El domingo a las tres de la tarde aún se respira humo al interior del Museo Violeta Parra, los escombros se acumulan por todos lados y un rayado preside el ruinoso panorama: "La Viola sería capucha". Desde adentro se asoman Isabel Parra y su hija Tita, hija y nieta respectivamente de la gran cantautora chilena. Están rastreando que queda tras el incendio que el viernes en la noche destruyó gran parte del recinto, incluyendo su auditorio central.

Las obras de Violeta Parra, se sabe, estaban hace un buen tiempo a resguardo. Fue una medida de precaución ante la posibilidad de un siniestro desde que se desataron las protestas en Plaza Italia en octubre pasado. Casi paralelamente el Museo Violeta Parra, que recibe financiamiento estatal y cuya directora es la académica e investigadora Cecilia García-Huidobro, cerró las puertas al público.

Después del incendio cuyas causas se investigan, Isabel Parra y su hija Tita Parra manifiestan diferencias con el manejo del museo en los últimos tres meses. Isabel Parra es vicepresidenta de la Fundación Museo Violeta Parra (la presidenta es la cantante lírica Carmen Luisa Letelier) y precisa que su injerencia en el Museo está limitada por un directorio.

Este último está compuesto por la directora del museo Cecilia García-Huidobro, el alcalde de Santiago Felipe Alessandri, el director del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural Carlos Maillet, el musicólogo y ex decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile Luis Merino, el licenciado en Historia y ex director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina Guillermo Miranda y la cantautora Javiera Parra, hija de Angel Parra y nieta de Violeta.

Su prima Tita Parra tiene una opinión dura: "En el museo no estaba representando realmente el espíritu de Violeta Parra. Ya se había esfumado en los últimos tres meses y ahora se convirtió en humo negro. Este museo estaba alejado de la gente y convertido en un callejón de la muerte".

Su madre Isabel responde a La Tercera más o menos en los mismos términos: "Había muchas críticas y muchas frustraciones de parte de la gente, que pensaba que iban a ocurrir cuestiones acorde al alma de Violeta dentro del museo. Y cómo este es un museo con aportes públicos, la gente tiene derecho a expresarse al respecto. Lo más grave es que como yo soy la cara visible, los palos y reclamos me llegaban a mí. Esta es una crisis para el Museo Violeta Parra a la que no le veo solución. Otros aires dirán lo que va a venir.

Ustedes apoyan las movilizaciones, pero el incendio al Museo se produjo dentro de estas mismas movilizaciones, ¿Qué es lo que siente al respecto?

Obviamente que nosotros apoyamos las movilizaciones populares, estamos involucradas en la historia de Chile y en lo que le pasa con la gente de nuestro país. No podemos culpar a un grupo de gente automáticamente, sean de dónde sean. Lo que ellos hacen se debe englobar en el panorama general de la crisis que vive actualmente el país. No sé hilvanar fino ni echarle la culpa a alguien así no más.

¿Usted quería que el Museo fuera más partícipe de las manifestaciones?

Yo soy vicepresidenta de la Fundación Violeta Parra y fundadora del Museo, pero yo no soy la directora. Es decir, yo no soy funcionaria, no pertenezco al aparataje. Hay una directora (Cecilia García Huidobro) con la que no coincidimos en la forma en que había que poner a Violeta Parra dentro de esta crisis. Tampoco hay diálogo con ella. Hubiéramos querido realizar otras actividades y, de hecho, hicimos un ritual de sanación el 14 de noviembre con el objetivo de cuidarlo y protegerlo. En definitiva el Museo Violeta Parra vive su propia crisis, pero a la larga eso es bueno, pues las crisis sirven para algo en el futuro. Esto, definitivamente, no va a seguir como antes. Aquí hay punto final y hay que hacer otra cosa.

¿Se harán parte de la causa judicial por el incendio?

Por supuesto que sí. En la medida que tengamos acceso a la investigación, lo haremos. No sabemos la verdad de muchos otros siniestros. No se sabe lo que le sucedió al Centro Arte Alameda. Lo que dice la televisión son puras mentiras.

¿Existe la posibilidad de irse a otra parte?

No podemos responder eso en este momento, porque el incendio acaba de suceder. Y tampoco sabemos qué va a pasar en este país en los meses que vienen. Nosotras no somos dueñas del museo. Sí lo somos de la obra de Violeta Parra. Aún así, dudo que se haga un nuevo inmueble aquí mismo. Tener un museo en la zona cero es como tener a Violeta Parra a la intemperie. Es lo que le pasa también a todo el mundo que vive aquí. En el sector de Plaza Italia simplemente no se puede planificar nada.

¿Se puede hacer una itinerancia con su obra?

No se puede planificar nada ahora. Es más bien una catástrofe. No hay hoja de ruta en este momento.

¿Pensaban que algo así podía suceder?

El peligro era permanente. No había ninguna razón para pensar que no iban a tocar al Museo Violeta Parra. De repente surgían esperanzas subterráneas de que a la Violeta no la iban a dañar. Lamentablemente hay gente a la que la figura de Violeta Parra no le interesa. O simplemente no saben quién es. No se puede hacer un análisis tan rápido de quiénes son los que incendiaron el museo, qué tipo de personajes son. Todos decimos cualquier cosa, pero nadie dice realmente la firme, la verdad.

¿Cuál es la figura legal que define el legado que ustedes conservan en relación al museo?

Hemos donado al Estado de Chile la obra de Violeta Parra en comodato gratuito. Lamentablemente en el camino nos vamos encontrando con obstáculos, con burocracia y con indiferencia y con agresiones.

Isabel Parra dice que actualmente el legado de Violeta Parra se encuentra resguardado por su hija Milena Rojas, que es jefa de colección y patrimonio del museo, pero no quiere revelar su paradero ("eso sí que no se puede decir, menos ahora").

Su otra hija, Tita Parra, más vehemente, afirma: "Lo único que podemos hacer es repudiar este acto con toda nuestra fuerza, porque se trata de un atentado a Violeta Parra y su legado. Este no es un museo de los Huasos Quincheros, sino que de Violeta Parra, una mujer que entregó su vida a denunciar la injusticia y la desigualdad de Chile y el Tercer Mundo. Necesitamos repudiar y al mismo tiempo investigar lo que pasó, aunque dudamos de las recientes investigaciones que se han hecho en el marco del estallido social. Esto fue un atentado a los derechos humanos, similar lo que lo que pasó con el Centro Arte Alameda".