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La danza del arte

La casa/galería de Isabel Croxatto concentra su manera de vivir con arte. Arraigada a la estética y con el talento justo para hacer danzar las obras que representa, hoy ella está consolidando su espacio en Chile y dándose a conocer en los circuitos internacionales.

Casa_Isabel Croxato ProducciÃ?n: Andres Blanco Foto: Alejandra Gonz·lez Revista MasDeco

La mitad  de su vida la ha dedicado a la danza contemporánea como bailarina y coreógrafa e investigadora escénica, “pero en un país como Chile eso implica hacer muchas otras cosas para vivir”, confiesa Isabel Croxatto. La otra mitad comienza con un pie firme en las artes plásticas, intención concretada al concebir una galería que lleva su nombre dentro del espacio donde vive. La misma que, tanto en Chile como en el extranjero, comienza a ganar reconocimiento por tener una línea curatorial clara y atractiva, además de representar a artistas nacionales e internacionales de la talla de Víctor Castillo, Mauricio Garrido, Claudia Peña, Cecilia Avendaño, Christian Galaz Vera, Vicente Ruiz, Axel Ríos y recientemente se han integrado los artistas Armando de la Garza (México), Hernán Soriano (Argentina) y Curtis Whrfritz (Canadá). “Casi todos son artistas contemporáneos de mediana trayectoria, entre 33 y 42 años, más bien figurativos, con un oficio exquisito y rigurosos cada uno en su técnica, ya sea en la pintura, collage, objeto escultura, fotografía, grabado o escultura”, describe Isabel.

¿Cómo nació la ida de crear una galería dentro de tu casa? Estaba bailando en Noruega cuando se me ocurrió la idea, primero, de vender arte, y me puse en contacto con un amigo que es dealer de arte, pero me di cuenta de que no me sentía cómoda con la idea de hacerlo virtualmente; como artista de la danza mi tema es el cuerpo, y creo profundamente en la experiencia. Entonces me pareció mejor invitar a la gente a mi casa a ver las obras. Descolgué los cuadros, -a esas alturas teníamos una colección chica pero muy nutrida de artistas chilenos de la generación de los 80 y 90-, y me puse en contacto con varios artistas contemporáneos que me gustaban, entre ellos, Víctor Castillo que vive en Los Ángeles, Estados Unidos. Yo amaba sus trabajos desde mucho antes de empezar con este proyecto, le escribí y Víctor accedió de inmediato, me pasó toda la obra que tenía disponible en Chile para que probara, la vendí completa y desde entonces no hemos parado de trabajar juntos. Algo similar me pasó con Mauricio Garrido, al igual que otros artistas, que confiaron en mi gestión y a los que hoy represento.

¿Cómo seleccionaste a los artistas que representas y cuál sientes que es el hilo conductor entre ellos? Mi selección inicial fue bastante intuitiva, sabía que para poder venderlos tenían que gustarme mucho y como artista confié en mi olfato y mi gusto. Ahora, con el tiempo, me doy cuenta de que no solo acerté con cada uno, sino que con todos juntos. Siendo muy diferentes entre ellos, componen una totalidad coherente, arriesgada y provocativa, para mí, una coreografía o una puesta en escena.

Hay algo en cada uno de ellos que me mueve profundamente. Siento que comparten un hambre de belleza, un desvelo. Una belleza profunda, que a ratos es oscura, inquietante, implacable y al mismo tiempo atractiva y cautivadora. Una belleza atávica que pulsa incansablemente en medio de la saturación y sobre estimulación inquietante de nuestros tiempos y que aun quiere ser pintada, esculpida, grabada, fotografiada y creada.

¿Cómo defines hoy tu vida como galerista? Mi labor como representante, no es solo exhibirlos sino que potenciar su carrera, esto lo hago a través de diferentes estrategias, exposiciones colectivas e individuales, coproducciones con galerías extranjeras y presencia en ferias nacional e internacionales. Por ejemplo, el 5 de marzo inauguramos, junto a Armando de la Garza, su exposición Los Infortunios de la Virtud, en Barcelona, y luego participo con un stand en la Feria ArtCentral en Hong Kong con Claudia Peña, Mauricio Garrido, Armando de la Garza y Cecilia Avendaño.

Casa_Isabel Croxato

Una de las grandes satisfacciones que me ha traído este nuevo proyecto de vida es hacer ‘danzar’ las obras y contribuir a que el arte fluya, conectándolas con personas y sus historias. Las obras siempre están en movimiento, se venden, llegan otras y la galería y la casa se renueva.

¿Cómo es el funcionamiento de la galería?, ¿cómo haces convivir tu vida personal y el espacio de la galería? La propuesta de la galería es el valor de literalmente ‘vivir con arte’. La galería funciona en general de lunes a lunes, tienes que llamar o escribir para coordinar una visita. Esto me permite recibir al público en horarios poco convencionales y ofrecer una atención personalizada. Soy una persona muy sociable, me encanta conocer personas nuevas y recibirlas en mi casa. Además de que el espacio se presta por su arquitectura, su ubicación que es muy privilegiada (El Golf). Uso todo el departamento como galería incluyendo la cocina, lo que permite que cuando te enamoras de una obra, puedes imaginarte viviendo con ella. Esto respaldado por una rigurosa curatoría me permite asesorar, tanto a colecciones formadas, como colecciones nuevas.

Por otra parte, me preocupo de organizar noches especiales donde los artistas están presentes y eso es muy enriquecedor para el público, que tiene la posibilidad de compartir con ellos y conocer más en profundo su trabajo.

Hacemos cuatro exposiciones colectivas de todos mis artistas, titulada: Festín de Arte. Cada festín se intercala con la inauguración de una exposición individual, este año comenzamos con Christian Galaz Vera.d

w isabelcroxattogaleria.cl

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