Salud y arquitectura


Si las personas son saludables o no, está determinado por sus circunstancias y el medioambiente. En general se sabe que factores como el lugar donde se vive, el estado del medioambiente, la genética, niveles de educación e ingresos, más la relación con amistades y familia, tienen enorme impacto sobre la salud.
El diseño de lo que nos rodea (construido por nosotros), por lo tanto, afecta nuestra salud y bienestar, y tiene implicancias a largo plazo en nuestra calidad de vida. El comportamiento humano está altamente influenciado por el contexto, de aquí que una arquitectura ambientalmente buena nos hará más humanos; una mala, por el contrario, más insanos.
La OMS actualmente define ‘salud’ no solo como la ausencia de enfermedades, sino que como un estado de completo bienestar físico, mental y social; esta definición involucra la interrelación con otros. La salud no es solo un simple tema de acceso a la medicina, sino que además es un tema relacionado con nuestro ambiente construido o artificial.
En el área de la sustentabilidad siempre se habla de tres aristas: económica, social y física-ecológica. Ahora en la de la salud (el nuevo paradigma de diseño) las áreas se dividirían así: salud (ausencia de enfermedades), confort (satisfacción) y felicidad (emociones positivas).
La relación entre arquitectura y salud históricamente ha tenido poca notoriedad (aparte de las normas típicas: niveles de ventilación, tamaños de ventanas, espesores de aislantes...), en la actualidad la salud incide prácticamente en todos los programas posibles (oficinas, educación, fábricas, viviendas, hospitales...), basándose en espacios que deben:
-permitir la conectividad entre las personas al interior fomentando la comunicación y buena organización (ausencia de puertas).
-mantener activos a los usuarios, permitir desplazamientos (pararse y caminar, incluso habilitar gimnasios).
-permitir la información, comunicar planes, decisiones, donde está el otro, etc.
-fomentar el aprendizaje para mejorar, capacitar permanentemente (no solo en su trabajo, sino que en otros campos: música, el arte, idiomas).
-fomentar el altruismo, enfocándose más a lo social que a lo individualista, hacer que los ocupantes se dediquen al otro más que a uno mismo (planear de otra manera las tareas, fomentar equipos).
Una fachada atractiva por el exterior, con ángulos extraños, con muchas ventanas, o con capas ventiladas para, supuestamente, ahorrar energía, es lo de menos; no son necesarias en este nuevo enfoque que tanto se necesita. El problema a resolver está por dentro y no por fuera. d
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