
Malls ensayan la nueva normalidad
Mientras varias comunas abandonan el confinamiento, los grandes locales comerciales también lo intentan. La Tercera recorrió cuatro de ellos, presenciando cómo se enfrentan a la reapertura.

Son las 14 horas, pero en el Mall Sport de Las Condes nadie almuerza. Donde hace cinco meses jugaban y saltaban niños, hoy solo cae polvo. Es la nueva normalidad de este centro comercial, la misma que en casi todos. Desde el lunes que decidieron poner en marcha la reapertura de algunos locales y, pese a que se especializan en venta de artículos deportivos, ya registran una fila.
Alejandro Hernández (29) es una de las ocho personas que aguardan fuera de la tienda Adidas. Está junto a su madre y asegura que es la primera vez que sale de su casa por compras no es esenciales. “Vine por distraerme un poco y a comprarme ropa. Vivo aquí cerca y no había podido salir a la calle nada más que a trabajar”, comenta. Como todos, mantiene distancia y espera su turno, entendiendo las nuevas reglas que ha impuesto el Covid-19 en el comercio.
Según se ve, aquí sí se han tomado en serio las medidas de prevención: tienen una alfombra sanitizante, dispensadores de alcohol gel en los puntos más transitados, cerraron los juegos para niños, quitaron las bancas para descansar y un trabajador, Luis Miguel Gimeno (65), está encargado de sanitizar todo el día lugares claves. “Me llaman ‘hombre Covid’, porque estoy todo el día rociando amonio cuaternario en todas las zonas. Es la única forma de matar al virus”, explica. Similares medidas de seguridad han sido adoptadas en todos los malls.

Al ser un recinto cerrado, por ahora funciona solo con 11 locales, todos atendidos por no más de cuatro trabajadores. “Como dice la ley, debemos trabajar solo con personas de comunas que no estén en cuarentena y hemos sido muy rigurosos en cumplir ese protocolo”, dice Luis Mourgues, gerente de operaciones del Mall Sport. Además de los vendedores, este recinto funciona con 11 guardias y siete personas encargadas del aseo.
A unos kilómetros, en Lo Barnechea, ya están adentrados en el desconfinamiento. Y allí, el Mall Portal La Dehesa inició este miércoles la reapertura, con apenas un puñado de locales operando. Hay decenas de autos en el estacionamiento, pero no se ve demasiada gente. Aunque todos están principalmente en el supermercado y las tiendas de retail, varias personas trabajan en el reacondicionamiento de sus locales.
Loreto Benavente es la supervisora de la tienda Lacoste y quien guía la reapertura de la tienda. Asume que no será sencilla la vuelta por una razón fundamental: “Deberemos sanitizar cada prenda que las personas toquen o se prueben, para evitar cualquier tipo de contagio. Es algo complejo, porque a la gente le gusta tocar y sentir la textura, así que deberemos entregarles guantes quirúrgicos para que lo hagan”, adelanta. La regla es la misma en todos los locales de venta de ropa. Además, por protocolo se debieron suprimir los probadores.
En la misma comuna está el Mall Vivo Los Trapenses, donde la nueva normalidad parece ya tener forma. Fue uno de los primeros centros comerciales en reabrir sus puertas en la capital y, como todos los malls, abre sus puertas a las 11 horas y cierra a las 18.00, aunque los locales de primera necesidad -farmacias y supermercados- lo hacen más tarde.
Aquí decidieron implementar una tecnología hasta ahora no muy utilizada en Chile: cámaras de seguridad con sensores de calor. La medida fue implementada para agilizar el tránsito de clientes y sirve, según los encargados, para advertir de mejor manera un posible caso de contagio y supervisar que todos usen una mascarilla.
Macarena Fernández (43) es la dueña de la librería Qué Leo y la única que por ahora atiende el local. Tras cuatro meses cerrado, decidió retornar para amortiguar en algo la crisis provocada por la pandemia, aunque asegura que no ha sido fácil. “Lo más complejo ha sido explicarle a la gente que debe respetar las nuevas normas. Y es algo complejo, porque en una librería la gente viene a tocar y mirar los libros de cerca, pero será algo de lo que tenemos que acostumbrarnos”, dice.

Donde sí se ha registrado un mayor aforo de público es el Mallplaza Egaña. El centro comercial de La Reina realizó la reapertura de varios locales y, además, se mantuvo abierto durante la pandemia para recibir a personas en su supermercado. “Estamos siendo muy rigurosos en la implementación de diversas medidas de prevención con tecnología avanzada como control de aforo, agendamiento virtual y control electrónico de temperatura. Todas estas medidas y protocolos fueron sometidos a una auditoría externa del Centro de Estudios de Medición y Certificados de Calidad (CESMEC), con el fin de resguardar una operación segura para nuestros colaboradores y quienes nos visitan”, cuenta Antonio Braghetto, gerente de Operaciones de de Mallplaza.
Pero no todos los locales funcionan bien. Una denuncia anónima alertó en Casa Costanera que algo no andaba bien. Son las cuatro de la tarde y en el centro comercial de Vitacura, una fila de más de 20 personas aguarda impaciente su turno para comprar, muy juntos unos de otros. La escena no es distinta a la que se observa en decenas de supermercados o locales comerciales de primera necesidad en todo el país, pero aquí nadie espera por comida ni útiles vitales. Hacen una fila en el local H&M, lo que buscan es ropa.
Cada local en funcionamiento cuenta con dispensadores de alcohol gel y zonas demarcadas para transitar y esperar, pero pese a ese aspecto del protocolo en cumplimiento, las autoridades detectaron otras faltas en algunos locales. “Hemos visto distintas situaciones que van a ameritar investigaciones”, señaló la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell.
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