Camino a la COP26: lo que está en juego ante la emergencia climática

Será una cumbre clave. Todas las miradas están puestas en la nueva edición de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que este año se realizará en noviembre, en Glasgow, Escocia. Los líderes y expertos tienen una misión: acordar y acelerar la acción sobre el Acuerdo de París. ¿Cómo se está preparando Chile?



En agosto, tras la publicación del sexto informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas), quedaron expuestas alarmantes cifras con respecto a la situación a nivel global. El incremento medio del nivel del mar, el aumento de las emisiones de CO2 y otros gases son solo algunos de los factores. Pero la que causó mayor alerta fue la posibilidad de que el planeta llegue a los 1.5°C para 2040 y se transforme en un camino sin retorno. En la antesala de la próxima COP 26, que se realizará entre el 1 y 12 de noviembre en Glasgow, es solo una señal para llegar a importantes acuerdos internacionales.

Las secuelas y gravedad de la situación mundial se han visto en los últimos años. Los mega incendios de Australia, ocurridos entre junio de 2019 y mayo de 2020, fueron prueba de ello. Pero también las prolongadas crisis hídricas por las que están pasando varios países.

La fotografía es digna de una película. Amplios pastizales en la zona de Petorca secos, arrasados por el aparente calor y, a un costado del paisaje, un ternero muerto. Fue la falta de agua y alimento que azota a la zona desde hace algunos años. La escena se replica en distintas zonas de Chile. Plantaciones secas y ganado que no tiene siquiera qué comer. Con eso mismo, familias que quedan sin su sustento. Todo vinculado a la crisis hídrica de la zona central, una de las consecuencias climáticas.

Es justamente en instancias como la COP que se logran acuerdos que pueden marcar diferencias. Uno de estos fue el Acuerdo de París de la COP21 en 2015, en el que se establecieron compromisos individuales por cada país, en los que declararían cuánto aportaban en reducción de emisiones de gases a nivel mundial.

El desafío de Chile

Las decisiones se toman de forma unánime. Por eso las metas más importantes para Chile son consolidar los avances realizados durante su presidencia, iniciada en 2019. Primero, Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente, señala la relevancia de la incorporación del mundo de la ciencia para hacerse cargo el último informe del IPCC; segundo, la integración de los océanos en la acción climática global; tercero, la incorporación de la Plataforma de Santiago para encargarse de las pérdidas y daños que sufren los países por el cambio climático; y cuarto, el financiamiento. “Cómo conseguimos el financiamiento global, con particular énfasis en la adaptación al cambio climático, será uno de los temas más complejos”, explica.

La ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, explica que en la COP 26 Chile presentará la Estrategia Climática de Largo Plazo (ECLP).

Schmidt comenta que estamos en un momento difícil. El Acuerdo de París se firmó en 2015, pero la ministra explica que es como una ley marco que debía desarrollar sus reglas de operación en 2018, para empezar a implementarse en 2020. Ese año se logró avanzar en el libro de reglas, pero no lograron cerrar las asociadas al artículo 6, que es el único que incorpora al sector privado mediante el mercado de carbono como una herramienta más para movilizar la acción climática. Por esto mismo, en la COP pasada, avanzaron en un texto que establece las principales normas, pero no hubo consenso específicamente en temas de doble contabilidad y opciones de movilizar financiamiento a la adaptación.

Además, dice la ministra, en agosto el Presidente Piñera presentó el Plan Sequía. “Que tiene cuatro ejes: el impulso a la desalación del agua, priorizando los que provean para el consumo humano; el fortalecimiento de la tecnificación de riego para la producción de alimentos; y potenciar la inversión en proyectos de agua potable rural para garantizar la ingesta humana. Además, priorizarán el uso eficiente en ciudades, buscando crear con- ciencia en la sociedad”, explica.

La ministra comenta que en la COP 26 Chile presentará la Estrategia Climática de Largo Plazo (ECLP). Que establece las metas y objetivos para lograr la carbononeutralidad y resiliencia a más tardar al 2050. La estrategia la han elaborado de forma participativa desde mayo 2020, con más de cuatro mil personas y contaron con el aporte del Comité Científico de Cambio Climático y el Comité Asesor por la Acción Climática.

