Eduardo Artés: “Hay otros que piensan que por la vía de la institucionalidad es posible hacer cambios”

El abanderado del partido Unión Patriótica, Eduardo Artés, en Estación Moneda, ciclo de entrevistas organizado por Radio Duna y La Tercera.

El candidato presidencial del partido Unión Patriótica (UPA) fue el cuarto invitado al ciclo de entrevistas de Estación Moneda, realizado por La Tercera y radio Duna. Durante el programa defendió la postura de trabajar en "cambios estructurales y revolucionarios". Ante esa idea, aseguró que "no se puede engañar a la gente. No le podemos decir 'vamos a pasar a una nueva sociedad' y no decirles que quienes detentan el poder tomarán las medidas, inclusive represivas y militares, para defender su statu quo".


El abanderado del partido Unión Patriótica (UPA), Eduardo Artés, se hizo presente en la cuarta edición de Estación Moneda, un programa de entrevistas a los candidatos presidenciales -de cara a las elecciones de noviembre- que es organizado por Radio Duna y La Tercera.

Esta nueva edición fue conducida por los periodistas Nicolás Vergara y Ximena Soto. Durante la entrevista, Artés reveló su admiración por emblemáticos líderes revolucionarios, como Raúl Castro y el Che Guevara. Además, defendió la postura de que las Fuerzas Armadas tengan una ideología -la de “defender al pueblo”-, manifestó sus reparos frente al proceso constitucional actual -asegurando que la Convención está limitada- y abordó la legislación que aplicaría para los medios de comunicación en un eventual gobierno suyo. “No vamos a permitir que un medio sea de una propiedad de ninguna empresa ni china, ni norteamericana, ni rusa, ni vietnamita, ni alemana”, enfatizó.

¿Cómo ha sido su segunda experiencia como candidato presidencial?

Bastante bien, porque una cosa interesante es el respaldo que hemos recibido desde el mundo de los trabajadores organizados. De hecho, estuve anteayer con el Colegio de Profesores, luego con la Confusam.

Pero con el Colegio Médico usted no se quiere juntar.

No, porque ahí cometió una barbaridad la presidenta (Izkia Siches), pero más allá de eso no hay problemas con los médicos.

¿Por qué una barbaridad?

Como está todo tan líquido en este país uno puede entender que una organización gremial reciba a todos. Puedo entenderlo, pero no justificarlo. Una organización gremial tiene que tener una posición frente a una sociedad y una propuesta de sociedad, y la neutralidad absoluta no existe. Pero bueno, aceptemos que es algo neutral y van los candidatos, ahí lo que corresponde al menos, si es neutral, es decir “recibí a tal persona, conversamos y se entregaron los puntos de vista” y queda al análisis. Pero cuando ella dice que sale esperanzada y que tiene muchas cosas en común con el candidato Kast...

¿Ella (Izkia Siches) no puede valorar alguna de las cosas que el candidato Kast propone?

El candidato Kast es todo lo contrario que pide el mundo de la salud.

Parece que no, que es valorado por gente del Colegio Médico.

¿Qué propone el mundo de la salud? Salir de la lista de espera, salud pública, extensiva, de calidad y gratuita.

¿Cree que el Colegio Médico quiere que toda la salud sea pública?

Después de esto creo que no, que debe ser un sector de médicos conscientes que quiere que sea pública.

Hablemos de democracia y sistemas políticos. ¿Usted no fue comunista?

He sido comunista toda mi vida.

¿Alguna vez perteneció al Partido Comunista de Chile?

No, pero mi padre sí.

Y su abuelo.

Sí, mi abuelo, un tío y primos también.

¿Se sitúa a la izquierda del Partido Comunista chileno?

En el pensamiento comunista también ha habido divergencias, y yo he estado y sigo estando en aquellos que pensamos que sigue planteada la necesidad de cambios estructurales y revolucionarios. Hay otros que piensan que por la vía de la institucionalidad, desde el interior, es posible hacer cambios. Yo creo que es posible hacer algunos cambios, de hecho hoy estamos en eso y es posible ampliar un poco más la democracia, pero pasar de una sociedad a otra es imposible. Eso quedó demostrado en 1973 y en el levantamiento de octubre de 2019. Tú te pones firme y te sale la represión encima y te sacan los ojos.

