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Espacio: Valor agregado

¿Cuándo y por qué se puede hablar de valor agregado? Cuando una simple idea viene con un plus. Cuando el conocimiento se complementa con experiencia y buen gusto. Cuando a lo trivial se le da fundamento. Este departamento nos ayudará a entenderlo mejor.

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Hace poco más de un año llegaron a este departamento. “Un quinto piso a la altura de los árboles”, detalle que muchos pasarían por alto, pero que hace la diferencia. Buena luz, buena distribución, orientación nororiente y grandes terrazas. Ideal. Con el ojo entrenado por las profesiones de cada uno, él Gonzalo Mardones Falcone, arquitecto -e hijo del destacado arquitecto Gonzalo Mardones,- y ella María José Figueroa, diseñadora industrial, resolvieron que era el sitio apropiado y que, con un par de modificaciones, lo existente tomaría nuevo cariz.

Personificarlo, “hacerlo propio”, dice María José, y para ello se realizaron dos acciones; por un lado se eliminó un tabique transformando con ello una de las habitaciones en una salita incorporada al hall de acceso. Este lugar se convirtió de inmediato en el eje central del departamento, aportando dinamismo y gran cantidad de luz natural al acceso. Además se unió la cocina con la loggia, ganando un comedor de diario.

Otro de los gestos que ayudaron a personalizar el espacio en su totalidad fue la decisión de cambiar el piso (incluidas las terrazas y muros de baños y cocina) a porcelanato gris en gran formato (24 x 100 cm). “Con esto obtuvimos homogeneidad en cuanto a texturas y color, incrementando la sensación de amplitud y luminosidad”. Gonzalo señala además que con este revestimiento se anticiparon a un ítem no menor, mantenimiento, es de cuidado sencillo y tiene larga vida. Y, finalmente, eliminaron todo accesorio que interrumpiera la continuidad de muros como cornisas y guardapolvos, incorporando además puntos de luz de modo estratégico.

Tal como se ve al recorrer el departamento, procuraron una base neutra, simple y que ayudara a ambientar de un modo más arriesgado, sin atiborrar. Los tonos escogidos fueron los grises y blancos que lograron el fin propuesto: resaltar la materialidad, textura y personalidad de cada mueble y objeto. “Al usar estos colores logramos que dialogaran y no compitieran entre sí muebles antiguos y nuevos. Cada uno de ellos ha sido heredado, rescatado, buscado y renovado y por supuesto hay mucho diseñado  por nosotros”.

Una de las características que los dueños de casa celebran es que entre la gran diversidad de piezas que componen los espacios se comparte una cualidad: ser cada una expresión fiel de su materialidad, mesa de comedor de madera laminada, sillas de plástico, estantería de acero, alfombra de lana, escritorio de madera, sofá de cuero, etc. Materiales que, al fin al cabo, son simplemente el valor agregado.

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