La Tercera PM

Un palacio abandonado, asesorías para campañas: ¿En qué gasta la Biblioteca del Congreso los 12 mil millones que tiene de presupuesto?

La BCN tiene millonarios proyectos al debe como la habilitación del Palacio Huneeus por el que pagó 2.300 millones de pesos y que hoy está abandonado.

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El debate anual por el financiamiento del Congreso Nacional tiene tres partes. Por un lado se resuelve la partida que financia al Senado, que este año se empinó en los  $40.699.471.000, y por otro, se pone en discusión el monto con que se financiará la Cámara de Diputados, que este año llegó a los $68.158.710.000. La tercera parte del presupuesto del Poder Legislativo la constituye la partida que cubre los gastos de la Biblioteca del Congreso Nacional (BCN), que según deja ver el informe actualizado de la Dirección de Presupuesto, en 2018 alcanzó los  $12.195.057.000.

El alto presupuesto de la Biblioteca del Congreso Nacional viene acompañado de una autonomía de gestión que hoy es vista con distancia desde el Senado. Hoy la BCN depende de una comisión bicameral que encabezan los presidentes del Senado y la Cámara, que solo duran un año en el cargo, y en general no tienen posibilidad de ejecutar iniciativas de largo plazo.

¿Qué es lo que produce la BCN con un presupuesto de 12 mil millones de pesos? Hoy, el 70% del trabajo del personal de la biblioteca- señala un senador- es para cubrir la demanda particular de los parlamentarios, y solo un 30% se destina al trabajo general de preparación legislativa de la Corporación.   Eso, advierten en el Congreso, se traduciría en que el personal de la BCN termina haciendo minutas particulares y, en tiempos previo a las campañas, incluso realiza trabajos de análisis de respectivos distritos. Incluso, hay casos de parlamentarios que han extremado sus atribuciones hasta pedir apoyo en la BCN para los trabajos de colegio de sus hijos, como habría sido el caso de una ex diputada UDI.

En los últimos 10 años, la biblioteca también ha incurrido en millonarias inversiones, algunas de las cuales hoy están paralizadas. Tal es el caso de la compra del Palacio Huneeus, a un costado de la Academia Diplomática de Chile en calle Catedral y frente al ex Congreso Nacional. El desembolso se hizo en 2008 -bajo la gestión de la ex directora Soledad Ferreiro- y se pagó por este 85 mil UF ($2.320.339.350).

El objetivo era establecer ahí la sede de la Biblioteca Ciudadana del Congreso Nacional, una iniciativa que prometía acercar a la ciudadanía a las gestión parlamentaria. El mandato de la época, según explica la actual gestión que encabeza Alfonso Pérez, fue "presentar un proyecto que permita contar con una infraestructura adecuada para solucionar la desarticulación física de la Biblioteca -que hoy arrienda varias oficinas en calle Huérfanos- , colaborar con la vinculación del Congreso y la ciudadanía, generar las condiciones apropiadas para el depósito de su

colección", entre la que figuran piezas históricas como la segunda edición de La Araucana (1574) y el Evangelio Americano (1864), de Francisco Bilbao.

Para el anteproyecto arquitectónico de la nueva biblioteca se llamó a concurso en 2012 y en enero de 2013 se adjudicó el proyecto al equipo de arquitectos conformado por Alejandro Beals, Matías Zegers y Loreto Lyon. La propuesta ganadora consiste en la habilitación y ampliación del inmueble a casi 6.000 m2, distribuidos en 8 plantas, para ofrecer allí servicios propios de una biblioteca parlamentaria y albergar oficinas administrativas y servicios de documentación. Todo con un costo de $18.720.336.000. A cinco años de ese concurso, el proyecto sigue detenido y el edificio está abandonado.

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Palacio Huneeus[/caption]

Informe financiero

El escenario de cuestionamientos desde el Congreso a las platas de la BCN se ve incrementado por el último informe financiero de la BCN, correspondiente al año 2017, que hizo la auditora Ossandón. El informe observa que se detectaron en los registros de compras del periodo 2018, facturas correspondientes a gastos devengados en 2017 por un monto de $19.143.000,  "las que no fueron contabilizadas como deuda flotante al 31 de diciembre de 2017. De haber reconocido estos compromisos, el superávit del año habría disminuido en ese monto".

El informe también puntaliza que  "los estados financieros al 31 de diciembre de 2017, incorporan como gasto del año un monto ascendente a $39.792.000; de los cuales , $12.783.000  no corresponden a gastos de la institución y deben ser recuperados de otras instituciones y $26.919.000 corresponden a un gasto anticipado al 31 de diciembre de 2017. "De no haber reconocido esos gastos, el superávit del año habría aumentado en ese monto", añade el texto.

Frente a las observaciones de la consultora Ossandón, la actual dirección de BCN respondió que "dicho informe responde al proceso de mejora en los procesos internos que esta Dirección implementó a partir de 2013, para una mayor transparencia y mejores resultados en la gestión institucional".

Reforma al gobierno corporativo

La actual mesa del Senado estima el actual sistema de administración de BCN tiene deficiencias que impiden que la entidad desarrolle proyectos a largo plazo y que vayan más allá de la demanda particular de los parlamentarios. "Existe la necesidad de tener un desarrollo de conocimiento de mediano y largo plazo con producción por áreas globales y más orientados a las comisiones que a los parlamentarios", dice el presidente del Senado Carlos Montes.

A raíz de esa visión crítica, la mesa del Senado desde hace más de un mes socializa entre los parlamentarios una propuesta de reforma al gobierno Corporativo de la entidad.

La iniciativa apunta a crear un gobierno corporativo de carácter permanente y con un perfil técnico compuesto por un Consejo directivo -cuyos integrantes durarán 3 años-, un director y cuatro direcciones. El consejo directivo, según la propuesta que hoy está a la vista de los jefes de bancada de ambas corporaciones, estaría integrada por un representante del Senado y la Cámara, un ex senador y exdiputado y tres expertos o académicos de prestigio elegidos una quina propuesta por el Sistema de Alta Dirección Pública.

La Tercera PM conversó con 10 senadores y 20 diputados que manifestaron sus dudas con la modalidad de quitarle a los presidentes de ambas cámaras la manija que tienen hoy sobre la biblioteca. Aunque hay un juicio crítico a la labor de la entidad en determinadas áreas, argumentan que el servicio de apoyo parlamentario que prestan subsana en parte los recortes de asesoría parlamentaria que se aplicaron en el último periodo.

Una opinión más abierta la iniciativa, plantea el actual director de la Biblioteca, Alfonso Pérez, quien asegura "estar de acuerdo en la necesidad de contar con una instancia que permita desarrollar proyectos institucionales a largo plazo, puesto que en la actual estructura orgánica donde nuestra dependencia de la Honorable Comisión de Biblioteca -compuesta por los

presidentes de Senado y Cámara de Diputados-, la gestión institucional se ve condicionada a los cambios que cada año se producen en las respectivas mesas de ambas corporaciones. Esta figura permitiría además, estrechar los vínculos en el ámbito de la cooperación y asesoría que la BCN realiza como servicio común a ambas cámaras".

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