El 29 de noviembre el portal de películas FilmStruck acabó con sus funciones, después de dos años de acción. Entonces y a través de una carta, una pléyade de luminarias del cine protestó abiertamente por el cierre de lo que consideraban un faro único en la oferta de películas online. Ahí estaban los nombres de Martin Scorsese, Steven Spielberg, Alfonso Cuarón o Christopher Nolan pidiendo que el servicio de diez dólares al mes y más de mil películas se mantuviera en funciones. Al otro lado no hubo eco, respuesta ni gesto alguno: la compañía Warner Bros. había decidido terminar unilateralmente su acuerdo con The Criterion Collection y no habría más FilmStruck.

Desde este lunes 8 de abril, sin embargo, los 1.643 títulos vuelven a estar en el ciberespacio para el consumo de los aficionados al cine clásico, europeo e independiente. O, en otras palabras, para todos aquellos que busquen el tipo de películas que usualmente no ofrece ni Netflix ni HBO. El servicio se llama The Criterion Channel, la plataforma perteneciente a la misma compañía Criterion que formó FilmStruck junto a Warner, pero esta vez en operación solitaria, sin ayuda de terceros.

Eso sí, el servicio no está disponible fuera de las fronteras de Estados Unidos, a menos que el usuario navegue con una dirección IP privada virtual pagada (VPN). Según el director de Criterion, Peter Becker, el nuevo portal mantiene buenas relaciones con Warner Bros. y podrá ejercitar el acuerdo de licencia que le permite ofrecer títulos clásicos de la compañía de la W. Por ejemplo, actualmente está disponible Mildred Pierce (1945), filme de Michael Curtiz por el que Joan Crawford obtuvo su Oscar a Mejor actriz, pero también está El gran carnaval (1951), la influyente película de Billy Wilder en la que Kirk Douglas interpreta a un inescrupuloso reportero de un tabloide de provincias.

Además, en esta misma línea, hay una sección llamada Columbia Noir, reservada a clásicos del cine negro de los estudios Columbia, entre ellos Los sobornados (1953) de Fritz Lang o Se acerca la noche (1956), de Jacque Tourneur. Una década después, el portal se engalana con 14 títulos de la Nueva Ola francesa, entre ellos varios de la recientemente fallecida Agnès Varda y también de Francois Truffaut. De los italianos se puede apreciar una buena muestra del cine de Federico Fellini (Ocho y medio y Amarcord, entre ellos) y de Luchino Visconti, cuya Rocco y sus hermanos (muy difícil de hallar en DVD) no deja de ser una grata sorpresa. Y, claro, también se encuentran obras referenciales como Othello de Orson Welles, Tokyo story de Yasujiro Ozu o Andrei Rublev de Andrei Tarkovsky.

Pero quizás las áreas más atractivas de The Criterion Channel son sus sub-canales temáticos, algunos especialmente curados por cineastas de prestigio. Por ejemplo, el World Cinema Project de Martin Scorsese incorpora cine más bien periférico (desde el punto de vista de EEUU), con trabajos como la cubana Memorias del subdesarrollo (1968) de Tomás Gutiérrez Alea o la coreana The housemaid (1960), de Kim Ki-young. Entre los realizadores más modernos destacan David Lynch, presente con El hombre elefante (1980) y Mulholland Drive (2001), o Paolo Sorrentino, con La grande bellezza (2001).

La iniciativa de The Criterion Channel se lanza en el mismo año en que Disney, Apple y Warner también pondrán sus películas en el mundo digital, pero llena un nicho que hasta ahora permanece relativamente inexplorado.¿Relativamente? Sí: la plataforma Mubi.com, que si está disponible en todo el mundo, también ofrece cine europeo e independiente (aunque no demasiado clásico) a un precio inferior a los 10 mil pesos mensuales. Su propuesta es otra: sube una película al día a su sitio, que a su vez permanece todo un mes hasta que es sacada de circulación, manteniendo siempre 30 títulos nuevos.