EE.UU. despide a Charlie Kirk en medio de llamado de Trump a perseguir a sus “enemigos políticos”
Tanto el presidente Donald Trump como su vicepresidente J. D. Vance tomaron parte en el homenaje al influencer conservador en Glendale, Arizona.
Una audiencia digna del Super Bowl: se estima que casi 100 mil personas estuvieron presentes en el funeral de Charlie Kirk, el recientemente asesinado influencer de 31 años que fundó Turning Point USA. Entre los asistentes estuvieron el presidente norteamericano Donald Trump y su vicepresidente, J. D. Vance.
El evento tuvo lugar en el State Farm Stadium de Glendale, Arizona, y ya a sus afueras, durante este fin de semana, miles de seguidores del conservador estuvieron acampando. El homenaje, llamado “Construyendo un legado: recordando a Charlie Kirk”, tenía un formulario de registro previo, en el cual se habrían inscrito unos 100 mil asistentes.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indicó a Fox News que una delegación de dos aviones con personal de alto nivel formaría parte del evento: “Eso da una idea de cuántas personas de los más altos niveles de nuestro gobierno lo apreciaban”. El mismo Donald Trump, en una entrevista reciente, dio cuenta de la cercanía que tenía con Kirk.
Sobre la presencia del presidente y el vicepresidente de Estados Unidos en el homenaje, la portavoz de la Casa Blanca aseguró que habrían “dos aviones llenos” con personal del gobierno para tomar parte en el funeral. Al describir a Kirk como “un hombre increíble”, Leavitt compartió cómo la Casa Blanca planeaba honrar su legado en su funeral.
“Conozco a muchos: el presidente, el vicepresidente, el presidente de la Cámara de Representantes. Tenemos secretarios de gabinete que hablarán en su funeral mañana (domingo) en Arizona”, dijo Leavitt. “De hecho, viajaremos en dos aviones llenos de personal de la Casa Blanca. Eso demuestra la influencia que tuvo en las más altas esferas de nuestro gobierno”, comentó.
Tomando en cuenta lo multitudinario del acto, visto como una muestra de fuerza por parte de la derecha norteamericana, las autoridades desplegaron un enorme dispositivo de seguridad. Así, el Departamento de Seguridad Nacional le dio una categoría de “máxima calificación de seguridad” al evento, siendo este un nivel que se le reserva a ocasiones de alto perfil como el Super Bowl.
La estimación se basa en la capacidad del estadio State Farm, sede de los Cardenales de Arizona de la NFL, y la capacidad adicional disponible en el cercano Desert Diamond Arena. El estadio tiene capacidad para más de 63 mil personas, según su sitio web, con posibilidad de expansión para 10 mil más. A eso se le suma que el Desert Diamond Arena tiene una capacidad de aproximadamente 19 mil personas.
En la ciudad la tensión era alta, ya que recientemente se detuvo a un hombre armado en el estadio. Desde el Servicio Secreto, Anthony Guglielmi indicó que se trataba de un hombre de 42 años, que habría entrado al recinto “antes de que se estableciera cualquier perímetro de seguridad”, fingiendo ser un agente del orden.
En miras a asegurar el estadio, los asistentes no podían llevar bolsos a este y hubo muchos controles para evitar cualquier incidente. A los alrededores del recinto se generaron, desde el sábado, fuertes alteraciones en el tráfico y cortes de carretera. Asimismo, se llamó a los asistentes a ir con su “mejor traje de domingo”, y se pidió un “dress code” que privilegiara vestidos azules, rojos y blancos.
Más que un acto de despedida y homenaje, el evento era visto como una demostración de la capacidad para movilizar la base conservadora que seguía a Kirk. Después del asesinato de Kirk en la Universidad del Valle de Utah, la discusión política en Estados Unidos ha estando dando vueltas en torno a la libertad de expresión y los “discursos de odio” que, según Trump y sus seguidores de derecha, habrían llevado a la muerte del influencer.
También en Arizona, frente a la sede de Turning Point USA en Phoenix, cientos de personas se han reunido a diario para lamentar la pérdida de Charlie Kirk en los días previos a su funeral. La colaboradora de Daily Wire, Isabel Brown, documentó los homenajes a través de X. La vigilia se ha convertido en un extenso santuario de flores, velas, banderas, notas manuscritas y homenajes dejados por quienes lloran la pérdida del líder conservador de 31 años.
El mismo presidente Trump habló sobre los últimos días de Kirk en un evento en el American Cornerston Institute Founders, este sábado, refiriéndose al joven como un “gran hombre”, central para su movimiento político: “Mañana (domingo) honramos a un gran hombre, Charlie Kirk. Honramos a alguien que estuvo con nosotros desde el principio. Tenía un ejército y amaba muchísimo lo que hacíamos”.
