La función debe continuar: los malabares del circo en medio de la pandemia

Tras perder las vacaciones de invierno, el Día del Niño y asumir que tampoco se podrán realizar actividades masivas durante las Fiestas Patrias, la familia circense ha sido una de las más golpeadas al no poder realizar sus espectáculos debido a la pandemia. Sin embargo, el coronavirus no los detuvo y han buscado nuevas formas de llegar a sus públicos.



Dos silbidos rompen el silencio de la cuarentena en Avenida Santa Rosa. Los sigue el canto de un hombre con voz engolada como de locutor radial: “¡Niño, niña, atención! Salgan a las puertas de sus casas, porque aquí está el carrusel de las delicias, con todas las golosinas del circo: algodones de azúcar, empolvados, chocolates”. Óscar Ríos (57), conocido como El River en el circo donde trabaja, reproduce esta grabación una y otra vez desde un pendrive que conecta a un parlante mientras recorre las calles.

Su moto roja lleva enganchada un disco giratorio, que hasta marzo utilizaba en sus actos de equilibrio con espada en el Circo de Pastelito y el Tachuela Chico. Lo cubre un quitasol de cuatro colores, que protege a los dulces del circo de los rayos del sol y que logra captar la atención de los vecinos. A su alrededor ya lo conocen, porque no sale sin sus parlantes. Incluso hay niños del barrio que se despiertan de la siesta con la música de su carro.

Óscar Ríos recorre los alrededores de la Avenida Santa Rosa en el carro que él mismo adaptó para vender los productos del circo

El nuevo trabajo de Ríos no es excepcional en el panorama actual del circo. Joaquín Maluenda, payaso conocido como el grande del dúo Los Tachuela, quien también preside la Asociación Gremial de Empresarios Artistas Circenses de Chile, estima que son 108 circos y 1.650 artistas los que quedaron varados en sus carpas y casas rodantes en diferentes ciudades del país tras el inicio de la pandemia de coronavirus en Chile. “Nadie se movió porque todos esperaban que esto fuera una cosa pasajera, máximo un mes”, explica.

Para poder subsistir, Maluenda cuenta que todos los artistas circenses a lo largo del país improvisaron pymes. Cada pueblo que contaba con una carpa en marzo hoy tiene a sus artistas recorriendo las calles, con la música del circo y con distintos productos a la venta, aunque lo más común es ofrecer lo que saben hacer a la perfección: cabritas, manzanas confitadas, churros. “Cada día, cada circo en todas las ciudades, y hasta en poblaciones de Santiago, han salido. Nadie se ha hecho rico, pero por lo menos estamos sobreviviendo”, dice el mayor de los Tachuela.

La pandemia llegó justo cuando el circo atravesaba por un buen momento. Desde 2017, por ley, el primer sábado de cada septiembre se celebra el Día Nacional del Circo. Además, el año pasado el circo tradicional ingresó al Registro de Patrimonio Inmaterial de Chile. Pero el coronavirus interrumpió sus actividades y perdieron tres de las fechas en que más dinero recaudan: las vacaciones de invierno, el Día del Niño y las Fiestas Patrias. Para algunos, estas tres celebraciones eran suficientes para salvar el año.

El dúo de payasos Los Tachuelas posa frente a la carpa donde presentaban su espectáculo hasta antes de la pandemia.

Reinventarse para seguir en pie

La especialidad de Giovanna Cartes (50) es hacer acrobacias en un aro que cuelga desde la parte de arriba de la carpa. Pero, como toda mujer circense, dice, ha hecho de todo: contorsiones, malabarismo y cama elástica. Hoy le toca hacer entre 50 y 60 marraquetas al día y salir a venderlas a los alrededores de San Gregorio, en la comuna de Ñiquén, donde ella y su familia del Ok Circus quedaron varadas en marzo.

Cada día sale junto a su hija menor, de 14 años, quien se desempeña como equilibrista con esfera. Juntas pasan tres horas diarias sobre el auto, que lleva el nombre de “Panadería móvil El Gran Circo Chamorro”, en honor a la película de 1955, en que su abuelo colaboró. Para mantener el sello del circo, Cartes le regala un turrón de azúcar a cada persona que le compra sus marraquetas. “La gente capta al tiro cuando es circo. Pero a la vez nos ayudan porque saben que estamos mal”, cuenta.

Aunque admite que sus marraquetas han tenido buena aceptación en el sector, no es lo que le gusta hacer. Lo único que quiere es volver a actuar frente a una audiencia. “Nos hemos reinventado, pero me la he llorado toda, porque me da mucha pena que no podamos volver todavía”, confiesa Cartes luego de unos cinco meses de su última presentación.

Para que los circos puedan volver, durante julio el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio presentó el protocolo de manejo y prevención ante Covid 19 para cines independientes, teatros y lugares análogos, como los circos. “Queremos que cuando la autoridad sanitaria lo estime conveniente, la ciudadanía y las y los trabajadores puedan regresar a los circos con confianza, y ante todo, de forma segura”, explica la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés.

Los nuevos formatos del circo chileno

Como la mayoría de los circos chilenos, el Universal Circus y las 50 personas que lo integran iniciaron una nueva gira en enero. Llegaron a Vicuña, en la región de Coquimbo, a fines de febrero y ahí los pilló la pandemia, cuando estaban a punto de trasladarse a Andacollo. Estuvieron un mes y medio sin hacer nada, pues pensaban que la cuarentena acabaría en un par de semanas.