O sea, ¿el cambio social que usted plantea no se puede hacer desde la institucionalidad, sino que desde fuera?

Desde adentro y desde afuera. Hoy yo estoy desde adentro planteando un programa, ideas y un camino, pero tenemos que ser muy justos y correctos y esto significa que no se puede engañar a la gente. No le podemos decir a la gente “vamos a pasar a una nueva sociedad” sin decirles que quienes detentan el poder tomarán todas las medidas, inclusive represivas y militares, para defender su statu quo. Ellos lo van a defender y nosotros desearíamos que no fuera así.

En los regímenes que usted propugna como los correctos en términos de la doctrina socialista, ¿nunca usaron el aparato del Estado para imponer sus ideas?

Construir un nuevo Estado después de la revolución, que es distinto.

¿Pero no hubo represión? ¿No existía la KGB, la Lubianka?

El socialismo es apenas un momento de transición entre dos sociedades distintas, entre el capitalismo y el comunismo, y al ser una sociedad de transición hay Estados, luchas, contradicciones, problemas muy serios y no queda claro quién vence a quién en forma circunstancial. A la larga pensamos que la humanidad entera tiene que pasar por una sociedad superior en que desaparezca el Estado tal como lo concebimos hoy. Debe haber indiscutiblemente organización de mayor calidad, pero ese es otro momento histórico. Ningún país ha llegado a eso hoy.

Usted fue crítico a la vía al socialismo que planteó Salvador Allende. Sin embargo, hoy al igual que en 2019 basa su programa de gobierno en el programa de la Unidad Popular. ¿Diría que se reconcilió con esa visión o mantiene la necesidad o la relevancia de hacerlo por otra vía?

No. Yo estoy de acuerdo con el programa y con los objetivos que se planteaban en la UP. El desacuerdo es que si era viable hacerlo sin la oposición militar. La reacción iba a actuar porque esa es una ley histórica y que no se tuvo en cuenta en el tiempo de la UP. Todo proceso significa que cuando tú vas avanzando, los de arriba van a decir hasta aquí llegaste y no puedes pasar. Eso pasó y volverá a pasar en Chile cada vez que el pueblo exija sus derechos. Hoy estamos en un proceso constitucional, porque no es una asamblea constituyente, se llama Convención Constitucional y está limitada, tiene sus luces y sombras. Estamos en ese proceso y según lo que se vaya elaborando ahí y a medida que pase el tiempo uno se pregunta ¿y a qué van a estar los sectores más de derecha con sus vínculos ideológicos y políticos, podrían ser orgánicos, también con las Fuerzas Armadas? Ojo, la Constitución del 33, 25 y 80 fueron avaladas con la bayoneta en el pecho. Entonces, de cualquier manera si nosotros analizamos, las Fuerzas Armadas darán su opinión en su momento y la darán como la dan las FF.AA., al menos un ruido de sables. El factor militar es una cuestión que influye en un país como este.

Pero a partir de esta visión, ¿por qué involucrarse en un proceso electoral por segunda vez?

Por una cosa simple, hemos ganado este espacio, no ha sido gratuito, ha significado muertos, gente presa, una lucha incansable para conseguir espacios de democracia. Hoy pensamos que es posible en la realidad chilena democratizar más al país para pasar a la refundación.

¿Usted se refiere a octubre de 2019?

Nuestra candidatura hoy se ve más convocante, más llegadora, más arropada a partir de lo que fue octubre de 2019.

¿Más arropada que en 2017 o la senatorial de 2005?

No. la senatorial fue un momento en que...

Fue con el PC.

Nosotros siempre hemos estado por la unidad de las fuerzas democráticas de izquierda, aunque tengamos diferencias en varios aspectos. Indiscutiblemente, los cambios no se hacen con una organización solita. De hecho, en Unión Patriótica, donde yo estoy y voy de candidato, hay distintas organizaciones adentro. Están el Partido Comunista Chileno, el MIR, Andha Chile con la excandidata a la presidencia Roxana Miranda.

