado salto de calidad del cuadro, para arrebatarle el liderazgo a la Juventus de Pirlo y de Cristiano, sino también en entregarle matices al juego del Inter y la garra que adolece en algunas oportunidades.

La pregunta cae de cajón, una que inundará cualquier espacio de debate deportivo en TV o en la radio: ¿dónde va a jugar Vidal? Esta inquietud no es de respuesta complicada, considerando lo cerrado que es Conte con su dibujo. El 3-5-2 es el esquema madre del técnico y muy pocas veces lo cambia, ni siquiera cuando va perdiendo. Esto explica, en parte, que el tridente ofensivo Lukaku-Alexis-Lautaro se haya visto muy poco en la temporada pasada (más allá de las lesiones del tocopillano).

En el arco no hay dudas. Samir Handanovic es el capitán y líder del equipo interista. Atrás, la línea de tres también es inamovible, independiente a los apellidos. Causa sorpresa que no cuenten con el uruguayo Diego Godín. En el mediocampo es donde se prevén los mayores cambios, tanto al centro como en las bandas. La primera incorporación del Inter para el curso 20-21 fue el marroquí Achraf Hakimi, de gran desempeño en el Borussia Dortmund. Puede ser lateral-volante por ambas bandas, aunque se presume que el carril derecho tiene su nombre. Por el otro costado, Ashley Young, aunque es diestro, se ganó su puesto sobre todo post confinamiento. Le llegó competencia con el serbio Aleksandar Kolarov, ex Roma.

¿Y Vidal? Sería uno de los dos volantes mixtos, los que apoyan en la recuperación de balón y luego rompen para quedar en posición cercana al área rival. Los que terminaron la campaña haciendo esa labor fueron Nicoló Barella y Roberto Gagliardini. A esto hay que sumar como variantes a Stefano Sensi y al danés Christian Eriksen, el único con características de “enganche” que tiene el plantel. Mientras Marcelo Brozovic y Matías Vecino optan por ser el 5, el español Borja Valero dejó el club para retornar a la Fiorentina.

Punto aparte son los casos de quienes volvieron de sus cesiones, como Radja Nainggolan, Dalbert Henrique e Ivan Perisic. Ante la sobrepoblación de volantes que tiene el equipo, se abre la opción de salir nuevamente para el belga ex Cagliari.

En la delantera, la pareja titular sigue siendo de Lukaku y Lautaro Martínez, con la alternativa de Alexis Sánchez. El argentino sigue contando para Conte más allá del interés persistente del Barcelona.

La Serie A y la Champions son los grandes objetivos del cuadro nerazzurri de cara a una temporada que arranca oficialmente este sábado, recibiendo a la Fiorentina por la liga. Solo el tiempo dirá si Vidal cumple con las expectativas que se tienen sobre él y si será el factor X del Inter y de Conte, que lo espera con los brazos abiertos.

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