Los 50 años de Luis Miguel: El eterno solitario que pasa la cuarentena en un yate

Luis Miguel en diferentes épocas.

Este domingo, el cantante latino más popular de las últimas décadas llega al medio siglo de vida. Un cumpleaños atípico pero en sintonía con su comportamiento de los últimos años: confinado en un yate atracado en Miami, donde pasa los días de pandemia a solas, lejos de sus cercanos y su pareja, según ha revelado la prensa mexicana.


En cierta forma, Luis Miguel ha vivido buena parte de su vida en modo cuarentena. Lejos de aquellos días de adolescencia y juventud cuando se paseaba por prácticamente todos los programas de televisión del continente para hablar de su vida y carrera, en los últimos años el el ídolo mexicano ha agudizado su perfil enigmático y solitario, optando por el hermetismo, el aislamiento y una vida pública silenciosa y casi en penumbras, solo interrumpida por esporádicas y accidentadas giras, un disco de rancheras que presentó en 2017 -el único que lanzó esta década- y una serie de publicaciones superficiales en una cuenta oficial de Instagram que parece manejada por alguno de sus representantes.

Fiel a su estilo, el cantante latino más popular de las últimas décadas pasará su cumpleaños número 50, una fecha significativa para cualquiera y en especial para aquellos artistas que han estado expuestos a las cámaras desde la infancia. La fecha se celebra este domingo, aunque sin fiestas ni compañía: según ha revelado la prensa de su país, este domingo Luis Miguel conmemorará su medio siglo de vida casi en completa soledad, confinado en un yate en las costas de Miami donde ha pasado gran parte de la cuarentena.

En su más reciente edición, la revista mexicana Hola! detalla que el hombre de La incondicional pasa sus días en el embarcadero de Bayside, un sector de Miami Beach, a bordo de su yate Único. En tanto, Mollie Gould, su corista y pareja desde 2018, está en California. El cantante se habría instalado en ese sector de Florida el mes pasado, en plena irrupción de la pandemia del coronavirus a nivel mundial.

Luis Miguel en portada de revista Hola.

Lo que no está del todo claro es si alguien acompaña al “Sol de México” en este periodo de aislamiento. La última vez que se vio al solista públicamente fue a fines de marzo, de acuerdo a las imágenes mostradas por esos días por el programa Ventaneando, de la TV Azteca. Allí las cámaras registraron al cantante caminando por el muelle de Miami junto a su hermano, Alex Basteri, quienes habrían bajado de la embarcación para buscar provisiones al momento en que fueron captados por los flashes.

Si bien la situación de "Lusimi" es singular, en las últimas semanas han aparecido diversos reportajes de empresarios millonarios y superestrellas del mundo anglo que estarían pasando la pandemia en embarcaciones de lujo. Es el caso del magnate discográfico estadounidense David Geffen, fuertemente criticado por postear el mes pasado una foto desde su gigantesco yate en las Islas Granadinas, rogando que "ojalá todo el mundo se encuentre bien". Todo un símbolo de estatus en el Hemisferio Norte, replicado por reggaetoneros como Daddy Yankee y Ozuna, que también se han mostrado en redes sociales pasando la cuarentena a bordo de sus embarcaciones privadas.

Y aunque por estos días, debido a las restricciones en los viajes, está prohibido que estos yates atracados -al menos en el caso de Miami- zarpen, sus dueños pueden permanecer a bordo en medio de la pandemia, bajar a comprar alimentos e incluso, eventualmente, contar con auxiliares o personal de confianza que los asista.

Con todo, incluso para el solitario Luis Miguel su situación actual parece ser excesiva, ya que en los últimos años solía pasar sus cumpleaños junto a su entorno más próximo en celebraciones íntimas cargadas a la comida y el vino, una de las grandes pasiones del cantante. “Es sabido que Luis Miguel disfrutaba pasar su cumpleaños en Acapulco rodeado de sus amigos más cercanos. Hace un año para celebrar su cumpleaños “El Sol” disfrutó de dicho puerto de Guerrero acompañado de su hermano y algunos amigos”, consigna Publimetro México.

Un accidente aéreo, problemas auditivos y el fantasma de Marcela

¿En qué momento comenzó a apagarse El Sol? Si bien la carrera de Luis Miguel nunca se ha ido a pique y el mexicano aún es capaz de vender discos y agotar entradas -como demostró en su último paso por Santiago, con cuatro fechas consecutivas en el Movistar Arena-, es evidente que el cantante que revivió la balada en español y dominó la industria musical latina durante las últimas décadas ya no brilla como antes y se mantiene gracias a su imbatible catálogo.