Hace un rato hablaba de una cierta sumisión de las Fuerzas Armadas a partir de la política chilena. ¿En el caso chileno no se justifica y en el caso chino sí?

Yo no creo en la neutralidad, es una falsedad, es un embuste.

¿Es legítimo cuando el Partido Comunista chino controla el Ejército, pero -en sus palabras- cuando existen vínculos políticos entre la derecha y Chile eso no es legítimo?

Sí, es legítimo. Sin embargo, no lo comparto y es dañino para los objetivos de Chile.

¿Y en el caso de China?

Cuando las FF.AA. en Chile estén por la justicia social, estén por defender la propiedad del cobre, del litio en manos de los chilenos, del Estado, entre otras, y están insertos en un proceso de independencia y soberanía, que sean antiimperialistas, eso es legítimo. Lo que sucede es que (ahora) depende de la clase social y el sector que está arriba. Nosotros claramente no vamos a pedir unas Fuerzas Armadas neutrales, nosotros colocaremos unas FF.AA. comprometidas con nuestro proyecto.

¿Y que estén dispuestas a reprimir las disidencias? Como ocurre en China.

Y hoy están dispuestas a reprimir la disidencia en Chile. Tuvimos 40 muertos que no sabemos aún qué pasó en 2019. Claramente la policía chilena en un Estado democrático y popular tiene que defender frente las provocaciones de los sectores atrasados que quieren envolver al viejo Estado de explotación capitalista, tienen que defender al nuevo Estado. Aquí es sin llorar.

Hace pocos minutos, cuando criticaba al candidato Kast, una de las cosas que menciona era la propuesta que tiene él respecto de La Araucanía. Hace críticas respecto de la forma en que las policías reprimieron el levantamiento popular de octubre de 2019, como dice usted. Sin embargo, las FF.AA. tienen que tener un rol político en un gobierno suyo. Entonces ¿no en otro tipo de gobierno? ¿No en otra ideología? ¿Tienen que tener opinión?

Siempre la han tenido y siempre la van a tener (opinión). Lo que pasa es que nosotros queremos que la tenga a favor de los trabajadores y el pueblo, así de simple. Incluso hoy, los generales y almirantes -porque son gente que piensa y tiene opinión, desgraciadamente en defensa de otros intereses- deberían estar participando en un tipo de asamblea constituyente que no tenemos. Deberían tener representantes, porque son parte de la sociedad.

Pero ellos tuvieron libertad para votar por sus propios representantes en la Convención.

Es que justamente lo que tenemos hoy es algo que no da el ancho como una asamblea constituyente, que tendría que tener representantes elegidos por las bases sociales.

¿Haría toda la Convención Constitucional de nuevo? ¿Tendría que llamarse asamblea constituyente?

Nosotros apoyamos lo que sea más avanzado, lo que sucede adentro de la Convención. A los sectores más consecuentes que quieran avanzar más allá y democratizar más el país. Apoyamos eso y llamamos a apoyarlo con cabildos territoriales, con la organización a nivel basal. Claramente hay para tratar de ganarse a los más vacilantes y aislar a los más de derecha, es así de simple. Esperamos que salga una Constitución lo más avanzada.

¿Aislar?

Sí, aislarlos políticamente.

¿Aislar es democrático?

Del punto de vista político sí, porque si tú tienes otra posición yo no quiero que esa posición prevalezca. Yo trabajo para que prevalezca determinada posición en el juego democrático, en el juego del debate, y significa que tales ideas deben avanzar sobre otras.

A propósito del uso del lenguaje, usted usa concepto como burguesía, lucha de clases, antiimperialismo, oligarquía, y todo eso remonta al periodo de Guerra Fría, otras épocas. ¿Su discurso no se queda en el pasado? ¿Cree que esa visión que tiene usted es representativa de la mayoría del país?

