Pedro Browne, ex Amplitud ahora Evópoli: "Van Rysselberghe no acepta las diferencias... eso hace inviable una coalición"

Pedro Browne
Foto Juan Farias / La Tercera.

"Uno nunca puede dejar de pensar en convocar a nuevas fuerzas. Y eso tiene que ir con el entendimiento de que aceptar posiciones divergentes tiene que ampliarse más. Pareciera que eso es muy difícil hoy con el liderazgo de la senadora Van Rysselberghe en la UDI porque ella no acepta las diferencias", señala el exdiputado.


En 2014 el ex diputado Pedro Browne renunció a RN para formar, junto a la actual vocera de gobierno, Karla Rubilar y el exdiputado Joaquín Godoy, el movimiento Amplitud. Tres años después, los fundadores dejaron la colectividad y finalmente se disolvió. En mayo de este año, en tanto, Browne entró a militar a Evópoli.

Y de hecho, hasta antes del 18 de octubre, el exdiputado se estaba perfilando como el posible jefe de campaña de la candidatura a la gobernación de Santiago del presidente de la tienda, Hernán Larraín Matte. Sobre eso, Browne asegura que esa candidatura está "congelada" por el momento.

Hoy, en tanto, el ex parlamentario está dedicado a labores en el mundo privado pero, como señala, siempre mirando lo que ocurre en la política. En esta entrevista, Browne critica a la UDI y su decisión de suspender la participación en Chile Vamos y emplaza a su partido, Evópoli, a abrirse hacia el centro.

¿Qué le parece que la UDI haya congelado su participación en Chile Vamos por haber avanzado en la paridad de género?

El acuerdo se aprobó pero eso no significa que no se pueda avanzar en otras materias. Lamentablemente es un tema histórico de la UDI, que entiende la unidad en la lógica de defender y aprobar lo que ellos creen lo que es correcto pero no aceptan que hay una coalición diversa y eso significa que hay materias en las que no hay acuerdo. Y cuando se trata de temas que no son de principios o no están dentro de un programa, la verdad es que yo entiendo la política de coalición con una libertad de acción para ciertas materias, igual como se aprueba este acuerdo. Pero la UDI está llamando a votar en contra de la nueva Constitución, y parte importante de RN y Evópoli están llamando a favor. Y esa es una diferencia mucho más estructural que si hay o no paridad de género o escaños reservados para los pueblos originarios. La posición de ellos es la divergente y es la que no es mayoritaria en el país.

¿Cree que llegó el momento de replantearse la conformación de los partidos de Chile Vamos?

Siempre se puede trabajar, si se aceptan las diferencias. Si se pretende avanzar solo en los temas en los que hay opinión común, eso significa que hay un veto absoluto a cualquier otra materia. Y por tanto quien tenga una posición más conservadora al interior de Chile Vamos, como es la UDI, tendría siempre la última palabra porque cualquier cosa que ellos no estén de acuerdo, implicaría que no se puede avanzar. Evidentemente que en esta crisis social nos ha demostrado que los extremos, tanto por la derecha como por la izquierda, se están quedando fuera de lo que mayoritariamente los chilenos quieren, que es avanzar en un nuevo pacto social con diálogo.

¿Evópoli podría rearticularse con partidos y movimientos de centro? Como por ejemplo el que creó Mariana Aylwin...

Si, ahí hay un espacio para generar convergencias con quienes tienen representación para poder avanzar en ciertas materias. Hoy hay una oportunidad de buscar una convergencia hacia el centro, generando un bloque que le dé estabilidad al país. Uno nunca puede perder la oportunidad de generar convergencias hacia el centro. Hoy hay fuerzas que desde la centro izquierda y desde la centro derecha han demostrado tener muchos puntos en común, muchos más de los que tienen con las posiciones más extremas. Eso hoy una posibilidad de rearticular las fuerzas políticas hacia adelante. La política en nuestro país por mucho tiempo ha estado agrupada en la lógica del sí y del no. Eso cambió y nosotros sabíamos que con el cambio del sistema electoral eso se modificaría.

¿Cree que hay que pensar algún cambio en la coalición después de que termine el gobierno?

