
Trump planea reemplazar al asesor de seguridad nacional Michael Waltz
Su inminente salida se produce luego de las vergonzosas revelaciones en marzo de que Michael Waltz había incluido en un grupo en la aplicación de mensajería Signal al editor de la revista Atlantic, Jeffrey Goldberg. En ese chat se encontraban altos funcionarios de la administración para coordinar un inminente ataque militar en Yemen.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea destituir a su asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, y a otro miembro de alto rango del equipo de política exterior de la Casa Blanca, en lo que ha sido considerado como la primera reestructuración significativa del personal de altos asesores en su segundo mandato.
La esperada salida de Waltz -un veterano de combate y exmiembro del Congreso de Florida, cuya selección estuvo entre las menos controvertidas de las principales elecciones de Trump para su segundo mandato- se produce debido a las vergonzosas revelaciones en marzo de que Waltz había incluido en un grupo en la aplicación de mensajería Signal al editor de la revista Atlantic, Jeffrey Goldberg. En ese chat se encontraban altos funcionarios de la administración para coordinar un inminente ataque militar en Yemen.
Goldberg publicó su relato e inicialmente omitió detalles operativos, pero después de que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, y el director de la CIA, John Ratcliffe, negaran que se hubiera compartido información clasificada en el chat, Goldberg también publicó esa información, que incluía el momento de los ataques y los paquetes de armas utilizados.
Desde entonces, Waltz pareció desaparecer de la vista en medio de especulaciones generalizadas e informes de los medios de que la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, estaba encabezando la búsqueda de su reemplazo, indicó The Washington Post.

Después de que Waltz admitiera a puerta cerrada la autenticidad del reportaje, funcionarios de la Casa Blanca debatieron si debía renunciar, pero Waltz nunca presentó su renuncia, y Trump no le pidió que dimitiera en ese momento.
Una fuente familiarizada con la situación en el Consejo de Seguridad Nacional afirmó al portal de CBS News que el presidente considera que ha transcurrido suficiente tiempo desde el incidente de Signal como para que las salidas de Waltz y Wong puedan enmarcarse como parte de una reorganización. El presidente ha dudado en destituir a Waltz por la percepción de que hacerlo podría interpretarse como una sumisión a presiones externas.
“Su esperada partida también puede indicar un enfoque más estricto en la lealtad y la cohesión ideológica después de la purga que Trump hizo el mes pasado de los asistentes del personal del Consejo de Seguridad Nacional que reportaban a Waltz y a quienes el presidente consideró fuera de sintonía con sus prioridades”, añadió el diario.
Luego del escándalo por el grupo de Signal, los demócratas y algunos republicanos criticaron a la administración por su descuido y caos, incluso cuando Trump defendió a Waltz como un “buen hombre” que había aprendido la lección. El Presidente culpó a la tecnología de mensajería y a los medios de comunicación de crear el problema.
El nivel de críticas aumentó después de que The Washington Post revelara posteriormente que Waltz y otros altos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional que él dirigía también habían llevado a cabo asuntos gubernamentales delicados a través de sus cuentas personales de Gmail.

“Existe un patrón claro y preocupante, y el Congreso debe analizarlo con seriedad y de forma bipartidista”, declaró el senador Jack Reed (Rhode Island), demócrata de mayor rango en el Comité de las Fuerzas Armadas, en un comunicado tras las revelaciones de Gmail. “El Sr. Waltz y su equipo han incurrido en prácticas cuestionables de seguridad de datos, lo que podría costarle muy caro a nuestra nación”.
El adjunto de Waltz, Alex Wong, quien trabajó en asuntos relacionados con Corea del Norte durante el primer mandato de Trump y se considera un republicano moderado con amplia experiencia en seguridad nacional, también será destituido, según dijo a The New York Times, un alto funcionario de la administración con conocimiento de la situación.
The New York Times señaló que no se anunció de inmediato el reemplazo de Waltz. Pero la selección del próximo asesor de seguridad nacional podría ser crucial, en un momento en que Trump tiene dificultades para definir qué significa “Estados Unidos Primero” en su segundo mandato, y cuando sus principales asesores en seguridad nacional y política exterior han discrepado marcadamente sobre cómo abordar a tres de los adversarios más poderosos de Estados Unidos: China, Rusia e Irán.
Trump realiza este cambio apenas dos semanas antes de su primer viaje importante al extranjero, a Arabia Saudita y otras capitales árabes de Medio Oriente, en medio de tensas negociaciones con Moscú y Teherán. Waltz lo acompañó a Roma hace una semana para el funeral del papa Francisco y estuvo presente en la reunión en la Basílica de San Pedro con el mandatario ucraniano, Volodymir Zelensky.
The New York Times dijo que Waltz apenas tuvo tiempo de organizar un equipo, y mucho menos de abordar los asuntos más difíciles que enfrenta el presidente. Normalmente, un nuevo asesor de seguridad nacional redacta la estrategia de seguridad nacional de la administración, un proceso que suele durar un año y que implica resolver las diferencias entre las agencias gubernamentales y los miembros del gabinete.
En algunas cuestiones importantes -incluida la forma de dialogar con China sobre sus ambiciones en el Indo-Pacífico, su programa nuclear de rápido crecimiento, sus sofisticados ciberataques a Estados Unidos y sus aliados y su esfuerzo por reunificar a Taiwán con el continente- el gobierno nunca comenzó a tratarlas.
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