Hay una confusión en el punto de vista de las ideas y conceptos, sin lugar a dudas. Hay una forma de pensar dominante en Chile, que es la forma posmoderna y es la forma liberal democrática burguesa. Ustedes pueden estar con ella y defenderla y es su derecho, pero no es la mía. Si usted me pregunta ¿existe el imperialismo?, yo puedo demostrar con todo estos hechos que existe.

Sobre todo el imperialismo chino.

Ahora estamos preocupados del imperialismo chino, pero cuando el imperialismo gringo está acá nadie abría la boca.

¿Por qué el imperialismo chino es bueno y otro es malo?

Nosotros en nuestro gobierno vamos a cambiar totalmente las leyes que permitan la inversión o el saqueo extranjero, sea quien sea.

¿Incluidos los chinos?

Incluidos los chinos. Cuando Chile hace una política económica que permite el saqueo de recursos naturales y la destrucción de la industria nacional, porque hoy no tenemos industria nacional... Si tú vas a comprar un par de calzados, los calzados son chinos. La industria nacional de calzados no existe. Nosotros queremos las mejores relaciones con los 194 países reconocidos por la ONU, pero en esta política que los propios chinos dicen “ojo, ganar ganando. Ganas tú y gano yo”.

Parece que el principal enemigo de Chile es el imperialismo. ¿Su nieto nunca le ha pedido ir a EE.UU. y a Disney?

Mi nieto ha ido a EE.UU. y a Disney, pero por una cosa muy simple. Su padre es norteamericano. Yo no he ido, pero no tengo ningún problema. Cuando conozca a mi yerno, quizás qué idea tenía de este suegro, entonces llega con una camiseta con una imagen del Che Guevara a conocerme.

¿Qué le pasa cuando ve las imágenes del Che Guevara en poleras, usadas por empresas o con la bandera del orgullo gay?

Con la bandera del orgullo gay no me pasa mucho, pero sí cuando lo usan las empresas, porque es un abuso. El Che es un gigante, merece respeto y no es para convertirse en algo comercial.

Pero se ha convertido en un ícono.

Los grandes hombres de la historia, como Martin Luther King o Gandhi, con sus luces y sombras. Lenin también tendrá sus sombras. Marx decía que cuando escribía algo inmediatamente lo veía con ojo crítico. Si tienes una concepción científica, no puedes ser dogmático.

¿Hay alguna figura política actual que usted reconozca o admire sus propuestas? Con luces y sombras.

Hay muchas figuras. Todos los dirigentes de Estado o dirigentes sociales que luchan por la justicia social y llaman a la humanidad a un nuevo Estado en el que nos reconozcamos como iguales, que no es lo mismo que el igualitarismo. Se hace la caricatura y se dice que estamos por una cosa de que todos seamos igualitos. Raúl Castro es un gigante, no por ser hermano de Fidel, sino porque fue arquitecto del Estado cubano y la resistencia ante Estados Unidos. Lo cual es un logro para toda América Latina.

Sin libertad…

La libertad es algo concreto y creo que el pueblo cubano es libre como pueblo, como Estado frente a la opresión extranjera.

Los homosexuales cubanos no eran muy libres hace 20 años…

En la política hay una cosa de cómo tratas una serie de problemas que dicen relación… o temas que están planteados, que deben ser resueltos. Y todo guarda relación con la política, entonces alguien dice “ahhh, usted no toma en cuenta la opinión de la mayoría” y la mayoría en Cuba era muy atrasada desde el punto de vista de las concepciones, eran muy conservadores y con ideas muy fijas.

¿Por eso se enviaban a campos de reeducación?

Momento. Eso lleva muchas veces a errores. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que el problema de los homosexuales, no problema, el tema…

Insiste en que la homosexualidad es un problema…

En un problema de mi lenguaje. El tema o expresión homosexual es un tema natural de los seres humanos. Hoy es reconocido así. Pero en la antigua Rusia o la URSS, con la presión de la iglesia ortodoxa y oscurantista, en Cuba también, hay formas de pensar muy atrasadas. No de la Iglesia en particular, no la ponga así tampoco. Lo que quiero decir es la influencia en la forma de pensar. Hoy hay candidatos que están en contra del matrimonio homosexual y hay un segmento de la ciudadanía que está de acuerdo con ellos.

