Mi Placer Fresco
Por estos días, mientras camino en la mañana, pienso en cosas frescas, sin duda la fuente de toda alegría en estos momentos. Que el comentario al unísono sea el ítem calor hace querer andar con una bolsa de bombitas de agua como sorpresa. rico andar fresquito, liviano, sintiendo que nada pesa, una de las mayores gracias del verano. Vengo llegando de un día playero y la escena de gente jugando a la lagartija al sol me dejó chocha, esa cosa de la cara full relax es impagable y por eso mi apología a la frescura, partiendo de la base, claro, de que nada más fresco que estar adentro del agua
En verano, la invitación es a estar afuera y por lo mismo, tiene que ir a la par con los olores. Una cosa no menor, ya que no todas las flores, esencial elemento decorativo, tienen olor. Entonces, no queda más que provocárselos. Dos ideas para que el ambiente siempre huela a fresquísimo.
Hojitas escondidas: Entre las plantas y las flores hay que esconder ramitas que suelten olor. Puede ser cedrón, que en esta época anda campante; romero, que siempre inunda el ambiente de buena manera, o albahaca. Las tres gritan verano y hablan de un lugar vivo, con espíritu y buena vibra.
Floreros: Me gusta cómo se ve y cómo se siente cuando semezclan cítricos en los floreros, los transparentes, por supuesto. Unos dos o tres, si el tamaño acompaña, entre los tallos. La cosa es pasarlos por el rallador, no hasta que queden blancos, pero sí hasta que desprendan fragancia fresquita de cítricos. Ahí los ponen y sentirán un dejo bien agradable. Y si quieren un poco más, unas gotitas de esencia de limón o citrón deja bien rico.
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