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Trump y su mensaje a generales de EE.UU.: fin a “la cultura woke” en el Ejército y advertencia sobre “una invasión interior”

Luego de que se convocara a cerca de 800 altos mandos militares en Virginia sin que se tuviera claro el motivo, el “secretario de Guerra” y el Presidente se dirigieron a los generales de EE.UU. para señalar que “se acabó la guerra contra los guerreros”. Asimismo, Trump aseguró que las “ciudades peligrosas” del país tendrán que ser los “campos de entrenamiento para nuestro Ejército”.

El presidente Donald Trump junto al jefe del Pentágono, Pete Hegseth. Foto: Archivo

Antes era la Secretaría de Defensa, pero la han rebautizado “Secretaría de Guerra”, precisamente el año en que Donald Trump busca el Nobel de La Paz. Este martes, en la ciudad de Quantico, Virginia, cerca de 800 generales y altos militares de Estados Unidos, de todas las ramas de las Fuerzas Armadas, fueron congregados para escuchar al mandatario republicano y al jefe del Pentágono, Pete Hegseth. El fin de esta reunión, en un principio misteriosa, parece haberse centrado en un tema: terminar con la supuesta “cultura woke” en el Ejército.

La convocatoria en sí fue hecha rápidamente, e impactó a los militares estadounidenses, que no recordaban otro caso en el que un secretario de Defensa citara a tantos comandantes a una reunión presencial repentina, especialmente sin una justificación clara. Algunos indicaron, según The Washington Post, que tener a tantos líderes militares importantes reunidos en un mismo lugar podría representar un riesgo para la seguridad nacional.

Las nuevas directrices de Hegseth son claras: que todos los estándares de aptitud física sean “a nivel máximo masculino”. En la misma reunión, Trump se jactó del poder nuclear norteamericano y aseguró que las “ciudades peligrosas” del país tendrán que ser los “campos de entrenamiento para nuestro Ejército”.

Los militares de alto rango, poco acostumbrados a mostrarse partisanos en política, guardaron silencio frente a los discursos del Presidente y el secretario Hegseth. Este último les anunció una serie de nuevas directivas que dificultarán el servicio de las mujeres en combate, y facilitarán que el personal participe en novatadas y acoso sin repercusiones, durante una reunión sin precedentes de oficiales de alto rango en una base del Cuerpo de Marines en Virginia el martes.

El secretario de Guerra, un título que no utilizaba el jefe del estamento militar estadounidense desde 1947, pero que Trump recuperó a principios de este mes, declaró ante el grupo de almirantes, generales y sus asesores de alto rango que estaba “poniendo fin a la guerra contra los guerreros”. También se quejó de que demasiados de sus colegas habían sido colocados en esos puestos “por razones equivocadas”, incluyendo su raza y género.

De pie frente a un gran telón con la bandera estadounidense, atacó por su nombre a varios generales retirados, diciéndoles que el rumbo del departamento era “claro”. “¡Fuera los Chiarelli, los McKenzie y los Milley, y adentro los Stockdale, los Schwartzkopf y los Patton! Cuanto antes tengamos a las personas adecuadas, antes podremos impulsar las políticas adecuadas”, añadió.

Visita de Donald Trump a la Base Aérea de Osan, Corea del Sur, el 30 de junio de 2019. Foto: Casa Blanca/Tia Dufour

En la reunión informó a los líderes reunidos que estaba emitiendo una directiva para garantizar que todos los puestos designados en las armas de combate, en todas las ramas, se ajusten exclusivamente al “estándar masculino más alto”, revirtiendo así una directiva de 2015 del entonces secretario de Defensa, Ashton Carter, que permitía a las mujeres acceder a todos los puestos de combate.

“Si no se cumplen los estándares físicos masculinos para los puestos de combate... es hora de un nuevo puesto o una nueva profesión”, dijo. “Si las mujeres pueden lograr la excelencia, bien. Si no, es lo que hay. Si eso significa que ninguna mujer califica para algunos puestos de combate, que así sea”, insistió.

Hegseth ha mostrado una fijación con la situación del Ejército y la influencia de la “cultura woke” en este, que acusa de debilitar a los soldados. Así, llegó a publicar un libro en 2024 llamado “La guerra contra los guerreros”, que en Amazon se vende con la siguiente promoción: “La guerra contra los guerreros destapa las raíces profundas de nuestra disfunción: una sociedad que ha olvidado a los hombres que se arriesgan, evaden los trámites burocráticos y se ensucian las manos. Los únicos hombres preparados para afrontar los peligros que la izquierda finge que no existen”.

Asimismo, criticó la apariencia de las tropas con sobrepeso, afirmando: “Es completamente inaceptable ver generales y almirantes gordos en los pasillos del Pentágono”. Aseguró que todas las pruebas de aptitud física se basarían únicamente en criterios masculinos y enfatizó la importancia de los estándares de aseo personal.

“La era de la apariencia poco profesional ha terminado. Se acabaron las barbas”, dijo Hegseth al público, que permaneció sentado en silencio, informó Reuters.

