Guía: Nuestros 10 mandamientos
Prácticas cotidianas simples, para ser más felices.
Tiempo para uno mismo
Darse una fracción del día para silenciar la mente y no forzarla hacia ninguna meta, cercana o lejana. Aquí y ahora, el momento es nuestro y las exigencias dejan de importarnos. Un “feriado imaginario” con ritmo lento, que debiéramos entender como un derecho y no un lujo.
Rodearse de belleza Las cosas lindas alegran la vida. Espacios, formas, luces, texturas, colores, sonidos y aromas, conviviendo unos con otros, pueden hacer que nos devolvamos y nos queramos quedar más, solo para contemplar. Detalles simples como una buena fotografía y muros luminosos pueden hacer mucho por nuestro ánimo.
Concretar proyectos Hazlo Tú Mismo (Do It Yourself, o DIY), ¡la mejor práctica! Fabricar o arreglar nuestras cosas, independizándonos de terceros, ahorra, entretiene, nos enseña. Haciendo es como el aprendizaje se queda con nosotros. Necesitamos solo una idea (hay muchísimos blogs especializados para mirar), materiales, un poco de paciencia, música y firmeza para llegar hasta el final.
Integrar la naturaleza El cuidado de otros seres vivos equilibra. "Regar la plantita" nos hace más plenos. Además de embellecer y renovar el sentimiento de pertenencia hacia nuestra casa, cultivar vida y atender a sus cambios produce bienestar. Gatos, perros y otras especies suman y mueven las energías.
Compartir Estar juntos, revueltos, entre amigos, entre hermanos, entre familias, entre seres queridos, escuchando y contando historias, repitiendo los mismos recuerdos, riéndonos, discutiendo, comiendo, celebrando, acompañándonos; todo esto sana, estimula, inspira y alimenta el alma.
Dejar ir lo que no usamos para abrir espacio a lo nuevo Ordenar, limpiar, despejar, simplificar, dejar ir lo que nos sobra, o lo que ya no necesitamos. Son actos concretos que abren camino a todo lo nuevo que queremos en nuestras vidas. Volverlos un hábito es profundamente liberador y energizante.
Reciclar Una y otra vez lo hemos dicho y repetido, de todas las formas posibles. Dar nuevos usos a lo que ya tenemos, encantarnos con alternativas de productos sustentables, customizados o vintage. Optar por lo duradero, elegir con conciencia y no olvidar que este planeta donde estamos instalados es nuestra casa más grande y le debemos el mayor respeto.
Amar el trabajo que hacemos Para algunos una realidad, para otros una búsqueda. No hay como levantarse feliz, con sueño, pero feliz igual, porque tienes el trabajo que amas, porque trabajas con personas que amas y te aman. Porque te ríes mucho y el día parece fiesta y porque, a pesar de las rutinas, encontraste tu pasión y la convertiste en tu fortuna.
Apropiarse de la ciudad Caminar y caminar, también puede ser pedalear. Las mejores maneras de hacer nuestros los espacios públicos, conocerlos profundamente y quererlos. Si intercalamos con descanso, conversación y pic-nic o un alto para un buen café, pasan a ser parte de nuestra historia, ampliando satisfactoriamente los límites del espacio personal.
Vivir en lugares luminosos Le Corbusier decía: "La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz"; planteaba que esta debía repercutir en la forma de vida de los ocupantes de los propios edificios. En sus "Cinco puntos de una nueva arquitectura" habla de ventanas alargadas que abarquen todo el ancho de la construcción y mejoren la relación con el exterior, haciendo posible un mejor asoleamiento de los espacios interiores. Para él, la luz natural procuraba sensación de libertad y facilidad de movimientos. La luz es sustento y fuerza vital.
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