Graham Allison: “Las circunstancias actuales deberían hacer sonar todas 
las alarmas de peligro extremo”

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto a su par chino, Xi Jinping, durante una cumbre en Florida en 2017. AFP

Para el cientista político de Harvard y autor de Destinados para la Guerra, si la actual crisis es mal manejada, la rivalidad entre China y EE.UU. se podría intensificar. Según él, hoy existe un riesgo genuino de una guerra catastrófica que ninguno de los dos quiere.


En los últimos 500 años hubo 16 casos en que un poder emergente intentó desplazar a uno dominante y 12 de esos casos terminaron en guerra”. La afirmación de Graham Allison resume la tesis de su libro Destined For War: Can America and China escape Thucydides’s Trap? (Destinados para la guerra: ¿Pueden EE.UU. y China evitar la trampa de Tucídides?). Según el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard y director del Belfer Center for Science and International Affair, la actual rivalidad entre Washington y Beijing es la historia más relevante a la que se enfrenta hoy la humanidad. Según Allison, del desenlace de esa disputa surgirá finalmente el orden mundial que reemplazará al nacido tras la Segunda Guerra Mundial.

En los últimos meses, tras la aparición del coronavirus y la expansión de la epidemia que afecta al mundo entero, el tema del ascenso de China adquirió una nueva dimensión. El país si bien tuvo que enfrentar el brote inicial del virus fue también el primero en comenzar a recuperarse y salir de la cuarentena. Y ha aprovechado la situación para potenciar su influencia a nivel mundial, como señalaba hace unos días la revista The Economist. Un proceso que algunos ven incluso como un punto de inflexión en la disputa entre ambos países, que se han enfrentado en estos días por el origen del virus. Desde su residencia en Estados Unidos, donde cumple con una estricta cuarentena, Graham Allison contestó varias preguntas de La Tercera sobre el actual escenario mundial.

Un ingeniero observa las células de riñón de mono mientras realiza una prueba en una vacuna experimental para el Covid-19, en un laboratorio en Beijing.

Usted ha abordado la cuestión del ascenso de China y los riesgos de guerra con Estados Unidos. ¿Cree que la crisis causada por el coronavirus aumenta los riesgos de esta confrontación?

El desafío del coronavirus se superpone a realidades estructurales profundas e ineludibles: una potencia en ascenso (China) que amenaza con desplazar a un poder gobernante (Estados Unidos), lo que crea una rivalidad con el riesgo genuino de una guerra catastrófica que ninguna nación quiere. Los éxitos y fracasos de cada país en su propia “guerra” contra el coronavirus, así como la forma en que manejen su relación durante la crisis, inevitablemente se convertirán en una característica importante en su competencia para ser el número 1, cuya consecuencia puede ser incluso una rivalidad más intensa.

¿Ve a China como el gran ganador de la crisis actual?

La evidencia sugiere que los esfuerzos de China han sido notablemente exitosos. Si China logra no solo aplanar, sino inclinar la curva de nuevas infecciones hacia cero, como parecen haberlo hecho, mientras que Estados Unidos se tambalea, los juicios sobre los méritos relativos de la democracia frente a la autocracia, y sobre la posición de Estados Unidos en el mundo, serían profundos.

¿Y lo ve como un riesgo real?

A pesar de la pobre actuación de Estados Unidos hasta la fecha, como historiador aplicado, recordaría que las democracias casi siempre son lentas para despertar ante un desafío, pero cuando finalmente se enfocan, su respuesta es formidable. Estados Unidos es el caso extremo. Si alguna de las grandes guerras que Estados Unidos ha librado, desde la revolución de las 13 colonias para liberarse del dominio británico en el siglo XVIII hasta la Segunda Guerra Mundial, se hubiera sentenciado al final del primer trimestre, Estados Unidos habría sido el perdedor. Entonces, en la “guerra” más larga contra el coronavirus, sería prematuro excluir entre los ganadores a Estados Unidos. Como el inversionista más exitoso del mundo, Warren Buffet, recuerda repetidamente: nadie ganó dinero a largo plazo vendiendo a corto plazo en Estados Unidos.

Foto: AFP

China está utilizando su poder blando para aumentar la influencia en medio de la pandemia. ¿Cree que eso podría permitir a China consolidarse como la principal potencia global, evitando un conflicto con Estados Unidos?

Si bien Estados Unidos y China no pueden escapar de las realidades estructurales que los convierten en rivales intensos, pueden encontrar una manera de manejar su rivalidad sin una guerra. Además, si consideramos un lado positivo de la crisis actual, Estados Unidos y China deberían considerar el hecho de que ninguno de los dos puede derrotar al coronavirus por sí solo, y requiere algún grado de colaboración. Podemos tomar un ejemplo de un episodio de la historia china en el que las dinastías rivales Song (960-1279) y Liao (916-1125) crearon un acuerdo que les permitió coexistir durante 120 años. Quizá esta crisis pueda motivar a Estados Unidos y a China a crear una “asociación de rivalidad” similar.

Hoy muchos se refieren a las epidemias que en el pasado llevaron a la caída de las grandes potencias. ¿Cree que la situación actual puede ser comparable a algún fenómeno del pasado y por qué?

Absolutamente. Ese es el espíritu del movimiento de Historia Aplicada: el intento de iluminar los desafíos y elecciones actuales mediante el análisis del registro histórico, en particular los precedentes y análogos. El análisis de 500 años de rivalidades tucídideas en mi libro, Destinados para la guerra, es un ejemplo. El Proyecto de Historia Aplicada que co-dirijo con Niall Ferguson es uno de los muchos nodos en una creciente red global de académicos y profesionales que promueven el uso de la Historia Aplicada en todos los sectores de la sociedad, incluidos los intentos por dar claridad al desafío del coronavirus. De hecho, la Fundación Stanton está llevando a cabo un concurso semanal que otorga US$ 1.000, junto con dos Grandes Premios por un valor de US$ 2.500 y US$ 5.000, al mejor artículo o artículo de opinión que se basa en la historia para iluminar los efectos del coronavirus e identificar lecciones o pistas para manejar eso. Cualquier persona es elegible para enviar un contendiente e inyectar perspectiva histórica en la conversación.

¿Qué cambios cree que traerá la pandemia? ¿Estamos ante un cambio de época, como dijo Henry Kissinger?

El punto de partida en cada discusión sobre el coronavirus debería ser que recordáramos todas las incertidumbres que rodean una amenaza nueva sobre la cual aún se desconoce mucho. Si se maneja mal, esta pandemia podría intensificar la rivalidad tucídidea entre China y Estados Unidos y magnificar las diferencias estructurales subyacentes. Mirando el largo recorrido de la historia, estas circunstancias deberían hacer sonar todas las señales de alarma de peligro extremo por delante.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.