Manuel Muñiz, Secretario de Estado de España Global: “España fue el primer país con metodología para la desescalada”

Españoles disfrutan de un show, protegidos con mascarillas y distancia social, en Bustarviejo. Foto: AP

En el marco de su “visita virtual” a Chile, el funcionario español asegura que los nuevos casos detectados en España son distintos a los de marzo-abril, ya que en su mayoría son “asintomáticos”.


A meses de haber dejado atrás el peak de la pandemia, España enfrenta ahora nuevas dificultades por el Covid-19, que en las últimas semanas ha provocado un repunte de contagios producto de reuniones sociales y familiares que amenazan con golpear la estabilización sanitaria. De acuerdo con el último informe del Ministerio de Sanidad, el país registra 576 mil casos y 29 mil fallecidos. En el marco de su visita virtual a Chile, Manuel Muñiz, secretario de Estado de España Global, analiza el avance del virus en territorio español. “Es altamente improbable (volver a cuarentena total) y solamente se produciría si las cifras epidemiológicas son muy malas”, sostiene Muñiz en conversación con La Tercera.

El virus dejó al descubierto la poca preparación del mundo para enfrentar una pandemia. ¿Cómo describiría el escenario que vivió España ante el peak de contagios?

Es un reto sin precedentes en los últimos 100 años, que además pone presión sobre aspectos muy concretos del sistema sanitario, como el tratamiento de pacientes críticos o la incidencia en la población mayor. Eso nos ha exigido un esfuerzo de construcción de capacidades sanitarias y de movilización de recursos. España está haciendo en estos momentos entre 80 mil y 90 mil PCR diarias. Tuvimos que construir capacidades específicas y coyunturales para pacientes críticos, desde hospitales de campaña a la adaptación de prácticamente la totalidad de nuestros hospitales para un peak de demanda.

¿Cuál fue la preparación de España para la etapa de desconfinamiento? ¿En qué basaron sus protocolos sanitarios?

Varios principios. El primero, la asimetría territorial, que en España se constituyeron unidades epidemiológicas que era la provincia, y se limitó la movilidad entre ellas. Así, según iba evolucionando la enfermedad iban avanzando en la desescalada. El segundo fue la gradualidad, que era constituir una serie de fases en el proceso, a menor incidencia y mayor capacidad de diagnóstico y seguimiento, iban a fases más avanzadas de reapertura. Y el tercero fue la cogobernanza con las comunidades autónomas, que son las que tienen las capacidades sanitarias.

¿El protocolo también incluía normativas para dar marcha atrás a la desescalada por repunte?

Sí, una de las ventajas de la gradualidad es imaginar un proceso bidireccional en el que uno avanza, pero si las cifras epidemiológicas empeoran, uno puede retroceder. España fue el primer país que presentó una metodología para la desescalada porque hasta la fecha lo que había habido era que los países arrojaban fechas. Por ejemplo, en mayo reabrimos los parques, pero no había un método.

España vive un alza de casos positivos. ¿Cuáles son los escenarios que prevén ante los rebrotes? ¿Es posible volver a un confinamiento obligatorio nacional?

Yo creo que es altamente improbable (volver a cuarentena total) y solamente se produciría si las cifras epidemiológicas son muy malas. Los casos que están aflorando ahora son muy distintos a los de marzo y abril. Dependiendo de la región, estamos detectando que entre el 60-70% de los casos diagnosticados son asintomáticos o presintomáticos, los que se detectan por esfuerzo de rastreo. La positividad de los test son del entorno de 7 u 8 veces inferior a los resultados de marzo, lo que significa que detectamos la totalidad de casos reales que hay en España y la consecuencia es que la mortalidad es infinitamente más baja y la ocupación hospitalaria es 9 o 10 veces inferior.

Más de una veintena de países europeos mantiene restricciones para los españoles o viajeros provenientes de España...

Es una derivada de la pandemia y de la incertidumbre que genera. Es verdad que estas medidas se aplican a los viajeros provenientes de España, pero también a los de muchísimos países. Esta crisis produjo un colapso de la libre circulación mundial y la realidad es que vamos a tener que convivir con este tipo de dificultades en la movilidad hasta que se encuentre un tratamiento o una vacuna.

¿Cuál es su evaluación hasta el momento del retorno gradual de los estudiantes españoles?

Es muy temprano para conocer los efectos. Por el momento, las impresiones son positivas. Hicimos un estudio con lo que estaban haciendo otros países, especialmente en la UE, y España implementó un plan muy parecido, primando la presencialidad, que es lo que garantiza que no se profundice la brecha educativa que estaba produciendo el confinamiento, y garantizando las medidas sanitarias.

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