Chery se está reinventando de a poco. Primero con el lanzamiento del Grand Tiggo y una nueva imagen de marca (logo incluido), luego con la renovación del pequeño IQ, y ahora con el Arrizo 7.

Y es que a pesar de que el segmento de los sedanes ha ido perdiendo terreno frente a modelos del segmento crossover/SUV, sigue siendo el lugar perfecto para que las marcas muestren de lo que son capaces.

El Arrizo 7 tiene buenos argumentos para ponerse al nivel de un Kia Cerato o un Hyundai Elantra, gracias a un diseño que, si bien no es radical, sí es bastante distinto a lo que han hecho otras marcas del origen, buscando su propia identidad y manteniendo una línea estética respecto de los otros nuevos productos de Chery. Eso sí, este es un producto que con sus 4.652 mm de longitud se encuentra por sobre ellos y a medio camino del Hyundai Sonata y el Kia Optima.

Exteriormente destaca su capó más largo y línea lateral ascendente. En el frontal una parrilla cromada con una barra horizontal resguarda el logo y da forma a los focos, mientras que en la zaga se aprecia una elevación que hace muy cómoda la carga en el amplio maletero de 455 litros. Y gracias a los 2.700 mm de distancia entre ejes, en el Arrizo 7 viajan con comodidad cinco personas.

Sin ser deportivas, las butacas tienen buena sujeción, la consola central está orientada ciento por ciento en mejorar la experiencia del conductor, entregando una experiencia bastante intuitiva a través de su pantalla táctil, la que también se puede manejar a través de una pequeña botonera o los mandos en el volante.

En general la materialidad mejora considerablemente respecto de otros productos. Los plásticos son firmes al tacto, hay consistencia en la combinación de colores y, si bien probamos una unidad con tapicería clara, en la marca aseguran también tendrán opciones con tonalidades negro y gris.

Dinámicamente es donde el Arrizo 7 está más débil. Bajo el capó equipa un motor de 1.6 litros con 125 caballos de fuerza y 160 Nm de par máximo, cifras razonables para un auto de este tamaño y de 1.350 kilos, el problema es que para alcanzarlas hay que llevar el auto a 6.150 y 3.900 rpm, respectivamente, y eso sumado a una caja CVT dan como resultado salidas algo lentas y forzadas, incluso cuando se utiliza en modo manual. Ahora a velocidad pareja sobre los 100 km/h, el auto tiene un buen comportamiento y se siente más vital. A lo mejor la versión mecánica de cinco velocidades que ofrece la marca es un mejor aliado. Habría que probarla.

La dirección tiene un tacto bastante bueno, respondiendo bien a las necesidades del conductor, la amortiguación está bien lograda para un auto de ciudad, suave en los baches y sin rebotes.

Los $ 10.990.000 que cuesta esta versión está bastante en línea con lo que ofrece el mercado, entregando elementos como doble airbag, frenos ABS con EBD, neblineros, control crucero, cámara de retroceso con sensores, aire acondicionado, tapiz de cuero, sunroof, y radio táctil con USB, compatibilidad iPod, entrada auxiliar, lector de tarjetas SD y bluetooth, entre otros elementos.

Con este modelo Chery se pone un paso más arriba entre los fabricantes del origen, ofreciendo más que equipamiento, una identidad.