Un plátano vendido en 120 mil dólares es la nueva provocación del mercado del arte

El artista italiano Maurizio Cattelan, famoso por sus polémicas instalaciones como la escultura del Papa Juan Pablo II derribada por un meteorito que exhibió en el Royal Academy de Londres en 2016, es el autor de esta obra consistente en un plátano maduro pegado con cinta adhesiva en la pared. Fue vendida y luego comida en la Feria de Art Basel Miami este fin de semana. Varios artistas, desde Duchamp hasta Banksy, han cuestionado antes con sus irreverentes obras los límites del arte contemporáneo.


¿Y esto es arte? Es la pregunta que cada cierto tiempo alguna obra genera ante la perplejidad del público. La última de ellas fue Comedian: un plátano maduro pegado con cinta adhesiva en uno de los muros del stand de la galería Perrotin en el contexto de la Feria Art Basel Miami y su autor es el artista Maurizio Cattelan (1960), conocido hace años por sus esculturas satíricas que cuestionan la política y el poder. El plátano, por supuesto, llamó la atención de los visitantes al evento, e incluso un coleccionista francés adquirió la pieza (de edición limitada) por 120 mil dólares. En tanto, el sábado, el artista estadounidense David Datuna, quien se declaró admirador de Cattelan, decidió arrancar el plátano de la pared y comérselo, parte de una performance propia como afirmó luego.

La acción molestó a uno de los trabajadores de la feria, pero finalmente se decidió simplemente reemplazar el plátano por otro y no tomar otras medidas adicionales. "(Datuna) no destrozó la obra de arte. El plátano es la idea", dijo Lucien Terras, el director de la galería Perrotin, al diario Miami Herald.

La jugarreta del italiano ha puesto de nuevo en el tapete la discusión sobre los límites del arte o qué se considera o no arte, un tema que lleva más de un siglo en la palestra luego que en 1917, Marcel Duchamp haya escandalizado la escena con La fuente, un urinario invertido convertido en pieza de arte.

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El inodoro de oro de Maurizio Cattelan fue robado en septiembre del año pasado de Palacio de Blenheim en el Reino Unido.[/caption]

El mismo Maurizio Cattelan hizo un guiño al pionero francés, cuando en 2016 creó para el Museo Guggenheim de Nueva York, un inodoro, elaborado con 103 kilos de oro que fue avaluado en 4 millones de dólares y que se bautizó como América. En septiembre de 2017, el museo rechazó la petición de la Casa Blanca sobre el préstamo del cuadro Paisaje con nieve (1888) de Van Gogh, frente a lo que la curadora de la institución, Nancy Spector, sugirió que sí se podía prestar el inodoro América. No hubo respuesta desde la Casa Blanca.

En tanto, en septiembre de 2019, el inodoro fue robado desde el Palacio Blenheim en el Reino Unido, donde había sido dado en préstamo para instalarse en vez del inodoro utilizado antes por Winston Churchill. La pieza aún no aparece.

Provocadores

Más allá de estas humoradas, Maurizio Cattelan, ha desarrollado una larga y exitosa carrera de provocador en el arte. A fines de los 90 comenzó a producir sus esculturas satíricas de tamaño real como La Nona Ora, la figura del Papa Juan Pablo II, aplastado por un meteorito que fue estrenado en la muestra Apocalypse en la Royal Academy de Londres. Ese mismo año, en la Bienal de Venecia, Cattelan presentó Mother , un proyecto que involucró a un fakir indio, que practicaba un ritual diario de ser enterrado bajo la arena en una habitación pequeña, con solo sus manos juntas. Y en 2001, exhibió Him, una escultura de un niño de rodillas orando, con la cabeza de Aldolf Hitler, el que fue vendido en 15 millones de euros, en una subasta de la casa Christie's en 2016.

Otro artista que se ha hecho una fama de provocador y anónimo grafitero Banksy, quien partió en la calle creando agudos estenciles sobre la sociedad británica para luego saltar a la escena institucional a punta de obras y performances que cuestionan el mercado del arte. La más emblemáticas de ellas ocurrió en octubre de 2018, durante una subasta de Sotheby's. Cuando el martillo golpeó la mesa por la venta de Girl with ballon -una de sus imágenes más icónicas- por la cifra récord de 1.180 millones de euros, esta se autodestruyó- usando un sistema de trituración-siendo triturada ante la mirada atónita de los asistentes. El incidente levantó otra vez la discusión sobre el carácter especulativo que tiene hoy el arte contemporáneo, aunque otros también aplaudieron la acción elevandola a un espectáculo de arte en sí misma.

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The Girl with Ballon, la icónica obra de Banksy se autodestruyó mientras se desarrollaba su subasta en Sotheby's.[/caption]

La obra de Cattelan en Art Basel Miami, una de las ferias más prestigiosas del circuito, revive tanto el debate sobre la especulación financiera del arte -no faltan quienes dudan la venta de la obra no sea más que una farsa-, y sobre la materialidad propia del objeto artístico, en este caso por su carácter efímero y cotidiano ¿un plátano puede ser considerado una obra de arte? Mismas preguntas que ya en los 60 lanzaba Andy Warhol con su reproducción en serie de la imagen de una sopa Campbell y de la casa de detergente Brillo.

El crítico de arte chileno y columnista en The Village Voice, Christian Viveros-Fauné lo ha resumido así : "Warhol decía que el mejor arte era el arte de hacer negocio, pero el problema del mercado es que te vende unas papas fritas de la misma forma que una obra de arte, pero las papas fritas no pretenden reflejar un mundo cultural ni interior".

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