¿Una heladería consciente? Eso es Tanu, el pequeño local que acaba de abrir en el barrio Poniente de Viña del Mar, donde encuentras helados con agua filtrada alcalinizada, además de frutas y verduras compradas a pequeños productores y sin una gota de estabilizantes ni químicos.

De hecho, los helados se hacen en el día, en un "laboratorio de sabores", que está justo detrás de la tienda.

Y hay varias opciones veggies hechos sólo en base a agua, como el de "lúcuma" ($ 2.000), una maravilla cremosa en base a fruta, que prácticamente no tiene azúcar añadida.

Y las cucharitas son de un material reciclables, cosa cuidar el medio ambiente.

Qué probar en Tanu

Alguno de los sabores inspirados en la Patagonia Chilena, como calafate, rosa mosqueta, o maqui, que de seguro ya conoces por su gran poder antioxidante.

Aunque uno buenísimo y distinto es el de "ruibarbo" ($ 2.000) la planta del sureste de Europa de sabor ácido y dulce a la vez, que también se encuentra en el sur de Chile y que aquí compran directamente a una señora en Aysén y transforman en un helado que conserva ese sabor ácido, incluso cítrico de la planta. Una delicia.

O el de "durazno" ($ 2.000), con todo el sabor de la fruta.