“Proteger nuestra república”

Por su parte, la intervención del presidente Donald Trump incluyó un pequeño bochorno frente a los silenciosos militares, ya que el mandatario está acostumbrado a las multitudes ruidosas de seguidores que se ríen de sus bromas y aplauden sus alardes durante sus discursos. Cuando entró en el escenario frente a los militares, indicó: “Nunca entré en una sala tan silenciosa antes. Si quieren aplaudir, aplaudan”.

Siguiendo la tradición no partisana de las Fuerzas Armadas, los líderes militares no reaccionaron ni para bien ni para mal a los comentarios más políticos del Presidente. Esto, en fuerte contraste con los soldados rasos que aplaudieron a Trump en Fort Bragg durante este verano. “Si no te gusta lo que estoy diciendo, puedes abandonar la sala, por supuesto, ahí se va tu rango, ahí se va tu futuro”, lanzó.

En su discurso de 71 minutos, Trump aseguró que “el propósito del Ejército de Estados Unidos no es proteger los sentimientos de nadie. Es proteger nuestra república. No seremos políticamente correctos cuando se trate de defender la libertad estadounidense. Y seremos una máquina de lucha y victoria”.

Asimismo, Trump reveló en la reunión que había enviado submarinos nucleares cerca de Rusia. “Recientemente nos sentimos un poco amenazados por Rusia, así que envié un submarino nuclear, el arma más letal jamás creada”. El mandatario republicano agregó que movió “un submarino o dos hacia la costa de Rusia, solo por precaución”.

Pete Hegseth pronuncia un discurso en la Cumbre del Diálogo de Shangri-La en Singapur el 31 de mayo de 2025. Foto: Archivo MOHD RASFAN

Trump sugirió que los militares utilicen “ciudades peligrosas como campos de entrenamiento”. “Le dije a Pete (Hegseth) que deberíamos usar algunas de estas ciudades peligrosas como campos de entrenamiento para nuestras Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional, pero militares, porque vamos a ir a Chicago muy pronto, es una ciudad grande con un gobernador incompetente”, dijo el mandatario durante su discurso ante un grupo de generales y almirantes de alto rango.

También advirtió a los mandos militares sobre “la invasión interior” en Estados Unidos. “Nos encontramos bajo una invasión desde dentro. No es diferente de la de un enemigo externo, pero más difícil, de muchas maneras, porque no llevan uniformes”, declaró.

“Es el enemigo interno y tenemos que controlarlo antes de que se salga de control”, dijo Trump. Los comentarios del mandatario se refirieron a delincuentes e inmigrantes que se encuentran en el país sin autorización. También se quejó de los “insurrectos” financiados por la “izquierda radical”, indicó The Associated Press.

Según CNN, el mandatario republicano luego relató una anécdota sobre haber visto en los medios de comunicación cómo escupían a las tropas, y afirmó que, en parte, la nueva política debería ser: “Si ellos escupen, nosotros golpeamos”.

En relación con esto, Trump les dijo a los generales que si los vehículos militares o policiales eran impactados con ladrillos u otros objetos, los oficiales debían hacer lo que les diera la gana. “Salgan de ese auto y hagan lo que quieran, porque esa gente está... ahora pueden morir por eso”, señaló.

En un contexto de despliegue militar y purga de altos mandos, nadie había explicado con claridad el objetivo de esta reunión. Por su parte, el jueves Trump ya había dicho sobre el evento: “Me encanta esto. Quiero decir, creo que es genial. Dejemos que fraternice con los generales y almirantes provenientes de todo el mundo”.

Convocados desde Medio Oriente y otras zonas de conflicto, los militares fueron citados a una conferencia sobre raza y género, mostrando lo importante que es la llamada “guerra cultural” para Hegseth. A su llegada al cargo, el antiguo presentador de televisión y veterano de guerra, que había escrito en contra de que las mujeres pudieran ocupar puestos de combate, prohibió de inmediato que las personas trans pudieran enrolarse en las Fuerzas Armadas.

En sus primeras semanas de mando, Hegseth cesó a varios de los más altos mandos militares, incluido el jefe del Estado Mayor. El general C. Q. Brown, el primer afroamericano que llegaba a ese puesto, había sido nombrado jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra por el propio Trump durante su primer mandato. Pero Hegseth consideró que sus posiciones eran demasiado progresistas. Otros ceses incluyeron también a mujeres en altas posiciones de mando, como Lisa Franchetti, jefa del cuerpo de Guardacostas.

Estados Unidos cuenta con aproximadamente 800 generales y almirantes en total. Para la cita en Quantico, la orden del jefe del Pentágono se aplicaba a ”todos los oficiales superiores con rango de general de brigada o superior, o su equivalente en la Armada, que prestan servicios en puestos de mando, así como a sus principales asesores alistados”, según informaron fuentes al tanto a The Washington Post.

Esta reunión llega en un momento de crecientes tensiones en política interna y externa. No solo a causa de los buques desplegados en el Caribe contra el narcotráfico, sino también al ampliarse drásticamente la movilización de militares en el mismo país. La Guardia Nacional sigue desplegada en Washington y el mandatario anunció que enviará tropas a Portland, Oregon, para enfrentar a supuestos “terroristas domésticos”, pese a la oposición de autoridades locales y estatales.

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