El drama de los hospitales en Ucrania: trasladan a pacientes a refugios antiaéreos, túneles y sótanos

Una enfermera revisa a un bebé que recibe tratamiento en un centro de pediatría después de que la unidad fuera trasladada al sótano del hospital que se utiliza como refugio antiaéreo, en Kiev.

El alza de pacientes, los cortes de calefacción y luz, así como el peligro en el traslado de ambulancias, mantienen a los centros médicos congestionados. Polonia envió un tren sanitario, con capacidad para trasladar a 120 enfermos, para continuar tratamientos suspendidos y/o casos graves.


Después de que la primera ronda de diálogo entre las comisiones enviadas por Ucrania y Rusia en la frontera con Bielorrusia no logró un acuerdo de cese al fuego, la Organización Mundial de Salud (OMS) alertó que el conflicto bélico mantenía suspendido el transporte seguro de oxígeno, por lo que la mayoría de los hospitales ucranianos están a 24 horas de quedar sin el suministro vital, lo que pone en peligro a cientos de personas que requieren atención médica. En paralelo, militares y civiles heridos han comenzado a congestionar los centros asistenciales, que han debido trasladar pacientes hospitalizados a los subterráneos ante los constantes bombardeos, mientras luchan contra una pandemia.

La OMS aseguró que Ucrania necesita un aumento del 25% en los suministros de oxígeno, por lo que solicitaron al gobierno ruso, de Vladimir Putin, y al ucraniano, liderado por Volodimyr Zelensky, acordar el establecimiento de un corredor de tránsito seguro para enviar suministros médicos desde Polonia.

Las mujeres cuidan a sus bebés en el centro de pediatría después de que la unidad fuera trasladada al sótano del hospital que se utiliza como refugio antiaéreo, en Kiev.

Sin embargo, la potencial falta de tanques de oxígeno son solo parte de la crisis que enfrenta Ucrania. Con tan solo 2.369 camas hospitalarias informadas por el gobierno ucraniano en 2012, la escasez de energía para la calefacción de los centros asistenciales, sumado a los problemas con la electricidad y el grave peligro que corren las ambulancias que transportan heridos de quedar en medio del fuego cruzado, generan una alarma constante para el personal médico.

La organización Human Rights Watch (HRW) advirtió que durante la primera jornada bélica, un misil balístico ruso Tochka serie 9M79 con munición de racimo del grupo 9N123 llegó hasta la entrada de un hospital en Vuhledar, dejando cuatro civiles fallecidos y 10 heridos, seis de ellos eran funcionarios sanitarios, que pese a la amenaza siguen en funciones.

“Consideren esto: Putin ha lanzado una guerra masiva de agresión en Europa durante una pandemia que todavía está en pleno apogeo. Además de eso, los rusos ahora bombardean los hospitales ucranianos. Esto está más allá del mal. La única opción moral que puede tomar cualquier gobierno ahora es apoyar a Ucrania por todos los medios”, condenó el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, tras la explosión en el centro asistencial.

Una mujer mira su teléfono y se sienta con su hijo ingresado en oncología, en un sótano utilizado como refugio antiaéreo, en el hospital infantil de Okhmadet en el centro de Kiev, Ucrania.

Después de que los hospitales se volvieron blanco de ataques, el gobierno de Zelensky ordenó la evacuación de los pacientes que no puedan recibir el alta y la suspensión o traslado de tratamientos médicos, como quimioterapias, a los sótanos, búnkers o túneles. Cientos de padres acudieron a los hospitales para estar con sus hijos internados durante la ofensiva. En una de las imágenes más crudas de la guerra, las autoridades de Kiev cifraron que en las primeras dos noches de evacuación, más de 80 niños nacieron en los refugios antiaéreos, muchos de ellos debieron ser trasladados a clínicas.

Por otro lado, el personal médico ha debido improvisar con los suministros que tienen para instalar unidades de cuidados neonatales, geriátricos y de urgencia bajo tierra. Según un video publicado por The New York Times, cuando el sonido de las bombas rompía en las calles, un hospital infantil en Dnipro debió ubicar a los recién nacidos en filas con mantas, y en los casos más grave estaban en brazos del equipo con bombeo manual de oxígeno.

No obstante, ante la oleada de nuevos pacientes, hospitales polacos están recibiendo a enfermos y heridos para recibir tratamiento médico mediante un “tren sanitario con equipo médico y de rescate” con capacidad para 150 enfermos.

“Todo ciudadano de Ucrania que venga a Polonia temiendo por su vida o su salud puede tener acceso a atención médica. También ayudaremos a los heridos que no puedan ser tratados en Ucrania. En estos tiempos difíciles, Polonia apoyará a Ucrania. Ya tenemos una lista de 120 hospitales en todo el país a los que pueden acudir las víctimas de Ucrania. Estimamos que por el momento sería posible ingresar varios miles de pacientes en total”, prometió el ministro de salud polaco, Adam Niedzielski.

Para el domingo, Naciones Unidas calculó el deceso de 240 civiles en Ucrania, entre ellos varios niños tras el ataque con un misil a un jardín infantil, mientras el Ministerio de Defensa ucraniano elevó la cifra a al menos 352 civiles, entre ellos 14 niños, y 1.684 heridos.

De acuerdo con la cadena Al Jazeera, el principal hospital de Mariupol -ciudad ucraniana en la que el sábado fallecieron 30 civiles por un ataque con artillería- que tiene la Unidad de Cuidados Intensivos más grande de la región de Donetsk, se repletó durante el fin de semana de civiles que buscaban donar sangre ante la escasez reportada, tal como ocurrió en 2014 cuando estalló el conflicto en Crimea.

Covid-19 en guerra

De acuerdo con cifras del gobierno ucraniano, a la fecha hay alrededor de 1.700 personas hospitalizadas por Covid-19 en Ucrania, lo que supone una presión extra a los hospitales que deben mantener los estrictos protocolos para evitar contagios, mientras tratan a los heridos que deja la invasión de tropas rusas a territorio ucraniano, en una ofensiva que cumple cinco días.

Una mujer mientras los paramédicos realizan RCP a una niña que resultó herida durante un bombardeo, en el hospital de la ciudad de Mariupol.

Ucrania vivió una crítica situación durante el peak de la pandemia, con casi 5 millones de contagios en un país de 44 millones de habitantes. La enfermedad dejó 105 mil fallecidos. Justamente, la ONU alertó que entre el 15 de enero y el 25 de febrero, Ucrania vivió una explosión de casos positivos con un alza del 555% por la nueva variante ómicron, cifra que podría aumentar considerablemente dada la movilidad generada por los civiles que intentar salir del país buscando protección y golpear al ya complicado sistema médico.

Ante la emergencia, países vecinos a Ucrania que mantenían requisitos sanitarios de ingreso, como certificados médicos o PCR, han levantado los protocolos, como lo hizo Polonia, para acelerar la entrada de los ucranianos y de esta manera evitar alargar el tiempo de posibles aglomeraciones en las fronteras. Además, el gobierno polaco afirmó que en el “escenario más oscuro” podrían convertir los hospitales temporales para infectados con Covid-19 en zonas de tratamiento para víctimas de guerra.

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