Espacio: La gran decisión
Tuvieron la astucia de preguntarse, ¿qué realmente afecta a nuestra vida cotidiana? Sí, la cocina y el dormitorio principal, se dijeron antes de mudarse aquí. Ocuparon alicate, pero rescataron los ejes que de todas formas harían los espacios aun más agradables. Reubicar para la novedad, mantener para conservar el respeto de esta casa con acervo inglés.


Son una pareja
de recién casados y se compraron esta vivienda para aprovecharla y tomar partido de los espacios. Decidieron remodelarla, algunos reajustes para ellos necesarios. Colmar el interior con gestos cotidianos y arroparlos con presencia, por mucho que salgan, aunque se tomen un par de semanas de vacaciones. En ellos quieren dejar una cobija notoria, conversar con los amigos acá, desayunar ahí, sentarse por acá, ver la televisión aquí, tomar el té por allá. Esta casa era algo, ellos la dejaron así. Uno, dos, tres y que comience la remodelación.
El programa antes y después
La dueña de casa se despertaba en medio de la noche y era inevitable, tenía que decirle a su marido: ¡Cómo vamos a hacer una sala de estar en el segundo piso! Obvio que no, ocupemos el living, si no es intocable, esa es una idea anticuada, le dijo ella aquella noche. Dicho y confirmado. La casa se rigió bajo esa premisa, espacios fáciles, utilitarios, ricos, amigables. Él arquitecto, ella diseñadora gráfica, se preocuparon de mantener aquello que sí respondía a su ecuación, y de modificar lo que presentaba problemas en el cómo querían vivir.
Si dividimos la propiedad en tres -primer y segundo piso, además del jardín- lo que presentó más exigencias fue la segunda planta. En la primera optaron por mantener el living comedor tal como lo encontraron -había excelente distribución, buena luz, buenos accesos-, sin embargo... la cocina. Ese espacio por el que tanto uno se mueve, donde abundan las conversaciones al vuelo y no por eso menos relevantes. “Tuvimos que ampliar la cocina, era muy chica. Le cambiamos todo el piso, le diseñamos una guarda de parqué para que se uniera con el del resto de la casa. Los muebles los diseñamos nosotros, nos gustan las cosas nobles, entonces decidimos instalar una cubierta de madera de lenga. Aunque tienen un pequeño tratamiento, sabemos que en diez años más tendremos que cambiarlos, los vamos a pulir. Además construimos lavadero y pieza de servicio, luminoso e incorporado con el resto”, explica la dueña de casa.
Luego, otro detalle maravilloso. La puerta corredera, que separa y une la cocina con el comedor, se hizo a partir de las ventanas originales de la casa, que fueron reemplazadas por unas nuevas de PVC. En lugar de instalar vidrio en ellas, optaron por espejos, que amplían y ocultan el desorden dentro de la cocina.
Por otra parte, el jardín/terraza. Al costado y colindando con el muro divisor del vecino había un dormitorio de servicio que reducía el espacio, generaba calor en el ambiente y deslucía el lugar. “Decidimos botarla porque no dejaba correr el viento, quedabas con un patio ciego, no tenía sentido. A esta pieza le dejamos solo el baño que transformamos en una pequeña bodega”.
Ahora lo que resta, living comedor. Solo vitrificar y pulir el piso, algunos detalles de su propia siembra y mucha dedicación. También el hall de entrada, se usa poco pero jamás pasa desapercibido. Son los ojos de la casa, te reciben, agasajan o decepcionan. Entonces botaron un clóset que reducía el espacio y empapelaron la pared con árboles en blanco y negro.
Etapa 2, segundo piso
Las escaleras no las tocaron, con el piso ocurrió lo mismo que con el de la planta baja. Aquí también movieron, abrieron, experimentaron. Estaba en juego su vida cotidiana, como nos explicó la propietaria. Había que tijeretear. “Básicamente fue un cambio de distribución. La pieza principal daba para el otro lado y la cambiamos hacia el norte, teniendo en cuenta que las dos restantes dan al sur. A estas no les entra luz y allí te mueres de frío. Al nuevo dormitorio principal le abrimos un par de ventanas, lo ampliamos y dejamos el baño en suite porque el anterior estaba en el pasillo, era un baño compartido. Cerramos el baño -que también limitaba con este dormitorio- y le hicimos un nuevo acceso”, explica.
A la pieza del frente -anterior dormitorio principal- le modificaron el acceso y quedó más pequeña. Y el tercer espacio lo dejaron como escritorio.
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Inspiración
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