Reconciliación con el mar
A más de un año del tsunami que azotó gran parte de la costa centro-sur de Chile, 18 caletas afectadas viven su proceso de reconstrucción. Tras un año de investigación y obras, dignificando el quehacer de uno de los oficios más antiguos, la pesca, estos son algunos de los resultados.
El mar. Generoso la mayoría de las veces y proveedor de una increíble biodiversidad marina, puede al mismo tiempo ser un enemigo cruel. En eso se convirtió el 27 de febrero de 2010 cuando varias olas azotaron, sin tregua, la costa centro-sur de nuestro país. El resultado, caletas irrecuperables y la fuente de trabajo de muchos destruida por el mar.
Al día siguiente de este episodio la Dirección de Asuntos Portuarios del MOP comenzó un catastro de las localidades afectadas, enfrentándose in situ con una realidad devastadora, que tuvo como consecuencia una inversión inicial de más de 6 mil millones de pesos. Lo segundo vendría con la reconstrucción, con un proyecto que contempló una inversión de 35 mil millones de pesos por parte del MOP y cerca de 5 mil millones de pesos aportados por Antofagasta Minerals, y que tuvo como objetivo reconstruir 18 caletas, incorporando nuevas medidas de mitigación para evitar que una tragedia como esta vuelva a suceder.
Entre las caletas beneficiadas destacan Boyeruca, Duao, Pellines, Loanco, Pelluhue y Curanipe, construidas entre Antofagasta Minerals y AOA; el resto, entre las que se encuentran las de Puertecito, bahía Cumberland, caleta Maguellines, caleta Tubul, Tumbes, Lota Bajo y Lebu, están siendo financiadas y construidas por el MOP.
El borde costero de Dichato está siendo reconstruido y contempla la incorporación de bosques de mitigación.
Una tarea ardua, pues los daños son diferentes para cada caso, en algunas zonas están involucradas solo las caletas, mientras que en otras se vieron perjudicadas también viviendas cercanas y caminos. Por eso cada proyecto debió ser estudiado individualmente.
Caleta La Poza de Talcahuano es una obra realizada por la Dirección de Obras Portuarias del MOP; se trata de un waterfront que incluye tanto el puerto como la caleta, abarcando puntos de venta, zonas de manejo y un largo paseo costero.
"A diferencia de otros proyectos, las obras marítimas son lentas. Hay que hacer los estudios básicos, como batimetrías, estudios de agitación de oleaje, de viento y estudios de mareas. Aunque con este tsunami cambió todo, la forma del fondo marino y los puntos de referencia", comenta Ricardo Tejada, director nacional de Obras Portuarias del Ministerio de Obras Públicas.
Medidas de mitigación
Al ser abiertas al mar, las obras de mitigación aumentan en el caso de las caletas. Algo que no pasa en los espacios colindantes, es por eso que el MOP buscó generar una política de borde costero aplicable a los 4 mil kilómetros de costa del país, unificando criterios. Una de las ideas fue generar una especie de waterfront, como lo que se hizo en La Poza, en Talcahuano, donde están la caleta de pescadores y el puerto integrados, generando una costanera para que la gente pueda mirar al mar, andar en bicicleta y hacer ejercicio, incluyendo también espacios para discapacitados y usando energías renovables en los nuevos diseños. "Las nuevas instalaciones con las que hoy cuentan les permiten una mayor proyección también en el ámbito turístico; en el diseño de las caletas se ocuparon materialidades nuevas con altos estándares de higiene, cocinas tecnológicas, terrazas, espacios para restaurantes etc.", explica Marianne Balze, arquitecta que formó parte del equipo de la AOA en el proyecto Ruta Caletas del Maule.
Con respecto a las construcciones para soportar la fuerza de la ola, se incorporaron dos medidas fundamentales: muros de protección y bosques de mitigación. "Los muros deben estar mejor anclados y a mayor profundidad. Por ejemplo, nos encontramos con casos en que había muros enterrados a solo 50 cm, y lo que se requiere es a 1 m o más, además deben tener una curvatura que permita bajar la intensidad de la ola, de manera que esta se devuelva, y retorne saliendo de forma natural y entre horizontalmente", explica Tejada.
Del total de 18 caletas en proceso de recontrucción, seis las hizo la AOA con el aporte y gestión de la empresa Antofagasta Minerals. El diseño incorporó restaurantes, comedores, cocinas y zonas de manejo.
En cuanto a las construcciones de las caletas propiamente tales, se emplearon materiales como madera impregnada, hormigón y piedra. "Por ejemplo, el diseño de Curanipe contó con la incorporación de grandes aleros de madera para sus mercaderías, y en los primeros pisos, que es donde están las áreas de producción, se trabajó con materiales más resistentes a una posible embestida del mar. Así, si la ola entrase, que no rompa todo", aclara Marianne Balze.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
4.