Cuando pasaron más de 50 días sin actividades y sin ingresos, se empezaron a preocupar. Vieron que en Europa, Brasil y Argentina se hacía el auto circo, que consiste en permitir el ingreso de autos a la carpa, para que un número limitado de familias pueda disfrutar del espectáculo sin exponerse a contagios. En toda la orilla interior de la carpa, donde van las graderías y las butacas, remarcaron para que entraran los autos y mantuvieran distancia entre sí. Cabían 25 autos.

Aunque la primera noche el recinto se llenó, el director del Universal Circus, Amido Gasaui, reconoce que no fue un buen negocio y solo lo hicieron durante dos fines de semana. Hubo días en que entraron apenas cinco autos. Gasaui cree que en tiempos de pandemia la gente no tiene el dinero suficiente como para ir al circo, por lo que optaron por salir a vender los dulces típicos que se venden dentro de las carpas por las calles de la comuna, como manzanas confitadas y algodones de azúcar.

El nuevo circo se caracteriza por ser una reversión del circo tradicional, que incorpora disciplinas como teatro, música y danza.

A pesar de las dificultades, el director del circo asegura que están bien. “Estamos tranquilos. Yo sería malagradecido si dijera que no. Con las ventas vivimos y comemos”, dice. Además, destaca que la gente de Vicuña los ha ayudado. Para ellos es extraño estar tanto tiempo en un mismo lugar, pues siempre han sido itinerantes, pero ahora conocen a los dueños de los almacenes, de la carnicería, del supermercado, del banco y hasta al alcalde. Algunos de ellos incluso les llevan cajas con mercadería y se han asegurado de que tengan luz y agua potable.

A casi 500 kilómetros al sur de Vicuña hay otro circo varado. Hasta el día de hoy, el Golden Circus mantiene su carpa en pie. Nunca la desarmaron, porque tenían la esperanza de volver a recibir público tras suspender las funciones en Placilla, Valparaíso.

A medida que pasaban las semanas y las restricciones continuaban, el Canal 74, señal local de la quinta región, les propuso hacer un espectáculo vía streaming y a través del cable. “Lo probamos. La gente cooperó, pero no es lo mismo vender una entrada virtual que pedir una cooperación”, dice Germán Aguirre, director del Golden Circus. Lo hicieron dos veces, en abril y en mayo, pero sin grandes resultados económicos. Aunque más de 20.000 personas vieron la función, las donaciones no fueron suficientes como para costear esta modalidad.

La digitalización del circo contemporáneo

El lunes 16 de marzo fue el último día en que El Circo del Mundo, reconocida como la única escuela profesional de artes del nuevo circo, una reversión de la tradición que integra disciplinas como el teatro, la danza y la música, pudo hacer sus actividades con normalidad.

En esa oportunidad acordaron que tendrían que cerrar por un tiempo, pero no imaginaban que llegarían hasta septiembre en las mismas condiciones. Tenían el estreno de la obra “Subcirco” el 30 de abril en Matucana 100, para celebrar los 25 años del Circo El Mundo. Hasta fines de marzo, Alejandra Jiménez, directora de la institución, confiaba en que se podría realizar, pero en abril se hizo evidente que no podrían sacar adelante las funciones del proyecto financiado por el Fondart Nacional de Patrimonio Escénico del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

En este link puedes ver un documental sobre el Circo del Mundo.

El Circo del Mundo, la única escuela profesional de artes del nuevo circo, debió suspender sus actividades presenciales el 16 de marzo. Desde entonces, han organizado talleres, clases y conversatorios por vía remota.

Aunque no se podían reunir, continuaron parte de sus actividades a través de videollamadas, como los talleres de circo, conversatorios y los programas de circo social. “Modificamos la transmisión de la técnica de circo, porque es imposible enseñar lo que se enseña en una carpa de circo”, explica Jiménez. Se han limitado a transmitir técnicas de circo como malabarismo, maquillaje, acrobacias suaves y entrenamiento físico. Jiménez cree que el desarrollo de estas técnicas ha significado una instancia de contención para sus alumnos, que podrían sentirse angustiados por la pandemia.

El apoyo al circo en la pandemia

El Ministerio de las Culturas abrió convocatorias para incentivar la circulación digital del circo, como lo fue la Ventanilla Abierta de Artes Escénicas y la entrega de recursos a través del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras. La ministra Valdés estima que en ambas convocatorias fueron beneficiados 20 proyectos vinculados a las artes circenses. “Cada una de estas iniciativas involucra en sus equipos de trabajo a diversos trabajadores de esta disciplina que necesitan, hoy más que nunca, mantenerse activos tanto laboral como creativamente”, señala.

Además, el ministerio lanzó los Fondos de Artes Escénicas 2021, que consideran en gran parte de sus modalidades la posibilidad de adaptar los proyectos al formato online, al igual que una nueva línea de equipamiento, que permitirá adecuar y adaptarse al nuevo contexto de reapertura, según explica la ministra Valdés.

Una forma en que el circo ha logrado mantenerse vinculado con su audiencia es a través de la Circoteca (circoteca.cl), una plataforma digital creada en 2015 y que tuvo un relanzamiento en 2019 para celebrar el Día del Circo. El proyecto cuenta con el financiamiento del Fondo Regional de Desarrollo de las Artes y la Cultura y funciona en colaboración con la Agrupación Circo Chile, que desde hace más de 15 años ha promovido el circo contemporáneo en el país.

La página activamente sube a sus redes sociales material audiovisual y noticias acerca del circo. Sin embargo, durante la pandemia han hecho énfasis en conversatorios a través de Zoom y Facebook Live. También transmitieron la función del circo Carpa Azul e iniciaron una campaña de recaudación de fondos para los cirqueros afectados por la crisis.

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