Uno nunca puede dejar de pensar en convocar a nuevas fuerzas. Y eso tiene que ir con el entendimiento de que aceptar posiciones divergentes tiene que ver con ampliarse más. Pareciera que eso es muy difícil hoy con el liderazgo de la senadora Van Rysselberghe en la UDI porque ella no acepta las diferencias. Ella quiere que todo se mantenga en un status quo, más si es en alguna materia donde la UDI no tiene acuerdo. Eso hace inviable una coalición política y hace imposible que el gobierno mantenga la capacidad de maniobra necesaria frente a la contingencia política.

¿Qué le parece la situación de ayer cuando no se saludaron entre los presidentes de partido?

O sea, cuando desde Chile Vamos catalogaron que esto era una pataleta, la verdad es que esto lo reafirma. Primero la senadora dice que no va a ir, después termina en La Moneda sin saludar, uno puede tener diferencias, problemas, pero lo que nunca uno puede perder es el respeto. Y saludar con quien uno comparte una coalición de gobierno es lo mínimo que uno podría pedir en un acto público. Después uno podrá conversar en público y en privado todas las diferencias, pero me parece que pasar por el lado con un gesto claro de correr la cara para no saludar me parece que es una niñería, es un infantilismo total y no coopera en nada con el clima que hoy estamos viviendo, donde las señales de la política son importantes.

"El Presidente tiene que sacarse de la cabeza el modelo venezolano"

¿Cuál es su evaluación de la gestión del gobierno en la crisis?

Creo que la segunda parte del gobierno frente a esta crisis ha sido mucho mejor que la primera. En la primera, hubo un enfoque única y exclusivamente en los temas de seguridad, que si bien son importantes, siempre son importantes, creo que nunca fueron de la mano hasta el cambio de gabinete, de una propuesta más concreta  desde el punto de vista social de de enfrentar las demandas que la mayoría de los chilenos tenía. Eso creo que ha contribuido hoy día a bajar mucho la presión de la calle, a que haya mucha menos gente manifestándose, producto de que se está llegando a acuerdos y soluciones concretas, yo creo que eso era sumamente relevante.

¿Qué se necesitaba para reenfocar?

Se necesitaban varias cosas desde mi punto de vista, yo creo que refrescar el gobierno con nuevos rostros, con una nueva forma de hacer política, más cercana, creo que ha sido sumamente positivo, tenemos los ejemplos del ministro del Interior, de la actual vocera Karla Rubilar que tuvo un papel bien importante desde la intendencia, el ministro Briones en Hacienda, que han logrado cimentar acuerdos, que han logrado dialogar, de entender que el gobierno tiene que ser capaz de negociar y de ceder algunas materias y avanzar en cosas que la ciudadanía está demandando y que la inmensa mayoría de los chilenos no hace desmanes, están tranquilos en sus casas, salen a manifestarse de manera pacífica y que lo que quiere son soluciones concretas. Mientras no se mostraba eso, era muy difícil poder avanzar a una solución en esta crisis.

En la última entrevista, el Presidente Piñera volvió a citar a Venezuela al ser consultado por un cambio al modelo. ¿Qué le parece esa reacción?

Está con una presión muy fuerte y la verdad es que tiene que sacarse de la cabeza el modelo venezolano, el modelo cubano, porque son modelos que no tienen ninguna viabilidad. La inmensa mayoría de los chilenos dista años luz de querer avanzar en eso, porque atenta contra el sentido común. Nadie, ningún chileno está pensando irse a este paraíso que algunos quieren dibujarlo desde Venezuela o Cuba, porque la verdad es que no pasa que nadie en el mundo quiera cruzar las fronteras, dejar su país, para ir a vivir a uno de esos países donde evidentemente hay dictadura, violación a los DD.HH y la verdad es la antítesis del paraíso que algunos de la extrema izquierda nos quieren hacer ver muchas veces.

¿A qué atribuye esa respuesta del Presidente?