“Con su muerte, Charlie ha llevado a millones de personas a alabar y descubrir a Jesús. Muchos no lo conocían antes. Este no es el memorial de Charlie. Esta es su iglesia, y aun después de su muerte continúa llevando a cabo su misión”, escribió Trump este domingo en sus redes sociales.
Trump subió al escenario como último orador en el servicio conmemorativo de Charlie Kirk, tras el panegírico de la esposa de Kirk, Erika. Según CNN, fue uno de los únicos oradores que hizo referencia directa al presunto asesino de Kirk, a quien llamó un “monstruo radicalizado y de sangre fría” en los momentos iniciales de su discurso.
Habló unos minutos después de que Erika Kirk declarara desde el podio que perdonaba al presunto asesino. Trump dijo que Charlie fue asesinado “por decir la verdad que estaba en su corazón”. “Fue asesinado violentamente porque habló en favor de la libertad y la justicia, de Dios, de la patria, de la razón y del sentido común”, señaló en su discurso.
En contraste directo con la muestra de perdón de Erika Kirk, el presidente lanzó un mensaje de ira y venganza, diciendo a la multitud: “Odio a mi oponente y no quiero lo mejor para él. Lo siento. Lo siento, Erika, pero ahora Erika puede hablar conmigo y con todo el grupo, y tal vez puedan convencerme de que eso no está bien, pero no soporto a mi oponente”.
“Enemigos políticos”
La muerte de Charlie Kirk ha acelerado distintas discusiones dentro de la derecha norteamericana en relación a cómo relacionarse con sus percibidos “enemigos políticos”, llegando a “cancelar” personas y acusando a una “extrema izquierda” poco definida de alimentar el odio contra Kirk.
En ese sentido, Trump ha expresado la necesidad de perseguir a quienes considera sus “enemigos políticos”, y este sábado en su red social Truth Social se refirió al exdirector del FBI James Comey, a la fiscal general de Nueva York Letitia James y al senador demócrata Adam Schiff, quienes estuvieron siguiendo sus casos criminales durante los últimos años.
En su opinión, debería haber cargos criminales contra estas autoridades, y llamó a la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, a perseguirlos. “No podemos demorarnos más. ¡¡¡HAY QUE HACER JUSTICIA YA!!!”, escribió el presidente, quejándose de que, según el exfiscal de Virginia Erik Siebert, no había pruebas para acusar a James de fraude hipotecario. Por eso mismo, Siebert fue recientemente expulsado de su cargo.
“No podemos demorarnos más, está destruyendo nuestra reputación y credibilidad”, escribió Trump en una publicación en redes sociales dirigida a “Pam”. “Me destituyeron dos veces y me imputaron (¡cinco veces!), ¡PERO POR NADA! ¡¡¡HAY QUE HACER JUSTICIA YA!!!”.
El caso del que habla Trump no es muy claro: ha acusado durante mucho tiempo a Comey, Schiff y James, sin pruebas, de conducta criminal. Así, despidió a Comey como director del FBI en 2017 en medio de la frustración por la investigación de los contactos de su campaña con Rusia. Schiff lideró el primer juicio político de Trump por su decisión de retener la ayuda militar a Ucrania, ante la exigencia de que el gobierno ucraniano investigara a sus rivales políticos.
Según The New York Times, la demanda de Trump se produjo un día después de que desafiara al fiscal federal que no acusó a dos de sus adversarios más vilipendiados, Letitia James y James B. Comey.
Cuando los periodistas le preguntaron posteriormente sobre su mensaje a Bondi, Trump respondió: “Tienen que actuar. Tienen que actuar rápido”.
Incluso para un presidente que ha roto las normas tradicionales de distanciamiento del Departamento de Justicia, las órdenes “descaradamente públicas y explícitas” de Trump a Bondi constituyeron una “violación extraordinaria de los protocolos procesales” que se remontan a los días posteriores al escándalo de Watergate, indicó el Times.
Sus exigencias llegaron un día después de desafiar al fiscal federal que no presentó cargos contra dos de sus adversarios más denostados, James y Comey, “lo que demuestra hasta qué punto ha llegado Trump al ejercer control personal sobre el Departamento de Justicia y violar la arraigada norma de mantener la política a distancia de las fuerzas del orden”, agregó el periódico.
En otra publicación en redes sociales más tarde el sábado, Trump defendió a Bondi, afirmando que estaba haciendo un “EXCELENTE trabajo”, pero que necesitaba un fiscal “duro” en el Distrito Este de Virginia, donde Erik S. Siebert fue repentinamente destituido de su cargo en la Fiscalía Federal el viernes. Trump anunció que nominaría a Lindsey Halligan, asistente especial del presidente y miembro de su equipo legal personal, para ocupar el puesto.
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