Los expertos también tienen puestos los ojos en esta nueva reunión. Claudio Huepe, director del Centro de Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad Diego Porta- les (UDP), explica que las expectativas son altas. “Se espera que haya compromisos que permitan garantizar que no se sobrepasen los 1.5°C, ¿Se va a lograr? No está muy claro. Menos en este periodo de post pandemia, donde la recuperación económica y normalización de las actividades parece ser la mayor prioridad”, dice.

Huepe afirma que hay lugares del mundo que ya tienen zonas drásticas, donde se estima que si continúan con la misma tendencia, serán inhabitables en ciertos periodos del año. Algunos territorios al norte de India y Bangladesh, por ejemplo, donde podrían haber jornadas que superen los 50°C. “Ahí comienzan otros conflictos, como la migración climática”, afirma.

Si bien en Chile tenemos problemas, explica Huepe, en términos de impacto climático no es tanto lo que podemos hacer. Porque, dice, aportamos muy poco a las emisiones mundiales, pero cualquier esfuerzo sirve de ejemplo. “Si uno considera que hay cinco bloques que representan unos dos tercios de las emisiones, los demás igual pueden tener un impacto. Porque si cada uno de los países pequeños piensan que contribuyen poco, dejarán de tomar medidas y sería sumar al impacto negativo”, plantea.

La COP 26, además, se da justo después de un 2020 en el que tuvieron que postergar su edición debido a la contingencia sanitaria. De hecho, durante los primeros días de septiembre, el presidente Sebastián Piñera y el primer ministro británico, Boris Johnson, acordaron “unir fuerzas” durante la cumbre, demostrando el total compromiso con respecto a la problemática.

Las conversaciones previas, dice Huepe, no han sido muy esperanzadoras. De todas formas, en los distintos sectores existe la con- fianza que, durante estos días, se pueda avanzar en los diálogos. “El liderazgo de Estados Unidos, si es que lo decide retomar, será muy importante. China ya ha hecho un esfuerzo y varios países declararon que no seguirán construyendo plantas a carbón, pero sigue siendo menos de lo que requerimos”, añade.

Aunque los efectos no se verán de inmediato, sino en diez años más. Quizás.

Voces jóvenes por el medioambiente

Sebastián Benfeld (20) se vinculó al mundo medioambiental desde sus primeros años. Interesado por los conflictos en la región de Val- paraíso, donde creció, se dio cuenta que no solo existían zonas como la de Quintero-Puchuncaví, sino también que las distintas problemáticas empeoraban con los años. Benfeld explica que hay más centrales contaminantes operando en la región que cuando él era más chico. “Ver esa realidad y notar que las cosas no han mejorado, sino empeorado, es lo que llevó a meterme plenamente al activismo en 2019″, afirma.

"Ver esa realidad y notar que las cosas no han mejorado, sino empeorado, es lo que llevó a meterme plenamente al activismo en 2019”, afirma el joven ambientalista, Sebastián Benfeld.

El joven ambientalista dice que la COP 26 es una edición clave, porque como humanidad estamos en punto de degradación ambiental y de destrucción del medioambiente sin precedentes en la historia. “Y ahora, con fenómenos meteorológicos extremos que están cobrando vidas, inundaciones en muchos países del mundo, incendios y la sequía en Chile, que se ha vuelto insostenible, no solo es importante el problema del cambio climático, sino urgente abordarlo”, plantea.

El periodo de pandemia, afirma, sirvió para que las distintas voces jóvenes del ambientalismo alrededor de la región se puedan mantener en contacto a través de las herramientas digitales. Destaca su propio movimiento “Escazú ahora Chile”. Lo formó en 2020 y tomaron contacto con gente de muchas regiones con las que probablemente no habrían conocido.