¿En Cuba habría defendido a los homosexuales?

Hubiese estado siempre a favor, porque es natural y hoy lo comprendo así. Si me pregunta hace 40 años, probablemente yo no pensaba así, porque no tenía las herramientas. El ser humano tiene la particularidad y capacidad de corregirse, por eso soy revolucionario, tengo la capacidad de corregirme.

¿Qué rol les asigna a los medios de comunicación? ¿Cómo se van a calificar conductas de los medios?

En un gobierno nuestro habrá variedad de medios de comunicación. Lo que no habrá será un monopolio de medios en una tendencia determinada, como es hoy. Cuando vino la vuelta a la democracia, antes de aquello, había un montón de medios contra la dictadura: Fortín, La Época, Causa, Mensaje, Análisis, etc. Cuando “vuelve” la democracia, todo lo que se había construido se terminó y quedamos en la práctica en un lugar cómodo de la Concertación de asumir el modelo neoliberal, que estaba en contradicción con esos medios.

¿Qué debió hacer la Concertación para mantener esos medios? ¿Subsidiarlos?

Creo que tratarlos con la misma forma en que trató el Estado a los demás medios. Una cantidad de medios que eran de carácter bastante artesanales, no tuvieron apoyo en cuanto a avisaje, que sí se daba en otros en que ministerios pagaban avisaje.

Hay varios trabajos académicos que demuestran que el avisaje oficial no fue relevante para mantener vivo un medio. Hablo de los años 80-90. ¿No será que algunos medios recibían mucha ayuda de organismos internacionales que querían que en Chile volviera a la democracia y no pudieron subsistir por sí mismos?

Lo que planteo es que hubo una política dirigida porque muchos de los sostenedores… por ejemplo los dueños del diario La Época, quiénes eran...

La DC. Se acabó la plata de la fundación, no lograron plantear un proyecto que compitiera con los otros…

De todas maneras quedó planteada una única forma de pensar.

¿Cree en la libertad de expresión?

Sí, absolutamente. Lo que no es sinónimo de libertad de empresa, porque consideramos que debe haber un desarrollo exponencial de los medios de prensa, fundamentalmente las organizaciones sociales deben tener sus medios. Debemos impulsar que organizaciones tengan sus medios como la CUT, Anef o nuevas organizaciones con sus expresiones bastante potentes. También queremos que los trabajadores de los medios participen sin que haya una línea editorial tan definitoria, que haya una participación más democrática. Se habla del cuarto poder, que serían los medios. Nosotros no vamos a permitir que un medio sea de una propiedad ni de una empresa china, ni norteamericana, ni rusa, ni vietnamita, ni alemana. Porque es un poder que lleva a la gente a pensar de una manera determinada. Tiene que haber libertad de expresión. Claro que debe haber libertad de expresión.

¿Entonces hay que cerrar CNN y CHV?

Tendrían que cambiar el formato.

¿Usted prohibiría a los controladores de CNN y CHV que operaron en Chile?

Sí, y si fueran una empresa china también. Soy profesor y sé que hay educación formal e informal. Ustedes los medios tienen un poder de formación hacia la población increíblemente grande. Quienes trabajan en un aula saben que tienen que estar constantemente trabajando en dirección de lo que ustedes están formando.

Entonces usted dice que no puede haber propietarios extranjeros en medios chilenos.

Sí, pero puede haber medios privados chilenos. Me gustaría que fuera de los trabajadores, incluido Julio César.

En las elecciones anteriores logró que lo siguieran 33.600 personas. ¿A cuántos aspiran esta vez?

Orgullosamente. Creo que vamos a dar una sorpresa. No tengo una cifra. La otra vez a un periodista, creo que de La Tercera, también le dije irónicamente, ‘mira, si sacamos 100 hacemos un asado’. Lo nuestro es un proyecto revolucionario. Vamos a sacar muchos más, así que vamos a estar una semana de fiesta.

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