Review | Los Guardianes de la Galaxia vol. 3 es una despedida muy satisfactoria

El equipo de James Gunn dice adiós en una película que acertadamente pone a Rocket al centro de todo para generar una historia que logra cerrar la travesía de cada uno de estos queribles personajes desadaptados.


Con el futuro de James Gunn ya decidido en otro terreno de superhéroes, y las declaraciones que han realizado varios miembros del elenco en los últimos años, a nadie le debería sorprender que el factor más relevante en Los Guardianes de la Galaxia vol. 3 es el de establecer una despedida.

No solo al equipo central en si, que comenzó a forjarse a partir de un robo concretado por Star-Lord (Chris Pratt), sino que también a las relaciones que forjaron los personajes durante cuatro películas - incluyendo las entregas de Los Vengadores - y un divertido especial navideño.

Y en ese sentido, este cierre es una despedida que funciona con todo lo que ello implica: la pena por ver partir a aquello que ha funcionado tan bien y la emoción de ver una última gran aventura de parte de personajes que han logrado ganarse su lugar, luego de que literalmente no le importasen a casi nadie antes de su adaptación a la pantalla grande.

La tristeza, por un lado, también se refuerza porque al centro de todo está Rocket, cuya trágica y emotiva historia de origen se desentraña a través de flashbacks que conectan directamente con una historia central marcada por la amenaza de un villano llamado Alto Evolucionario (Chukwudi Iwuji), quien es el responsable directo del experimento que le dio capacidades cognitivas superiores al mapache espacial en cuestión. Y todo lo que tiene que ver con el experto en armas de la Bowie es muy bueno.

Al mismo tiempo, la congoja también se marca porque la propia vida de Rocket está en juego, ya que el comienzo de la película está marcado por el ataque directo de Adam Warlock (Will Poulter), un ser perfecto pero inmaduro que es la creación de los Soberanos, los humanoides dorados que fueron la amenaza de la película anterior. Los mismos que, mira tú, también son una creación del Alto Evolucionario.

Pero la angustia no se queda solo ahí, ya que en el camino también está el deprimido Star-Lord que sigue lamentando que su gran amor, Gamora (Zoe Saldaña), muriese a manos de Thanos. Peor aún, como al comienzo de la película ahoga su pena en el alcohol, con el Creep acústico de Radiohead de fondo, se culpa de no haber hecho nada para impedir que Rocket fuese lastimado.

Por ello Peter Quill se enfoca en liderar a este equipo de desadaptados que ya trabaja a la perfección, aunque los problemas no pueden evadirse así como así. De hecho, el piso rápidamente tambalea porque en la galaxia hay otra Gamora, aquella salida de otra línea temporal, que no tiene ninguna conexión con los Guardianes.

Sin entrar en más detalles de la historia, lo que sigue a continuación es una carrera contra el tiempo para salvar a Rocket siguiendo una serie de McGuffins que encaminan tanto el último rodeo de Los Guardianes de la Galaxia como el alcance del dominio del Alto Evolucionario, quien ha creado civilizaciones completas en todo el universo. Más aún, el gran objetivo del villano es recuperar a Rocket, a quien constantemente denomina con un número de series, pues solo lo considera como un mero experimento fallido.

Todo lo anterior es lo que termina impulsando a una película a la que le cuesta un poco encontrar su rumbo, por lo que se siente menos cuajada que las anteriores películas, pero que funciona de maravilla una vez que el equipo choca contra la gran amenaza. Es decir, una vez que vemos a Los Guardianes de la Galaxia en plenitud, James Gunn comanda la acción y la emoción de una forma altamente satisfactoria para la audiencia, elevando a una historia que es mucho más simple de lo que algunos podrían haber esperado.

Aquel elemento de preparar el camino emotivo no es sorpresa, ya que las películas previas del director, incluyendo The Suicide Squad, se caracterizaron por ese mismo factor. Pero lo que diferencia a este volumen 3 es el hecho de que los elementos bobalicones, aunque están presentes inexorablemente, no se sienten fuera de lugar.

De ahí que la caracterización de los personajes, el componente emotivo y el propio impulso de las relaciones interconectadas son el gran motor que bombea el corazón de su propuesta.

Considerando que el Drax de Dave Bautista y la Mantis de Pom Klementieff están completamente compenetrados desde el especial navideño, y siguen siendo uno de los factores que mejor impulsan a esta película, de todas formas cada uno de los personajes secundarios se instalan como una pieza vital que tiene su momento para brillar, como Groot (Vin Diesel), Nebula (Karen Gillan) o, especialmente, Kagrlin (Sean Gunn).

Lo anterior inclusive involucra a los nuevos rostros, ya sean los humanoides como Adam Warlock o los animales como la perra Cosmo (Maria Bakalova), aunque con Rocket al centro de todo, no les debiese sorprender que esta película tiene un componente altamente animalista que termina siendo gratificante.

Y aunque a la larga hay elementos que pueden ser más cuestionados - como el ritmo de algunas situaciones, algunos diálogos de humor que no funcionan tan bien o que las canciones elegidas en esta ocasión son mucho menos efectivas que en las películas anteriores -, el destino al que logra llegar este volumen 3 se siente apropiado al considerar el viaje de Los Guardianes de la Galaxia, quienes lograron expandir mejor que nadie las fronteras del universo de Marvel Studios.

Ese logro no solo los caracterizó de forma individual ante la oleada de lanzamientos de la compañía liderada por Kevin Feige, sino que también en lo que concierne al propio corazón que quisieron impulsar con esta película. Fueron raros, desadaptados y extraterrestres, pero lograron crear una familia que permanecerá inclusive si a futuro no vemos a más de tres o cuatro volviéndose a reunir.

Claro está, obviamente el universo de Marvel Studios es la teleserie sin fin, por lo que está película inevitablemente tantea un futuro para cada personaje, pero el logro de dar un cierre a la travesía que comenzó hace casi una década se siente completa, placentera y, por sobre todas las cosas, absolutamente ganada. Como para terminar exclamando: Adiós, ¡Y larga vida a Los Guardianes de la Galaxia!.

Los Guardianes de la Galaxia vol. 3 ya está disponible en cines con funciones de pre-estreno.

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