Wagner: El brutal grupo mercenario puesto a prueba en Ucrania

Un hombre vestido con un uniforme de camuflaje sale del Centro PMC Wagner, proyecto implementado por el empresario y fundador del grupo militar privado Wagner Yevgeny Prigozhin, en San Petersburgo, Rusia, el 4 de noviembre de 2022. Foto: Reuters

Tropas de alta capacidad mezcladas con “carne de cañón” sacada de las cárceles rusas. Así lucha el grupo fundado por Yevgeny Prigozhin, sin importar la cantidad de bajas que eso conlleve.


La primera vez que se escuchó de ellos, otro conflicto bélico se desarrollaba. Era de menor escala, pero sería considerado luego como uno de los precedentes directos de la actual guerra en Ucrania. Corría el año 2014 cuando reportes anunciaron la presencia de una unidad militar no gubernamental en Ucrania que apoyaba intereses rusos. Era abril de dicho año, semanas después de la anexión de Crimea por parte de Moscú, y un conflicto separatista se desarrollaba al este del país que luego sería invadido.

Se trataba del grupo mercenario Wagner, fuerza paramilitar reconocida tanto por su brutalidad como por sus conexiones con el Kremlin y Vladimir Putin. Relación que, en teoría, no se podría dar, considerando que operan más allá de la ley, debido a que está prohibida la presencia de contratistas militares privados.

Un video publicado en noviembre de 2022 sirvió como ejemplo de su crueldad. En el registro audiovisual se mostraba a un antiguo mercenario de Wagner siendo golpeado con un mazo en la cabeza hasta asesinarlo. La supuesta justificación habría sido que se trataba de un desertor, llamado Yevgeny Nuzhin, quien había huido al lado ucraniano para luego ser recapturado. Pese a la indignación mundial por el contenido del video, así como múltiples peticiones de investigación, el Kremlin hizo vista gorda del caso.

Miembros de la compañía militar privada rusa Wagner son desplegados en Luhansk, Ucrania, en octubre de 2022. Foto: AP

Hoy, su presencia en el campo de batalla en Ucrania ha vuelto a resaltar debido al creciente número de miembros de los que dispone, pero al mismo tiempo, por la cantidad de bajas detectadas. Según Washington, estarían reclutando a convictos y rusos recién reclutados para llenar sus filas, enviándolos con poca preparación, revelando la dificultad de Rusia para enlistar nuevos soldados en su objetivo de intimidar a Kiev con su abultado contingente.

Presión sobre el grupo

Confirmado por la Casa Blanca a VOA News, el rumor sobre que el grupo de mercenarios Wagner estaría utilizando y maltratando a convictos en el frente bajo la promesa de dinero y libertad se esclareció. Los altos índices de muertes registradas corresponderían a presos utilizados como sacrificios por la inteligencia rusa.

“El índice de bajas entre los convictos es extraordinariamente alto”, dijo a dicho medio el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby. “Creemos que el 90% de sus bajas son convictos”, agregó. Estimaciones de la inteligencia estadounidense sugieren que Wagner contaría con 50.000 efectivos en Ucrania, donde 40.000 serían prisioneros. Los 10.000 soldados extras compondrían el núcleo profesional del grupo.

Sin embargo, las cifras en los reclutamientos estarían a la baja, pese a la promesa de indultos y el pago de cinco millones de rublos -algo así como 70.000 dólares-. Las excesivas muertes, así como la utilización de los soldados poco preparados como “carne de cañón”, explicó a La Tercera el director de Estrategia, Tecnología y Control de Armamentos del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres, William Alberque, serían parte de las razones.

Andrei Medvedev, excomandante del grupo mercenario Wagner de Rusia, posa para una foto durante una entrevista en Oslo, Noruega, el 1 de febrero de 2023. Foto: Reuters

“Hay un núcleo de tropas del grupo Wagner que son relativamente de alta capacidad, utilizadas con moderación para misiones discretas. Luego está el grueso de las fuerzas de Wagner, que son carne de cañón de menor capacidad, de baja calidad, mal entrenadas y mal equipadas”.

Su impacto en la guerra, agregó, “es localmente significativo, pero estratégicamente menor”. “Han actuado como tropas de choque en el frente central, suministrando en algunos casos pequeñas unidades del tipo de fuerzas especiales, pero en la mayoría de los casos actúan como cuerpos para tratar de absorber los recursos ucranianos y empantanarlos, mientras las tropas rusas de mayor capacidad intentan explotar cualquier avance o ataque en otros sectores. No es probable que cambien significativamente el curso de la guerra”, argumentó.

Denis Korotkov, investigador del Dossier Center, con sede en Londres, dijo a VOA que “Wagner apareció de repente en Ucrania y resultó ser una de las unidades militares más profesionales de Rusia”. Si bien, en un principio, los protocolos para el reclutamiento de personal eran sólidos, con exámenes físicos y verificación de antecedentes”, explicó Korotkov, “en la primavera de 2022 todo cambió. Si tenías brazos, piernas y, preferiblemente, cabeza, estabas dentro”.

Corresponsales de guerra en el lugar han denunciado que los convictos están siendo utilizados como señuelos para así atraer el fuego de la artillería ucraniana, así como para rastrear la posición de las defensas.