También está muy presente el liderazgo femenino chileno. No es primera vez que participan, pero esta vez lo hacen con uno de sus proyectos más bullados. Tremendas, una plataforma colectiva de jóvenes y adolescentes, estará en dos instancias. Primero, en la llamada Zona Azul, donde están los líderes estatales y se hacen las principales negociaciones. Según comenta Rocío Sancha (25), directora ejecutiva, asistirán con una delegación de 15 mujeres.

Además, con su academia “Climáticas” se presentarán en la denominada Zona Verde, a la postularon como parte de la sociedad civil. Para estar ahí y ganar un cupo tuvieron que pasar por un riguroso proceso de selección, en el que el Gobierno del Reino Unido selecciona a los candidatos para que tengan su lugar. Serán unas tres mil personas las que puedan ver su proyecto. Ahí mostrarán proyectos, testimonios, y cómo jóvenes de entre 12 y 25 años tienen ganas y conocimiento para intervenir de forma positiva.

“Si bien la COP no se realizó el año pasado, el cambio climático no se frenó y muchas veces, por poner el foco en una crisis sanitaria, se dejó de lado el cambio climático, por eso esta versión logra poner en entredicho y explicitar que la crisis medioambiental no tiene que ver con un problema”, dice Sancha. Además, asegura que la reunión de este año es clave. “El IPCC ya tematizó y problematizó. Ahora la COP tiene que enfrentarse al qué haremos con ese problema y avanzar hacia la mitigación”, añade.

Rocío Sancha (25), directora ejecutiva de Tremendas

El rol de las empresas

Los gobiernos por sí solos no pueden resolver la crisis climática. Las empresas también tienen un papel importante. La meta, dicen algunos, es un futuro sin emisiones de carbono. Por eso la ONU inició la campaña global “Race to Zero” a 2050.

“Planeta positivo” es el nombre de una de las iniciativas de Acciona. Esta se encuentra dentro del nuevo Plan Director de Sostenibilidad 2025 que busca potenciar el impacto de la empresa y su liderazgo como referente global en la descarbonización de la economía. ¿Cómo? A través de la regeneración sostenible. Es decir, multiplicando los impactos positivos de los negocios de la compañía.

“Hay que avanzar en tecnología y en iniciativas que permitan regenerar. Nosotros queremos hacer un aporte, un impacto positivo. No solo neutralizar nuestros impactos negativos. Por ejemplo, está el tema de la restauración de ecosistemas, la circularidad de las actividades económicas y la gestión del agua”, dice Rosa Soto, directora de sostenibilidad de Acciona Energía.

En medio del desierto de Atacama, en Diego de Almagro, la compañía ha fomentado la revalorización y reutilización de los residuos. Además, a través del Programa de Formación Técnica en Economía Circular están potenciando el emprendimiento y el desarrollo sostenible de la comuna.

En materia de biodiversidad se ha puesto el foco, por ejemplo, en el cuidado y protección de especies en categoría de conservación. En Chile, Acciona ha desarrollado planes asociados al guanaco y al estudio de los murciélagos. Además, se realiza un mapeo de cada una de las zonas donde hay proyectos de la empresa, apuntando a que el impacto en áreas protegidas sea cero. Entre otras múltiples iniciativas, también buscan desarrollar modelos de negocio “cero residuos”.

¿Se puede ser sostenible y económicamente rentable? Para Acciona la respuesta es un sí rotundo. En el año de salida a la bolsa de Acciona Energía, explica la directora de sostenibilidad, los indicadores en esta materia fueron claves. En un negocio donde su estrategia está basada en la sostenibilidad, dice, hoy su acción está valiendo mucho más y está siendo bastante más estable en un mundo inestable.

“Queremos decir que sí se puede y el nuestro ha sido un caso de éxito. Nosotros hacemos un llamado a la acción. Hay que ponerse metas un poquito más ambiciosas porque ya no es cambio climático, es una emergencia climática. Es algo sistémico y tenemos que actuar ahora ya. Las empresas tenemos un rol si queremos tener un planeta más prospero”, dice Soto.

Las señales son claras. El sector privado ya está comenzando hacia un nuevo futuro, uno sin duda mucho más amigable y comprometido con el medioambiente.

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