
Los líderes católicos en el mundo y su influencia en la política
La premier italiania Giorgia Meloni y el Presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva son algunos de los mandatarios que profesan el catolicismo.

Aunque la población católica en el mundo alcanza los 1.400 millones de personas, no son muchos los líderes a nivel global que profesan esta religión, que ha influido no solo en sus decisiones políticas sino también en su imagen pública y valores personales.
Entre ellos, destaca la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien en su primera candidatura se presentó con el lema “Mujer, cristiana, italiana, madre”. Meloni mantiene en su escritorio fotografías de Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta, reflejando su profunda fe católica, que influye en sus políticas familiares y sociales. La mandataria no oculta su cariño por el Papa Benedicto XVI, y aunque se reunió en varias ocasiones con el Papa Francisco, ha admitido que a veces le resultaba difícil entenderlo completamente.
Según el medio Politico, Meloni ordenó a sus parlamentarios guardar silencio respecto del cónclave. Sin embargo, medios de comunicación afines a su coalición promovieron a cardenales que podrían compartir sus opiniones y atacaron a candidatos poco atractivos.
El expresidente surcoreano, Yoon Suk-yeol -que fue destituido a comienzos de abril por violar “los principios del Estado de Derecho y la democracia”- también es católico y durante su mandato participó en diversas actividades religiosas, asistiendo a misas y consultando a obispos del país. Bautizado con el nombre cristiano de Ambrosio, Yoon enfatizó la importancia de su fe en su liderazgo, combinando participación religiosa con su rol gubernamental.

Brasil cuenta con el Presidente Luis Inácio Lula da Silva, cuya fe católica fue una influencia temprana en su vida, especialmente por su madre. En 2023, Lula se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano, abordando temas como la pobreza y la desigualdad social, lo que refleja su alineamiento con las enseñanzas del ahora fallecido Pontífice. Sin embargo, en medio del crecimiento del protestantismo evangélico en Brasil, el gobierno de Lula ha buscado fortalecer su relación con comunidades religiosas tradicionales.
Costa Rica es uno de los países con mayor porcentaje de católicos en el mundo, donde el 49,8% se identifica como tal, lo que ha tenido un impacto directo en la política del país.
Su Presidente, Rodrigo Chaves Robles, ha enfatizado la importancia de la fe en su gobierno, declarando que el temor a Dios es la base de la sabiduría gubernamental. De hecho, cuando inspeccionó el Congreso en 2022 antes de asumir lo hizo con Biblia en mano y antes del traspaso de mando recibió la bendición del monseñor José Manuel Garita así como del pastor Jorge Gómez, de la Alianza Evangélica.

Por su parte, Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de Portugal, participó activamente en la Jornada Mundial de la Juventud 2023 en Lisboa, mostrando su cercanía con la Iglesia y los jóvenes cristianos. Tras el evento, manifestó que el Papa Francisco era una figura muy especial en el escenario mundial.
En Ruanda, el presidente Paul Kagame, aunque de formación religiosa poco conocida, ha demostrado su fe católica a través de varias declaraciones y su participación en eventos religiosos, incluyendo reunirse con el Papa y el arzobispo de Kigali. Kagame también ha expresado su deseo de que la Iglesia sea un socio en la nación, a pesar de las disculpas del Papa respecto al papel de la institución durante el genocidio.
El presidente filipino Ferdinand “Bongbong” Romualdez Marcos Jr. también ha resaltado la importancia de su fe católica, alentando a la población a vivir con bondad y humildad en busca de lo divino.
El recién elegido canciller alemán, Friedrich Merz, del partido Unión Demócrata Cristiana (CDU), también es católico. Es originario de Sauerland, una zona de Renania del Norte-Westfalia, al este del Ruhr, donde aún reside. Es una región predominantemente rural, de clase media, popular entre los turistas, que suele adoptar valores católicos conservadores.

En Polonia, el presidente Andrzej Duda, de larga tradición católica, ha manifestado su compromiso con los valores religiosos, defendiendo su fe frente a presiones externas y protegiendo la religión en el sistema escolar y en la sociedad.
Estos líderes ejemplifican cómo la fe católica sigue siendo un pilar importante en la vida política y personal de muchos mandatarios, influyendo en decisiones de gobierno y en la forma en que representan a sus países ante el mundo.
En el caso de Estados Unidos, solo ha tenido dos mandatarios que han sido católicos. Es el caso de Joe Biden, quien a menudo hablaba de sus convicciones religiosas y citaba la Biblia. Asiste a misa con regularidad. El otro presidente católico fue John F. Kennedy.
Otros líderes
Al margen de si son católicos o no, los líderes mundiales se encontraban pendientes de la elección del nuevo Papa y, según Politico, estuvieron maniobrando previo al cónclave que se inició el miércoles.
Casi tan pronto como Francisco falleció comenzó la “politiquería”, indicó el medio. “Los cardenales comprenden por qué surge la presión. Los líderes con ideales nacionalistas podrían beneficiarse de la autoridad moral de un Papa autóctono. Los líderes occidentales también quieren evitar otro Papa que critique la expansión de la OTAN, simpatice con China o que no coincida con sus opiniones sobre cuestiones éticas, como la migración y el aborto”, escribió el portal estadounidense.
“Un Papa carismático podría orientar la opinión pública, especialmente en los países católicos, o galvanizar la crítica a ciertas políticas, como lo hizo el Papa Francisco con el presidente estadounidense Trump”, añadió.
En el pasado, las potencias extranjeras a menudo intentaron influir en los cónclaves, sobre todo durante la Guerra Fría, cuando se sospechaba que la CIA intervenía. De hecho, hasta principios del siglo XX, Francia, España y Austria-Hungría podían incluso vetar la elección del Papa.
En esta oportunidad el Presidente francés, Emmanuel Macron, se reunió con cuatro cardenales franceses durante su estancia en Roma para el funeral de Francisco, lo que algunos interpretaron como una muestra de su apoyo a un Papa francés. La oficina de Macron negó -según Politico- que intentara influir en la decisión, mientras que la embajada francesa en la.capital italiana afirmó que el presidente seguía la “costumbre republicana francesa”. Calificó de “indigna” cualquier sugerencia en sentido contrario.
Casi al mismo tiempo, el mandatario estadounidense, Donald Trump, respaldó a un cardenal norteamericano que se había opuesto a un acuerdo del Vaticano con China, e incluso se postuló como Papa. Por su parte, Beijing aprovechó la ocasión para nombrar a dos obispos católicos problemáticos sin el consentimiento de la Santa Sede.
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