Cuesta determinar el punto exacto en el que curva ascendente del mexicano se aplanó, pero fue con el cambio de siglo que el intérprete de Suave comenzó a experimentar una leve caída en su trayectoria artística, aún sin un reemplazante a su altura.

Luis Miguel.

Pocos años antes, cuando tenía 25 años, el solista sufrió un accidente que él mismo reconoció que lo marcó. El 18 de noviembre de 1995, cuando el astro todavía la descosía con los éxitos de Aries (1993) y sus versiones para clásicos de la balada en español asistido por Armando Manzanero y Juan Carlos Calderón (la saga Romances), el artista vivió una traumática experiencia cuando el avión que lo transportaba a Guadalajara tuvo una falla en el tren de aterrizaje nunca descendió y tuvo que aterrizar de urgencia. La nave se salió de la pista, chocó contra una malla cayó sobre de costado. Esas misma noche, en un show en dicha ciudad, el mexicano reconocía que ese día “había vuelto a nacer”.

Coincidencia o no, esa segunda vida del ídolo ha sido más de claroscuros y ostracismo. Tras el éxito de discos como Romances III (1997) y Amarte es un placer (1999) se han sucedido una serie de lanzamiento de menor impacto, con chispazos esporádicos como los singles Te necesito y su primera incursión en las rancheras, México en la piel. De un día para otro dejó de visitar los programas de televisión, comenzó una vida más recluida y lejos de las cámaras y, con el correr de los años, sus presentaciones en vivo, hasta entonces siempre infalibles, se volvieron progresivamente más erráticas y cargadas a los medleys y confusos juegos vocales.

Por esos mismos días se empezó a conocer de una enfermedad que habría condicionado su carrera en este siglo: una tinnitus, un problema en su oído propiciado por décadas de conciertos y exposición a la amplificación, de consecuencias graves para cualquier profesional de la voz. En 2015, en una de sus últimas entrevistas para un medio escrito -donde enfrentó a la periodista casi a oscuras, sin mostrar su rostro y luciendo un aparato en su oreja con una luz que brillaba-, declaró que se encontraba en tratamiento y que estaba aprendiendo a convivir con la enfermedad.

Si bien en los últimos años ha recuperado su mejor versión en vivo y efectivamente parece haber dominado sus problemas auditivos -para desgracia de los ingenieros de sonido de sus conciertos, maltratados hasta el cansancio por el cantante-, sus últimas giras no han estado exentas de inconvenientes, fechas canceladas a última hora y más de algún show que simplemente no salió bien.

En medio de todo el secretismo que lo rodea, se ha hablado de peleas con sus ex parejas -el cantante tiene dos hijos con Aracely Arámbula y una primogénita con Stephanie Salas- y de problemas financieros y despilfarro de sus ahorros. Esto último habría sido el principal catalizador y la razón que lo convenció para finalmente abrirse a contar parte de su vida en Luis Miguel, la serie, la producción que Netflix estrenó con gran éxito en 2018 y que reavivó su repertorio y su imagen, acercándolo a una nueva generación menos familiarizada con su época de esplendor.

Si bien la serie, que le permitió hacer caja y zafar de las deudas a la espera de una segunda temporada con fecha de estreno para este año, sus capítulos abordan sólo lo que "Luismi" está dispuesto a mostrar, incluyendo, eso sí, el mayor de sus traumas: la desaparición de Marcela Basteri,a la mujer de origen italiano maltratada por su pareja -el fallecido Luisito Rey, reconvertido hoy en ícono pop televisivo- y de quien se perdió la pista a mediados de los años 80.

Un misterio que ha dado pie a un sinnúmero de teorías y una herida que comprensiblemente nunca ha cerrado del todo para el ídolo mexicano. La misma que hoy, en su adultez, reaparece como un fantasma. “Esa es una de las cosas que más me duelen y es uno de los temas que siguen estando ahí, pendientes. Pero bueno….Yo creo que es algo que en su momento podré superar. ¿No? Pero no ha sido posible. Es muy difícil, una madre siempre será una madre. Sobre todo, para aquellos que no contamos con su presencia, no contamos con ese cariño, con ese amor”, reconoció el solista en 2008 a Univisión, en una de las pocas ocasiones en que se ha referido al tema.

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