Funcionaria de Interior declaró que amigo de Boric le hizo una advertencia a la denunciante de Monsalve: “Piénsalo bien, vas a ir contra el Gobierno”
Catalina Arrey, amiga de la denunciante, prestó testimonio ante la Contraloría en el marco del sumario contra el exsubsecretario. Según sus palabras, Camilo Araneda, funcionario de gobierno y cercano al Mandatario, le pidió a la denunciante poner paños fríos antes que concretara su acusación.
El 29 de noviembre, a las 10.00, la funcionaria del Ministerio del Interior Catalina Arrey llegó hasta dependencias de la Contraloría General de la República, ubicada en Teatinos 56.
El arribo de la funcionaria de Gobierno a ese lugar, era con el propósito de declarar en el marco del sumario abierto en paralelo a la investigación penal por violación en contra el exsubsecretario del Interior Manuel Monsalve. El Ejecutivo debió abrir una instancia administrativa para establecer si se habían activado los protocolos para proteger a la denunciante, una mujer de 32 años que era subalterna del acusado.
Arrey, compañera de trabajo y amiga de la denunciante, contaba con información de primera fuente. Fue una de las primeras personas a quien la denunciante relató lo sucedido con su jefe, Manuel Monsalve, el 22 de septiembre de 2024, primero en el restaurante Ají Seco Místico y luego en el Hotel Panamericano. De hecho Arrey fue una de las personas que la aconsejó que debía denunciar los hechos por los cuales hoy el exsubsecretario se encuentra siendo imputado y ad portas a enfrentar un juicio por el delito de violación.
Ese día, según la declaración a la que tuvo acceso La Tercera, Arrey entregó todos los detalles que ella supo por su compañera de trabajo de los hechos. Desde aquella salida que tuvieron Monsalve y la mujer el 1 de septiembre a almorzar en el Costanera Center hasta lo que que vino tiempo después y que concluyó con una denuncia en sede penal.
“Ella sentía asco”
Sobre el primer hecho, la salida a almorzar en el Costanera Center y que -según la denuncia- terminó con “un beso por sorpresa” de Monsalve, el fiscal de Contraloría le pidió a Arrey que se explayara con detalle de todo lo que sabía de boca de su compañera de labores.
“La cita (para la denunciante) era una buena noticia, era positivo, yo también le dije que era algo bueno, quizás un nuevo puesto. Dos días después de los hechos, en un almuerzo me cuenta. Quedamos en shock. No sabíamos sus intenciones. Yo le propuse que tomara distancia, para que él supiera que ella no quería. Pero se sentía presionada porque tenía que comenzar sus nuevas responsabilidades y seguirlo a todas partes", dijo.
Acto seguido testificó que “(la denunciante) me contó que era un almuerzo, no recuerdo que me hubiera dicho que había alcohol, pero sí que caminaron a una plaza, se sentaron en una banca y que él le da un beso en la boca, luego, en shock, y en silencio tomó un uber, ella estaba muy en shock. Ella me decía que sentía asco con todo lo que pasó. Esa semana además tuvo que viajar con él, y ahí le aconsejé que no se quedaran en el mismo lugar. Entiendo que al final no viajaron solos, y ella se quedó con el equipo de trabajo y él en otro (lugar). Recuerdo que ella estaba muy preocupada por ese viaje, pero luego me dijo que por suerte se quedó en otro hotel. Ella tenía miedo de esa situación".
Respecto a ese mismo episodio, Arrey confiesa que “como amiga hago un mea culpa porque siento que minimicé lo que había pasado. Porque le dije esto ya pasó, tienes que continuar con el trabajo, y evitar este tipo de contacto, pon límites, que esto no te parece. Pero él es un jefe, y alguien con poder, por lo mismo nunca le pude decir que fuera más tajante".
Luego siguió la toma de declaración:
¿Vió algún cambio en la conducta de los involucrados con posterioridad a ese día?
A Monsalve no lo ví más. Yo almuerzo en el casino, y trataba de no verlo. No volví a verlo hasta después de la denuncia. Y (nombre de la mujer), estaba mal. Después del beso, yo sé que trató de superar la situación, y que no se volviera a repetir, pero siempre sentía asco.
Ají Seco y Hotel Panamericano
Luego, los funcionarios de Contraloría le consultan a Arrey sobre los hechos ocurridos el 22 de septiembre. La funcionaria de gobierno, quien se desempeña en el Departamento de Inversiones de la División de Gestión y Modernización de las Policías, contó que el lunes 23 le extrañó no ver a su amiga en la oficina. Al día siguiente, se juntaron y ahí le contó lo que había pasado.