Al suroeste de Bakhmut, los soldados ucranianos Andriy y Borisych sufrieron de primera mano los embates que definieron como sacados de una película de zombis. “Estuvimos luchando unas 10 horas seguidas. Y no eran oleadas, era ininterrumpido. No paraban de llegar”, dijeron a CNN. Sus fusiles AK-47 debieron ser cambiados en el fragor de la batalla debido a que se calentaban constantemente por tantos disparos ejecutados.

Tumbas de los combatientes del grupo mercenario ruso Wagner se ven en un cementerio cerca del pueblo de Bakinskaya en la región de Krasnodar, Rusia, el 22 de enero de 2023. Foto: Reuters

“Hacen que el grupo -digamos de 10 soldados- alcance los 30 metros, entonces empiezan a atrincherarse para mantener la posición”, explicó Andriy. Inmediatamente, un segundo grupo lo sigue, y luego un tercero y un cuarto. “Así es como, paso a paso, (Wagner) intenta avanzar, mientras pierden a mucha gente”. Solo cuando esa primera oleada se ve muy reducida en número, el grupo mercenario envía a sus soldados más experimentados, usualmente por los flancos. “Trepan por encima de los cadáveres de sus amigos, pisándolos”, relató el soldado, comparándolo con una historia posapocalíptica.

El relato coincide con el de Andrei Medvedev, antiguo mercenario de Wagner que desertó y habló con CNN. Si bien partió con 10 hombres bajo su mando, con la llegada de los prisioneros el número aumentó exponencialmente mientras morían y llegaban reemplazos. “No podía contar cuántos eran. Estaban en constante circulación. Cadáveres, más prisioneros, más cadáveres, más prisioneros”.

Para William Alberque, la presencia de convictos y soldados poco preparados “representa el fracaso de la estrategia de reclutamiento normal de Rusia”. “El hecho de que el Kremlin no haya distribuido equitativamente su reclutamiento queda patente sobre todo en la ausencia de conscriptos de las familias más ricas de Moscú y San Petersburgo”, agregó.

Los orígenes de un grupo infame

Ucrania no ha sido el único campo de batalla que han pisado los mercenarios de Wagner. Durante la guerra civil en Siria, donde Rusia apoyó al gobierno del Presidente Bashar al-Assad, el grupo también se hizo parte. Lucharon junto a las fuerzas del comandante Khalifa Haftar en Libia, y según The Associated Press, el batallón también habría operado en la República Centroafricana y Mali, todo comandado por un hombre: Yevgeny Prigozhin.

Con 61 años y más de dos décadas de cercanía con el mandatario ruso, consiguió el apodo del “chef de Putin” luego de numerosos y lucrativos negocios de cáterin con el Kremlin. Giro que luego expandiría a los medios de comunicación –donde habría creado, según acusaciones de Estados Unidos, una “fábrica de trolls” que operó en las elecciones presidenciales de 2016–, y también a la guerra.

Cadetes de una academia militar disparan un saludo durante el funeral de Dmitry Menshikov, un mercenario de la compañía militar privada rusa Wagner Group, asesinado durante el conflicto militar en Ucrania, en un cementerio en San Petersburgo, Rusia, el 24 de diciembre de 2022. Foto: Reuters

Si bien Prigozhin negó por años su conexión con el grupo Wagner, en septiembre del año pasado reconoció ser dueño de la empresa, mientras que en enero fue más allá, declarando que fundó, dirigió y financió al grupo contratista de militares privados. Sus trabajos en los países nombrados le habrían significado lucrativos contratos mineros en la zona, agregó The Associated Press.

CNN contactó al “chef de Putin”, quien aseguró vial mail que Wagner es una “organización militar ejemplar, que cumple con todas las leyes y normas necesarias de las guerras modernas”, descartando acusaciones de no pago a los pocos convictos que regresaban con vida de su tour a Ucrania.

“Hasta la fecha, no se ha registrado ni un solo caso de impago de indemnizaciones del seguro en el grupo Wagner”, respondiendo de forma brutalmente sarcástica ante acusaciones graves relativas a los protocolos de guerra. Países de Occidente y expertos de la ONU lo han responsabilizado por la sistemática violación de leyes de guerra en República Centroafricana, Libia y Mali.

A mediados de enero, el grupo de mercenarios de Prigozhin se adjudicó la captura de la ciudad salinera de Soledar, en la región ucraniana de Donetsk, además de colaborar en el asedio a la ciudad de Bakhmut. The Associated Press afirmó que el “chef de Putin” habría acusado al Ministerio de Defensa de Rusia de intentar quitarle el crédito y la gloria por la victoria en Soledar.

A fines de ese mismo mes, el grupo sufrió importantes bajas en una oleada de combates en la República Centroafricana, donde los más de 1.000 combatientes posicionados en el país africano se vieron involucrados en enfrentamientos entre tropas gubernamentales –a las que Wagner apoya a cambio de dinero– y rebeldes, en la lucha por el control de lucrativas minas de oro, aseguró The Guardian. Los dirigidos de Yevgeny Prigozhin sufrieron entre siete y 17 bajas, según las fuerzas rebeldes.

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