Tan ondera como la tienda Endora (www. endora.cl) es la casa de este matrimonio en Vitacura. “Claramente hay una similitud en el estilo de decoración de ambos lugares. En lo dos hay rincones con objetos que evocan el pasado, algún recuerdo de la infancia”, confiesa Daniela Dussaillant.

Conocida por sus novedosos objetos de estética nostálgica —entre pop y retro— la tienda extiende el interés de sus dueños a las paredes de la casa que habitan junto a sus niños, de seis y cinco años. “Ellos son los que más gozan con todo esto, mi marido aparece con colecciones de juguetes antiguos y no lo pueden creer cuando los ven”, cuenta Daniela.

Aficionado a coleccionar todo lo imaginable, desde juguetes, cómics, fósiles, revistas antiguas, discos de vinilo, libros, etc., Ricardo contribuye en gran medida a la identidad que se observa en la decoración. De hecho, él mismo diseñó un estante con cajoneras especiales para guardar sus tesoros, que está en el living. Pero sin duda el protagonista de ese espacio es el flipper original de los años 80, el que cuando van amigos a comer se convierte en el atractivo de la noche. “Todos se pelean por jugar, como si tuvieran 15 años”, cuenta Daniela.

La particular distribución de la casa de un piso, donde el living se une con el estar y el comedor en un espacio abierto, sin puertas, crea una dinámica informal y suelta. Ningún recinto permanece deshabitado; por el contrario, existe una constante fluidez en el recorrido. Cualidades arquitectónicas que escogieron porque se asemejaban con el estilo de vida que el matrimonio traía después de vivir dos años en Miami.

Eso sí, el blanco que acompaña todo el interior, tanto en piso comomuros, fue parte del sello que quisieron darles a los espacios, reemplazando una cerámica batuco por un flotante al albayalde. “En Miami me fasciné con el blanco, porque da la sensación de amplitud, de frescura y de liviandad”, aclara Daniela.