Sus respuestas en el sumario fueron así:
“Él le dijo a ella que la reunión era por motivo de trabajo. Me dijo que comieron, como a las 6. Yo creo que ella también pensó que podía ser un espacio para poner límites, porque en todos los demás escenarios fue con más gente. Entonces pese al miedo que ella sentía, creo que fue para conversar y poner límites, creo que por eso fue. Además es su jefe y no podía decirle que no. Que tomaron 2 pisco sour, y que después no se acordaba de nada más".
“Ella no lo podía creer, no entendía nada, se sentía muy culpable porque no se acordaba de nada. Se echaba mucho la culpa. Ella sentía que había sido violada. Porque a ella le daba asco, ella nunca quiso acercarse a él".
"Se le veía en su cara su dolor. Nos sentábamos y recapitulábamos de qué cosa se acordaba. Tratábamos de ser objetivas. Sentíamos que no podíamos ir a la PDI ni a Carabineros, porque la denuncia podía quedar en nada. Que lo iban a alertar (a Monsalve) y que todo quedaría en nada. Que nos iban a tachar, que la podían despedir, que iba a sufrir represalias por esos hechos. (...) La primera semana de ella estuvo muy en shock".
“Aún cuando pasó todo esto, ella se refería a él de ”usted", de subsecretario, porque sentíamos mucho respeto por él. A él lo veíamos como alguien muy inteligente, lo teníamos endiosado. Entonces no vimos que esta situación pudiera ocurrir".
“Siento que él quería desmarcarse culpándola, que ella había coqueteado con el taxista. Yo creo que él se aprovechó porque ella no recordaba. Siento que él la quería hacer sentir mal. Yo me pregunto. ¿Si ella estaba tan mal, por qué él no la fue a dejar a su casa? Solo sentíamos rabia".
“No sé por qué acepté esas pastillas, no sé qué me dio”
¿Cómo observó a (nombre de la mujer) al contarle la situación?
“En shock. Las palabras eran que sentía que era una pesadilla, no entendía lo que pasaba. Le costaba asumir lo que había pasado. Nos juntábamos a tomar un jugo, para tratar de recapitular. Ella me decía qué asco, qué asco. No sé por qué acepte esas pastillas. No sé qué me dio”.
El amigo de Boric que pidió poner “paños fríos”
En su relato, Arrey cuenta que sostuvo nuevas conversaciones con la denunciante en los días siguientes para evaluar qué hacer. Fue así como en su día de cumpleaños fue con ella y Ricardo Lillo, otro funcionario de Interior, al restaurante Italísimo. Allí hablaron de buscar una abogada, “ojalá feminista”, pero la denunciante “no confiaba, no quería que se agrandara”.
Días después, dice, notó que ella estaba “más decidida a hacer algo. Quería denunciar, pero tenía miedo”. Fue así como acudieron a una fundación de ayuda psiquiátrica, pero no encontraron lo que esperaban: “En vez de empatizar con nosotras, fue muy fría”.
Tras esto, pensaron en buscar ayuda en el mismo gobierno, pero la respuesta, de nuevo, no fue la que esperaban. Acá su relato:
"Ahí fue cuando dijimos vamos donde la ministra de la Mujer (Antonia Orellana). ¿Pero qué (íbamos a hacer)? ¿La íbamos a esperar afuera de la oficina de la ministra? Entonces hablamos de buscar otra opción. Yo tenía miedo que ella se frustrara. Ahí pensamos en Camilo Araneda (jefe de la unidad de gestión de conflictos de la División de Gobierno Interior y amigo del Presidente Gabriel Boric), que sabíamos que era jefe de un área. Ella me decía que le daba vergüenza, pero le escribió, y se juntaron y ella le contó todo. Yo tenía la esperanza que nos ayudara, con alguna asesora del Ministerio de la Mujer, pero no fue así“.
“Lamentablemente, él trató de poner paños fríos. (Le dijo) que lo pensara bien, que iba a ir en contra del gobierno, pensó más en eso que portarse como humano. No sabíamos qué más hacer".
La entrevista termina con una pregunta directa.
¿Cree usted que el señor Monsalve Benavides tenía alguna fijación u obstinación con (nombre de la denunciante)?
“A mí parecer, yo creo que él siempre lo tramó. Por ejemplo cuando ella se iba a ir como asesora, pidieron dos currículum, el mío y el de ella. Creemos que no fue coincidencia que fuéramos las dos mujeres, jóvenes, en ese momento ambas solteras, de fuera de Santiago".
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