El Presidente ha estado muy acorralado, con pocas posibilidades de ejercer su liderazgo dado las propias presiones de los partidos políticos y esto último que ha pasado con la UDI es fiel reflejo de eso, porque si ya se destapó la olla es porque las presiones del día a día tienen que ser gigantescas. Eso creo yo que le ha impedido poder tener un rol mucho más activo en lo que está pasando. A mí me gustaría ver más activo al Presidente Piñera en todo lo que ha sido el proceso constituyente, en promover una nueva Constitución y entender que va a ser un debate democrático, donde vamos a tener una elección que las fuerzas políticas y las fuerzas de la sociedad civil van a poder tener representación y dibujar la Carta Fundamental, el pacto social que queremos en Chile para adelante.

Una de las primeras críticas que hacías al inicio de la crisis era que el gobierno solo hablaba de orden público..

Sí, porque efectivamente, cuando partió la manifestación, el discurso estaba únicamente centrado en el orden público y eso, perfecto, hay que solucionar un problema que está ocurriendo en esas fechas puntuales y que todavía tenemos algunas situaciones que hay que controlar, pero de la mano de eso era importante avanzar en una agenda que se hiciera cargo de las demandas de la inmensa mayoría de los chilenos que se estaba manifestando, que estaba poniendo una alerta grande, que si uno dejaba pasar el tiempo, solo se iba agrandando. En eso creo que la reacción fue lenta y no contribuyó a poner un freno a lo que estaba ocurriendo. Afortunadamente creo que los cambios han ido en esa dirección y que es lo correcto.

Los "vetos de la elite"

Para usted, ¿cuáles son las principales razones de la crisis?

Ha habido permanentemente desde la elite en nuestro país una incapacidad de anticiparse a las transformaciones que la sociedad requiere. Y más bien, han sido un contenedor de estos cambios, muchas veces han parado una Constitución que ayuda a que una minoría pueda imponerse sobre una mayoría. Hoy día llegó el tiempo de entender eso porque al final de cuentas quienes se han opuesto a ciertas transformaciones en distintas materias, incluida la constitucional, lo único que logran es que la transformación que se realiza es muchísimo más grande y profunda, producto de que el status quo se mantiene y la olla a presión no soporta esa situación, que se eternicen ciertas cosas sin las transformaciones que la sociedad promueven y una vez que se tienen que promover es porque esta ya rebalsó, tal como ocurrió de manera mucho más dramática y fuerte el 18O. Porque si uno analiza hacia atrás una serie de materias que se podrían haber avanzado en ciertos consensos mucho antes, por oponerse y evitar que se avance en estas materias, los cambios producidos han sido mucho más grandes de los que se hubiesen hecho si hubiera habido un consenso anticipándose a ciertas demandas que la ciudadanía requiere.

Ya no se puede imponer un veto...

Exacto. Llega un minuto en que es imposible poner vetos sobre cosas que son evidentes que para la ciudadanía son importantes. Siempre se usó con la Constitución el argumento de que no era la prioridad de las personas. Y claro, se usaban como referencia encuestas que decían "dígame ud. cuáles son las tres cosas que más le importan" , creo que es bastante evidente que en una de esas tres no iba a estar la Constitución, y por eso quedaba en número 7, número 9, pero ya, que espontáneamente, la gente dijera que la Constitución era importante entre las 3 o 4 cosas más relevantes para su vida era una señal súper potente que no se supo leer. Estuvo la posibilidad en el gobierno anterior de haber hecho un cambio constitucional de manera distinta a la de ahora, y quizás no estaríamos discutiendo esta materia, pero también hubo una imposición. Y hoy día pasa a ser un tema que es relevante, y vemos como más de 85% de los chilenos apoya y probablemente va a tener un resultado aplastante en abril 2020 la opción "apruebo".

¿Qué mecanismo prefiere para cambiar la Constitución?

Voy a votar por la opción apruebo en el plebiscito de abril. Voy a promover con mucha fuerza que eso ocurra porque la Constitución del 80' tiene un vicio de origen y creo que Chile puede y debe tener una Carta Magna nacida en democracia sin resabios de una dictadura que dividió a nuestro país. Para eso es clave que el órgano que la redacte sea el de la convención constituyente.

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