Econciencia: No estamos solos

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Sábado 3 de febrero de 2018, edición N°769




En diversas ocasiones he asistido a clientes buscando conseguir una casa grata y energéticamente eficiente, en lugares ideales para viviendas, con buenos resultados inicialmente. Con los años estas casas se han visto afectadas con una serie de problemas prácticamente imposibles de prever, que hacen que esta eficiencia y confort interno inicial se pierdan.

No se saca nada con contemplar un asoleamiento si después aparecerá una torre o un árbol del vecino que tapa el sol, o bien si en las inmediaciones aparece un edificio (del tipo inteligente) con fachadas de vidrios que a ciertas horas inundará con exceso de luz y calor su entorno. En otros casos aparecerá el problema de la acústica debido a la aparición de un recinto educacional o aumento del tráfico, o bien alguien que por seguridad hará un muro que actuará como reflector acústico para la casa en cuestión. También está el caso en que los hijos del vecino han crecido y ahora hacen fiestas hasta muy tarde (y al término de ellas salen un tanto descontrolados y gritando debido a todo lo que tomaron).

También difícil prever que los asados de algún vecino se inician con parafina, por rapidez, y que los olores molestos se reparten por el barrio. También he visto cómo en algunas calles se han colocado enormes y altos avisos luminosos led, que son realmente molestos para las casas cercanas; es tan fuerte la luz que parece día. Cuando hace calor se abren las ventanas de noche, pero con tal luminosidad que hay que cerrar las cortinas y con ello la habitación no se refresca. Para qué hablar del tema de robos, que nos hace tapar todo.

Lo enumerado hace que uno se aísle, pues no sabemos cómo será el futuro: esto se debe revisar. El clima no es el factor principal para vivir bien, sino el mismo ser humano. Las normas apuntan a la sustentabilidad energética, pero no hay nada dicho con respecto a lo anterior. Hay que 'defenderse' de muchas cosas actualmente, lo cual se incrementa con el aumento de la densidad de las ciudades.

Antiguamente para sobrevivir se precisaba ser fuerte, después el concepto era tener más dinero, pero ahora se necesita ser más inteligente o anticiparse a las acciones de los mismos seres humanos.

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